Los presidentes de los cabildos de Gran Canaria, Antonio Morales, y Tenerife, Carlos Alonso, han defendido este miércoles la viabilidad de los proyectos de instalación del tren como transporte alternativo en ambos territorios insulares, en respuesta a un dictamen del Parlamento de Canarias que pide un análisis "riguroso" del coste-beneficio del ferrocarril en las dos islas capitalinas.

Al respecto, Morales ha asegurado que el proyecto del tren entre la capital y el sur de la isla cuenta con un estudio de viabilidad y, durante este mandato, se ha avanzado para que pueda ponerse en marcha cuanto antes.

El tren discurriría soterrado desde Las Palmas de Gran Canaria hasta el aeropuerto, "como un metro", y su energía sería renovable, ha afirmado Morales. "Es un proyecto muy costoso y ambicioso", pero es "la alternativa adecuada según los expertos", ha asegurado Morales. Gran Canaria tiene un problema de movilidad y "no es cuestión de seguir ampliando carriles en las autovías", hay que buscar soluciones sostenibles.

Por su parte, Carlos Alonso ha afirmado que los proyectos para dos líneas ferroviarias en la isla, una hacia el sur y otra hacia el norte, son "irrenunciables" y ha subrayado que cambiar el patrón de movilidad siempre supone un coste de dinero público.

El Parlamento de Canarias ha aprobado por unanimidad un dictamen sobre el transporte en el que entre otras cuestiones considera que es preciso evaluar las grandes infraestructuras de transporte, en especial los trenes de Gran Canaria y Tenerife, "desde la perspectiva del análisis coste-beneficio", pero ese enfoque "no es correcto" para Carlos Alonso. En el caso de los dos proyectos de transporte guiado en Canarias, el coste total asciende a 3.800 millones de euros.

La única de transporte guiado que hay en las islas por el momento es el tranvía del área metropolitana de Tenerife, que costó 300 millones de euros, si bien el Parlamento considera que dado su nivel de utilización (46.200 personas al día transportadas) "puede considerarse un proyecto consolidado".

El tren que se quiere construir en Tenerife supondría una inversión de 2.200 millones de euros y el tren de Gran Canaria costaría 1.600 millones. El proyecto en Gran Canaria, entre la capital y Maspalomas, serían 50 kilómetros de línea y diez paradas, con una duración del trayecto de treinta minutos.

En la línea desde Santa Cruz de Tenerife al sur de la isla habría siete paradas en un recorrido de 80 kilómetros y una duración de 45 minutos y la demanda diaria sería de 67.000 personas, según el dictamen parlamentario.

"El montante de la inversión aconseja realizar un análisis coste-beneficio para ratificar que es la mejor opción posible para la consecución de un sistema de transporte eficiente", según estima unánimemente el Parlamento de Canarias.

Al respecto, Carlos Alonso ha contestado que "el proyecto del tren es irrenunciable", porque, aunque no es "la solución", sí es parte de la solución en los dos corredores de máxima demanda, el del norte y el del sur, en combinación con otras alternativas en un territorio tan densamente poblado como Tenerife.

Para el presidente tinerfeño "no es correcto" aplicar solamente un análisis de coste-beneficio en materia de transporte público. "En todos los sistemas de movilidad que existen en el mundo hay una financiación pública muy importante para dar una oferta competitiva al coche privado y es claro que en Canarias necesitamos dedicar más recursos públicos al transporte para cambiar el patrón de movilidad", insistió.