El presidente de la República China, Xi Jinping, ha aterrizado en Tenerife poco después de las 19.30 horas de este viernes. Protagonizará una visita privada de casi un día a la Isla y que incluirá una excursión a Las Cañadas del Teide. Durante siete horas, desde las 10.00 a las 17.00, estarán cerradas las dos carreteras que unen el sur con el parque nacional, la de Vilaflor y Chío, para dar acceso al mismo a la amplia comitiva china.

Xi, que ya estuvo en Gran Canaria en 2016 y fue recibido por la entonces vicepresidenta del Gobierno central, Soraya Sáenz de Santamaría, visita por primera vez Tenerife pero lo hace, a priori, sin agenda oficial, sin reuniones con el Ejecutivo canario u otras instituciones y, que haya transcendido, sin citas con sectores empresariales.

Eso sí, y según fuentes del Ejecutivo autónomo, el presidente canario, Ángel Víctor Torres, sí tiene previsto recibirle en el aeropuerto Reina Sofía, al que llegará con una delegación que ocupa dos jumbos. Xi Jinping hace escala en el Archipiélago de vuelta de Brasila, donde participó en la cumbre de los BRICS, foro que reúne a los mandatarios de las principales economías emergentes, Brasil,China, Rusia, India y Sudáfrica.

Precisamente también hacía escala anoche en Tenerife el presiente ruso, Vladimir Putin. Durante 40 minutos los aviones de uno y otros compartieron pista.

Igual que ocurrió tres años atrás en Gran Canaria -aquí Xi pidió visitar la Casa de Colón en Vegueta- el hermetismo sobre la visita es total. Fuentes de la consejería regional de Presidencia, que indicaron ayer que supieron de las intenciones del mandatario chino hace diez días. Eso sí, y según apuntan, no les ha trasladado mucha más información.

El hermetismo también se da en la Delegación del Gobierno y la Embajada de China. No obstante, fuentes de la comunidad del país asiático en Tenerife apuntaron ayer a que, desde la embajada, se pusieron en contacto con ellos hace "unas semanas" para comunicarles la escala y pedirles "colaboración". Una ayuda que, sin embargo, carece de momento de peticiones concretas porque, precisamente por seguridad, está previsto que conozcan más detalles de la visita hoy y que les concreten si habrá reuniones, si acudirán al aeropuerto o formarán parte de la excursión al Teide.

Durante su estancia anterior en las Islas, Xi Jinping se hospedó en el Lopesan Costa Melo-neras, en Maspalomas. Por protocolo, estas visitas en escalas técnicas desde América del Sur se preparan desde seis meses antes, pero, en este caso y según recordaba ayer el director del hotel, Daniel Morales, se les avisó con una antelación de apenas 20 días.

La comitiva se hospedó del martes 23 al miércoles 24 de noviembre, su estancia supuso una gasto de 300.000 euros y las medidas de seguridad impresionaron. Este hotel es el mayor de España en plazas y acogió esos días a 150 personas de la comitiva china. En otro establecimiento de Las Palmas de Gran Canaria se quedaron 70 personas más.

Aparte del presidente, en el Meloneras durmieron tres vicepresidentes y nueve ministros.

Aparte de su pasea por el centro histórico de la ciudad, Xi tuvo también tiempo de reunirse durante una hora con Santamaría. Para la ocasión hubo francotiradores y un cordón triple de seguridad exterior.

El presidente se trajo a su propio servicio de cocina, pero él y su esposa se abrieron a las posibilidades de la gastronomía canaria y pidieron degustar cochino negro, cherne y papas con mojo, aparte de llevarse botellas de malvasía de Lanzarote.

Por la organización de la acogida, el Gobierno español concedió a Morales, que habló con Xi Jinping con ayuda de una intérprete, la medalla al mérito policial en distintivo blanco.