En los prolegómenos de la campaña electoral, Ciudadanos no atraviesa un momento apacible en Canarias, sino todo lo contrario. El eventual desplome de la formación de Albert Rivera, pronosticado por distintas encuestas, que auguran que perderá entre 15 y 25 escaños de sus 57 actuales, puede tener consecuencias directas en las Islas y, especialmente, en Santa Cruz de Tenerife donde bailaría el escaño de Melisa Rodríguez. A las encuestas se une la crisis interna de la formación en Canarias. Tras las elecciones autonómicas y locales de mayo empezó la escabechina. Seis concejales y consejeros fueron expulsados: dos en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife, dos en el de Puerto del Rosario y dos en el Cabildo de Tenerife, por apoyar a que el PSOE llegara al poder, en contra de las directrices de la dirección nacional. A la expulsión de estos cargos se fue sumando un goteo de bajas de rostros conocidos del partido naranja en Canarias, sobre todo en la isla capitalina occidental, en consonancia con la desbandada que, por distintos motivos, también se fue produciendo en puestos de relevancia en el ámbito nacional, como el portavoz económico, Toni Roldán, o el eurodiputado Javier Nart.

Juan Amigó, coordinador de Acción Política, Guayarmina Méndez, secretaria de Organización en Gran Canaria, Lizardo Gaspar Cejas, coordinador insular en el Hierro, Carmen Pellón, coordinadora del partido en Lanzarote, o Mariano Cejas, portavoz autonómico y el rostro más visible de la formación en las Islas, se han dado de baja desde las elecciones de mayo, por el cambio de rumbo ideológico al defender que CC siguiera en las instituciones cuando en la campaña autonómica, la candidata a la Presidencia, Vidina Espino "se hartó de decir que quería romper la burbuja, levantar las alfombras y abrir las ventanas" para regenerar políticamente a Canarias, expuso Cejas cuando dimitió a principios de agosto. Entonces condenó que, tras los comicios, se engañó al electorado al castigar y expulsar a los miembros de Cs que fueron "honestos" y pactaron para enviar a CC a la oposición.

La huida de estos importantes cargos orgánicos ha descabezado a la organización en las Islas, que se rige por una por una gestora de cuatro personas, que no tiene ni portavoz, admitió ayer José Guerra, miembro de la gestora y concejal en la oposición en el Ayuntamiento de Las Palmas de Gran Canaria.

La ausencia de un mando claro en el Archipiélago, con un partido en las Islas que orbita en torno a lo que diga su líder Albert Rivera, y las críticas en el seno de la formación de que los candidatos al Congreso, Melisa Rodríguez, por la provincia tinerfeña, y Saúl Ramírez, por Las Palmas, están más en Madrid que liderando Ciudadanos en Canarias, amenaza no solo la estabilidad de la organización naranja, con la fuga de cargos y militantes, sino la consecución de los mismos resultados que en las elecciones generales de abril, donde ambos obtuvieron escaño en la Cámara baja. Los dos diputados repiten como aspirantes el 10 de noviembre.

Tanto Saúl Ramírez omo Melisa Rodríguez defienden que las bajas son casos aislados de personas que probablemente querían cargos tras las autonómicas y locales de mayo, que la caída de militancia no es numerosa sino la normal tras un proceso electoral en cualquier partido - llegaron a contabilizar unos 1.600 afiliados y ayer no tenían esos datos cotejados- y que las encuestas nunca han acertado con Ciudadanos y, por tanto, el único baremo válido es la votación del 10 N cuando los canarios acudan a las urnas.

Ambos diputados esperan repetir escaño en el Congreso. Ramírez considera, además, que partidos como el de Errejón y las fallidas negociaciones de Pedro Sánchez y de Podemos pueden pasar factura al bloque de la izquierda, al igual que al de la derecha, en el que no se encasilla, sus políticas en empleo o la precariedad laboral. Ciudadanos puede dar una sorpresa, sostiene.

Lo cierto es que la precampaña empieza con un golpe a esta formación en las Islas que ayer no quisieron valorar por respeto a la Justicia. La Fiscalía ha solicitado la suspensión cautelar de la expulsión de Ciudadanos de los dos ediles de Santa Cruz de Tenerife, Matilde Zambudio y Juan Ramón Lazcano, porque "se han vulnerado derechos fundamentales".

El pasado 15 de junio, Zambudio y Lazcano apoyaron la investidura de Patricia Hernández (PSOE) como alcaldesa de Santa Cruz, pasando a formar parte del grupo de Gobierno. La formación naranja les abrió un expediente disciplinario, que ha finalizado en expulsión, alegando que habían incumplido las directrices del partido al refrendar al PSOE y dejar a CC en la oposición. Les pidieron que se votasen a sí mismos. Sin embargo, tanto Lazcano como Zambudio han defendido siempre que sí cumplieron con las directrices de Cs y que las negociaciones fueron caóticas.

La abogada de los concejales, Sandra Rodríguez, apuntó en la vista el pasado martes que la expulsión "viola derechos fundamentales" e indicó que no se conocen los órganos que aprobaron estas resoluciones, ni las personas que los componían, ni si se hizo por mayoría, pero es que "tampoco se les dejó presentar alegaciones", apuntó.

Toda esta situación interna en las Islas puede pasar factura a Cs al poner en cuestión la imagen de un partido que nació por la regeneración política.