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Entrevista | Antonio Doreste

"La competencia penitenciaria de Cataluña se tendría que recuperar"

"Hay un riesgo de que los encarcelados burlen la sentencia del Supremo", advierte el presidente del Tribunal Superior de Justicia de Canarias

Antonio Doreste, presidente del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, durante la entrevista. j. pérez curbelo

Nadie se esperaba que renunciara a la reelección. Lo anunció justamente durante el discurso de apertura del año judicial en Las Palmas de Gran Canaria. ¿Qué ha pasado?

Son muchas las competencias que hay aquí. Ahora somos sala de apelación a lo penal. La reforma del año 2015 trasladó del Tribunal Supremo al Tribunal Superior de Justicia de Canarias las apelaciones en sentencias penales dictadas por la Audiencia, es decir, los asuntos penales más importantes, aquellos en los que se piden las penas más altas. Eso es un incremento de trabajo importante y de mucha responsabilidad. Antes, nada mas que teníamos los aforados ahora tenemos muchísimo más trabajo y responsabilidad.

Pero le quitaron parte de los aforados.

Pero lo quitado no compensa ni mucho menos lo que entra. Los aforados es uno de vez en cuando y de lo demás entran tres o cuatro al mes y son asuntos muy importantes. La carga de trabajo y la responsabilidad de la Sala de lo Civil y Penal es enorme ahora porque hace lo que antes hacía el Tribunal Supremo.

¿Y no tienen medios?

Sí hay medios pero personalmente para mí ya el trabajo excede. Ya es mucho... Lo que ya había, esta nueva competencia, los problemas que no se ven, los aforados, porque continúan habiendo aforados judiciales, raro es el mes que no entra una querella contra un juez... Son temas muy delicados de estudiar y resolver . Mucho trabajo, agota, y luego factores personales, por mis hijos, por mi pareja y me canso y pienso: pues no voy a estar aquí peleándome para repetir una cosa que no me interesa. Cinco años ya está bien para estar en este puesto.

¿Y qué va a hacer?

Ya veré. Yo puedo elegir destino. Y puedo pedirlo en cualquier sala.

¿Pero se va a dedicar a la judicatura?

Claro.

¿Nada de política?

Qué va, qué va. Yo me quedo en mi puesto de magistrado del TSJC, lo que no sé todavía es a dónde voy pedir destino.

Cinco sucesores, parece que estaban esperando a que renunciara para ocupar el cargo.

Bueno la verdad es que la mayoría de ellos se animaron cuando supieron que yo no me presentaba.

¿Y cuál es su preferencia?

(Risas) ¡Qué pregunta!

Le ha dicho a sus sucesores que tengan paciencia, ánimo y cuidado y que se van a encontrar con dificultades.

Les he dicho que es un puesto difícil, que no es cómodo. La impresión que puede dar es esa y de cómodo nada.

¿Augura un mandato mucho más complicado?

No, no... Más complicado que el mío es difícil. Las incidencias que yo he tenido no creo que las tenga nadie, pero aún quitando esas incidencias puntuales que ha habido sigue siendo un puesto difícil, no es cómodo.

Entremos en esas incidencias puntuales. ¿Cuáles son?

Por orden de importancia mediática tenemos el asunto Alba y el asunto Clavijo, pero eso no significa que hayan habido otros de igual importancia que no han tenido tratamiento mediático.

¿Le afecta que Salvador Alba

El asunto Alba me ha dejado a mí bastante bien. La querella que me puso se inadmitió, la denuncia que me puso se archivó inmediatamente, o sea nada. En la sentencia ni se me cita. Yo no tengo nada que ver con el asunto Alba y a mí no me ha ocasionado directamente ningún daño.

¿Y qué opina de todo lo que se ha montado y de su condena?

Yo ya no opino nada. Algún día opinaré y podré dar algunas novedades, a lo mejor doy alguna novedad en un futuro pero hasta ahora he mantenido un línea de silencio

¿Es bueno o malo que los jueces se conviertan en políticos?

Yo no puedo opinar mal. Se critica mucho ese cambio pero no lo valoro negativamente. Los jueces tienen su ideología como toda persona, pero hay que tener claro que esa ideología no se traslade a la actuación judicial, hay que separarla muy bien y, luego, con la vuelta a la política tener una serie de cautelas para que en los puestos a los que vuelva el magistrado que estaba en política no haya la más mínima sospecha de parcialidad.

¿Le hizo daño el caso del expresidente Fernando Clavijo

Sí. Pero eso es falso. Yo no he estado a favor de CC sino que mantenía una postura jurídica en ese determinado asunto y creo que yo tenía razón.

¿Y debía seguir el caso en el Tribunal Superior de Justicia de Canarias aunque perdiera el aforamiento y pese a que sus dos compañeras dijeran que no?

Sí. Y ellas tienen su criterio.

¿Tiene vinculación con CC?

No. Cuando milité en política hace 30 años estuve en el Centro Democrático y Social, partido desaparecido hace muchísimos años, de Adolfo Suárez, del que yo estoy orgulloso de haber sido miembro, pero hace tantos años ya... Mi vinculación con la política es tan antigua...

¿Qué opinión tiene sobre el fondo del caso?

No, tengo opinión y, además, quién sabe si en el futuro vuelve a esta Sala con lo cual si la tengo me la reservo. La Sala de lo Civil y Penal ahora hace funciones del Tribunal Supremo, como le he dicho, y si el asunto en el futuro volviera a los juzgados ordinarios y hubiera sentencia, esa sentencia es apelable ante la Sala y puede volver aquí. Y también si cambia la situación personal del señor Clavijo. Yo no voy a pronunciarme sobre el fondo. Lo que yo me pronuncié es sobre qué tribunal debería conocer las diligencias, si el juzgado de Tenerife o esta Sala, y lo que defendí y defiendo es que la competencia tenía que haberse mantenido en esta Sala, en temas de fondo no me he pronunciado porque entre otras razones a lo mejor vuelve.

¿Esos casos pueden haber mellado su imagen y eso le ha hecho no repetir?

No. Lo que han hecho es cansarme porque a mí la imagen no me preocupa y, además, creo que es buena. En la apertura del año judicial hubo una ovación al final.

Se refirió a juzgados con serios problemas.

Eso dije. Hay dos partidos judiciales que están muy mal. Granadilla es un desastre, fundamentalmente por la estructura funcionarial, desde luego no por los jueces. La estructura que está por debajo de los jueces no funciona y hay que tomar medidas drásticas. Y en Puerto del Rosario porque tiene mucho trabajo, aunque se acaba de crear otro juzgado aun así el incremento de trabajo en Fuerteventura no se ha correspondido con el crecimiento de los medios, ha pasado como hace años en el sur de Gran Canaria y de Tenerife, crece rápidamente una actividad económica y los juzgados no crecen con la misma rapidez. En Puerto del Rosario ha sucedido lo mismo, el crecimiento económico de la isla no se ha correspondido con el mismo ritmo de crecimiento de los juzgados.

¿Se necesitan más recursos?

Sí y la creación de más juzgados. Y quiero dejar claro que la verdad es que el Gobierno de Canarias trata a la justicia bastante bien, son ágiles y refuerzan las plantillas. Intentan hacerlo.

También hizo autocrítica señalando que en algunos casos se ha detectado, entre los jueces de Canarias, una dedicación insuficiente. ¿Por qué?

Yo soy el primero que hago autocrítica y en algunos casos no trabajamos todo lo que deberíamos trabajar y se podría trabajar más. Y me pongo el primero.

¿Por el tiempo que tardan en resolver?

Sí, a veces tardamos.

¿Casos de los que se sienta orgulloso?

No tengo ninguno especial para que pueda estar presumiendo. Que lo valoren otros. El que más trabajo me dio desde el punto de vista del estudio fue el voto particular en el asunto de Clavijo, fue mucho trabajo. De los que he tenido fue el más laborioso de estudio. Fue un asunto en el que yo discrepaba de mis compañeras -Margarita Varona y Carla Bellini-y tenía que fundamentar bien mi postura.

¿Se han de suprimir los aforamientos?

No. Yo no estoy de acuerdo con la supresión de los aforamientos. Lo que ocurre con los aforamientos es que tendrían que hacerse de otra manera y, quizás, en lugar de aforarse ante un tribunal superior aforarse ante uno distinto, territorialmente más alejado, de jueces que no nos conozcan.

¿Hay que reformar el Código Penal?

El Código Penal se hace a trompicones. Las reformas se hacen puntualmente en función de la demanda mediática y social, de respuestas determinadas a conductas, y se producen tratamientos completamente dispares en el Código Penal. Cuando comparas una situación con la otra te das cuenta de lo desequilibrado que está. Pongo un ejemplo: falsificar un informe médico dolosamente, que quiere decir que intencionadamente un médico de un hospital hace un informe falso, entra dentro de la falsificación de documento público por funcionario público y tiene una pena de prisión altísima. Y en cambio, el mismo médico, con el mismo contenido, hace un certificado médico, el del colegio médicos, y tiene solo una multa y ni siquiera se inhabilita. ¿Eso es lógico?

¿Funciona bien la justicia en Canarias?

Creo que sí. Funciona muy bien la justicia en España. Y a la vista está la respuesta ante el desafío de los independentistas, que quieren descuartizar España y quieren derogar la Constitución y, en general, en todos los delitos y tipos de situaciones estamos ante una justicia independiente y eficaz, mejorable claro.

¿Hay corrupción en Canarias? No creo que ni más ni menos que en otros sitios. Y afortunadamente la respuesta judicial ha sido bastante enérgica ante todos los supuestos de ese tipo, y además alcanza no solo a los estamentos políticos sino a estamentos funcionariales.

¿Qué le queda por hacer?

Estar más con mis niños y hacer más deporte que no he tenido tiempo (risas).

Sentencia del procés

Yo, viniendo de Manuel Marchena, es imposible hacer ninguna crítica, porque el admirado magistrado presidente, Manuel Marchena, es una persona a la que yo jamás le he podido hacer ninguna crítica dado su nivel personal, intelectual y jurídico. Así que lo que haga Don Manuel lo aplaudo, haga lo que haga. Su solvencia personal, profesional y jurídica es de tal altura que jamás le haría ninguna crítica.

¿Qué opina del procés

En primer lugar, he criticado la pasividad del pueblo español ante este problema. La gente se cansa de este problema y es un problema del que no nos podemos cansar, porque es un problema gravísimo, la unidad de España, no tiene nada que ver con una ideología, es un principio básico de la Constitución y es un atentado flagrante contra la Constitución, un atentado gravísimo y, además, continúa, no es un ataque puntual como lo fue el golpe de Estado, es una proceso, una dinámica que continúa cada vez a peor. Entonces, ante este problema tan grave, lo primero que digo es que hay que estar vigilante, que no podemos cansarnos, es la prioridad número uno que tiene España desde hace tiempo y hay que afrontarla y, en segundo lugar, a ver si el resto de los poderes hacen algo, aunque parece que sí estos días, porque hasta ahora la respuesta ha sido fundamentalmente judicial. El poder judicial es el que está llevando el peso de la lucha contra esta rebeldía, no desde el punto de vista jurídico, sino rebeldía en sentido no jurídico, y ya va siendo hora que todos los poderes del Estado, el ejecutivo y el legislativo respondan. El legislativo para que responda con las modificaciones legales pertinentes para combatir esto.

¿Hay que cambiar la Constitución o aplicar el artículo 155?

La Constitución no hace falta cambiarla. Modificar la Constitución es algo muy delicado. Se abre una caja en la que todo el mundo quiere cambiar demasiadas cosas y mejor es que no. Soy un defensor acérrimo de la Constitución y entre menos se toque mejor. Y con respecto al 155 lo único que digo es que el poder judicial está llevando el peso de todo esto.

¿Y qué habría que hacer?

Se deberían recuperar por parte del Estado las competencias penitenciarias de Cataluña para evitar la burla a la condena en la parte que afecta a los beneficios que atañen a la práctica libertad de los condenados, que solo acudirían a firmar a la cárcel disfrutando de una vida prácticamente libre. Si el Estado no recupera las competencias penitenciarias en Cataluña, las llaves de la cárcel las tienen los encarcelados y se burlará la sentencia. El régimen penitenciario español es muy cómodo y no hablemos del que tienen los independentistas catalanes.

¿A qué se refiere?

Desde mi punto de vista tendría que favorecerse más que los presos realizaran trabajos de suficiente dureza y rentabilidad como para devolver a las víctimas del delito las indemnizaciones, y que las paguen.Que ese trabajo sirviera para reparar el daño que han hecho en lugar de estar cómodamente pasivos, viendo la tele y jugando al baloncesto, recibiendo clases de inglés o matriculados gratis en la universidad. Con ello no indemnizas a las víctimas.

¿Qué se tiene que hacer con Carles Puigdemont?

Es un huido de la justicia, y para nosotros, desde el punto judicial, es lo mismo que otra persona que ha hecho un delito más común y sale corriendo para no responder ante la justicia. Lo que hay que hacer es cogerlo y traerlo para acá.

¿Y por qué no se hace?

Tiene la protección de un país con el que, quizás, no se hayan utilizado el resto de los poderes con suficiente energía para traerlo aquí. Con otras personas eso no pasa. Recuerde el caso Roldán. Se movió cielo y tierra para traerlo y juzgarlo en España y Puigdemont, la verdad, está tan tranquilo y presumiendo en Bélgica, que es un país de la Unión Europea, es un país que comparte nuestros valores La orden está pero no ha sido cumplida por las autoridades de allá y quizás haya habido inacción o pasividad por parte del poder ejecutivo de reaccionar con mayor energía frente a esta situación de asilo, para mí inexplicable.

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