Los partidos minoritarios, nacionalistas o regionalistas, presentes en el Congreso y cuya participación es clave para propiciar un desbloqueo político en España, como el PNV, CC-NC, Teruel Existe, Partido Regionalista Cántabro (PRC), Bloque Nacionalista Gallego (BNG) o Compromís, han entrado en el proceso de negociación con la clara voluntad de apoyar el principio de acuerdo alcanzado entre el PSOE y Unidas Podemos para un gobierno de coalición y sumar sus votos a la investidura del socialista Pedro Sánchez. Tanto los que ya han mantenido la primera reunión con la negociadora del PSOE, Adriana Lastra, como los que se mantienen a la espera de ese primer contacto, han declarado su apuesta por la gobernabilidad a cambio de compromisos claros del líder socialista con los aspectos esenciales de sus respectivas agendas territoriales, pero sin exigir de entrada documentos complementarios.

Conscientes de que el actual contexto político no permite el nivel de concreción de otras ocasiones, en que los compromisos del candidato a la investidura han quedado plasmados en documentos con bastante nivel de detalle, las reclamaciones se centran ahora en los aspectos conceptuales de sus respectivas agendas, pero comprometiendo en todo caso la palabra del propio Sánchez cuando éste presente su programa de investidura.

En ese sentido, las formaciones minoritarias consideran que el desbloqueo, la investidura y la puesta en marcha de un gobierno son pasos previos obligados para alcanzar el verdadero objetivo de sus reclamaciones: los próximos presupuestos generales del Estado, que el candidato socialista ha anunciado que presentará de manera inmediata.

La postura de todas ellas permiten al PSOE y a Sánchez seguir con el proceso negociador "dicotonómico" sobre la idea básica de evitar unas nuevas elecciones. Este, resaltan, es el único gobierno posible, por lo que consideran que quien no apoye esta opción estaría sumándose al bloque del 'no', en consonancia con la ultraderecha y los independentistas antisistema.

Es la misma dialéctica que el PSOE aplica a ERC, cuya abstención es determinante en el resultado de la votación, aunque de momento mantiene su rechazo al pacto.

Estrategias similares

CC y NC se sumaron ayer a esta posición generalizada en pos de la gobernabilidad por la que previamente apostaron ya otras formaciones como Compromís (integrada en Más País), cuyo diputado, Joan Baldoví, el lunes se reunió con Lastra y dio el primer paso para un futuro entendimiento con los socialistas. Baldoví insiste en su peticiones y reclama algún gesto más explícito por parte del PSOE para garantizar ese 'sí' a la investidura, pero no contempla un escenario de bloqueo político por su parte. En unos términos similares se declara Tomás Guitarte, el diputado electo por Teruel Existe, formación que entra por primera vez en el Congreso y que pone sobre la mesa una agenda cuya respuesta se remite fundamentalmente a los próximos presupuestos.

Para hoy viernes está prevista la primera reunión de Lastra con el PRC, formación con la que el PSOE ya cerró un acuerdo para la frustrada investidura de Sánchez en julio pasado y que sigue vigente en todos sus términos. Socios de gobierno en Cantabria, ambos partidos dan por hecho el apoyo del diputado de la formación cántabra, José María Mazón, al pacto de gobierno con Unidas Podemos, sin necesidad de acuerdos complementarios a los ya existentes. En el caso del BNG, sus reclamaciones tienen, además de una vertiente presupuestaria, otra de tipo político relacionada con el reconocimiento de Galicia como nación, cuestión que, en principio, no se abordará de forma directa en los contactos de su diputado electo, Néstor Rego, con la portavoz parlamentaria del PSOE.

El otro gran partido minoritario necesario en principio para la investidura de Sánchez es el PNV. El partido jetzale ya cerró un acuerdo con Sánchez para la investidura de julio y es el que a grandes rasgos se mantiene para ahora, tal como ya hablaron sus respectivos negociadores el lunes.

El apoyo del PNV al gobierno de PSOE y Unidas Podemos es además imprescindible para que ERC pueda finalmente decidirse por la abstención, sin necesidad de que haya que negociar y ceder nada concreto respecto al procés y la situación de Cataluña. Esta sería precisamente una de las cuestiones que varios de los partidos regionalistas verían como una línea roja en sus respectivas negociaciones con los socialistas. Lo ha hecho el PRC y CC se sitúa en una posición similar.