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Valle Gran Rey bien vale un Gobierno

El pacto de izquierdas mira al occidente gomero, por donde pasa el apoyo de los tres diputados de la ASG de Casimiro Curbelo a Ángel Víctor Torres

Una de las playas de Valle Gran Rey. LP/DLP

Canarias mira hacia Valle Gran Rey. No solo porque el municipio del oeste gomero seduzca, que lo hace, sino porque de allí puede partir la luz que alumbrará el nuevo Gobierno de Canarias. Los concejales del Partido Socialista (PSC-PSOE) y Nueva Canarias-Frente Amplio (NC-FA) de dicha localidad, la segunda en importancia de la isla colombina, han colocado un palo en la rueda del proyecto de un pacto de izquierdas en el Archipiélago al aliarse con Sí se Puede (SSP) para hacer alcalde a Christopher Marrero (PSOE).

El presidente de la Agrupación Socialista Gomera (ASG), Casimiro Curbelo, ha exigido que se repare la traición contra su hombre fuerte chalanguero -gentilicio local-, Borja Barroso, si la entente progresista quiere contar con sus votos para hacer presidente a Ángel Víctor Torres (PSOE).

Barroso ganó con solvencia en los comicios del 26M. Obtuvo cinco de los once ediles en disputa, por lo que se quedó a uno de los necesarios para no depender de nadie en el camino al despacho de Alcaldía. Otras tres formaciones consiguieron representación: PSOE, NC-FA y SSP; dos asientos en el pleno municipal cada una.

A ASG le bastaba con sumar un voto más, y aunque las negociaciones se mantuvieron hasta la víspera del pasado sábado, día de constitución de las nuevas corporaciones municipales, no fue posible. Veamos por qué en un recorrido que va de mayor a menor grado de dificultad.

Con SSP era imposible. Cuentan fuentes de ASG que el único objetivo de dicha formación es desalojarles de cuantas instituciones sea posible. Las posibilidades sufrían por tanto un recorte del 33% antes de encontrar día, hora y lugar para sentarse a hablar.

¿Por qué tampoco se pudo con NC-FA? Aquí empiezan a cruzarse la indisciplina y los intereses de los partidos que quieren llegar desde la izquierda al Gobierno de Canarias. El anterior alcalde de Valle Gran Rey es Ángel Piñero. Alcanzó el cargo en 2015 desde las filas de Coalición Canaria (CC) y merced a un pacto precisamente con ASG.

La convivencia en el gobierno municipal se reveló complicada desde prácticamente el inicio. Como todas las relaciones que se forjan a la contra más que con la ilusión de proyectos comunes, las ganas de divorcio comenzaron a ocupar cada vez más estancias del ayuntamiento. La alianza constituyó una rebeldía, porque se opuso y obstaculizó la que hacían madurar en el Gobierno canario Fernando Clavijo (CC) y Patricia Hernández (PSOE). Coalición abrió un expediente sancionador a sus cuatro representantes en el municipio.

Piñero pudo elegir entonces a los socialistas como pareja de baile. No lo hizo, y visto lo ocurrido al final de su mandato, habría sido lo más pertinente. Distanciado de la ASG que durante los pasados cuatro años comandó en el Ayuntamiento de Valle Gran Rey Jesús Ramos Chinea, también diputado autonómico, fueron Christopher Marrero y Sabina Rodríguez, los dos ediles del PSOE entonces y ahora, los que le permitieron sacar adelante el presupuesto para este año.

Ese arrumaco político marcaba el camino que Marrero y Piñero estaban dispuestos a recorrer juntos si la aritmética lo permitía. En medio, el segundo decidió fichar por NC-FA. CC, que se enteró de que era el cabeza de cartel de los de Román Rodríguez para las municipales prácticamente un mes antes de la cita con las urnas, decidió expulsarlo junto a los otros tres integrantes del anterior grupo de gobierno, que tomaron la misma senda.

NC también está llamada al pacto de progreso para el Gobierno regional, es decir, debería llamar a capítulo a sus correligionarios, pero lo tiene más difícil que el PSOE. Ni siquiera son afiliados de la formación, de ahí ese apellido FA, de Frente Amplio.

A pesar de la mala relación anterior, la ASG no descartó llegar a un acuerdo con NC-FA. Una entelequia si se atiende a que lo primero que pusieron sobre la mesa las huestes de Casimiro Curbelo fue que el propio Ángel Piñero no formara parte del gobierno municipal. Una demanda imposible de atender por mucho que ASG contara esta entre las opciones que posibilitaban a Barroso sostener el bastón de mando.

Quedaba solo la opción de la abstención de los dos concejales socialistas. El secretario regional del PSOE, Ángel Víctor Torres, no quería tener que solucionar un problema y, según explicó él mismo el lunes, dio la orden clara de dejar el camino expedito a la formación más votada. Hasta la noche del viernes duraron las negociaciones, que terminaron con el compromiso de abstenerse por parte de los dos ediles del PSOE, según aseguran fuentes consultadas.

Lo que ocurrió en las horas siguientes es un misterio. O bien Marrero y Rodríguez nunca tuvieron la intención de apartarse y permitir el paso a Borja Barroso, o bien alguien los sedujo con la idea de alcanzar la máxima representación municipal por más que el gobierno estuviera integrado en su totalidad por el grupo mixto; ninguna formación obtuvo los concejales necesarios -tres- para tener espacio propio.

Estiman quienes conocen La Gomera que detrás de la pantalla en la que se exhibe este thriller político hay manos tejiendo una venganza. Hace cuatro años, el PSOE cerró el paso de Casimiro Curbelo a su reelección como presidente gomero tras su incidente con agentes de la Policía Nacional en una sauna de Madrid. El eterno gomero hizo entonces un alarde de tirón electoral y arrasó con su ASG creada solo meses antes. En el PSOE gomero todavía algunos piensan que aún no es tiempo de firmar la paz.

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