El presidente de la República Popular China, Xi Jinping, no hizo suyo ayer el conocido refrán español de "a quien madruga, Dios le ayuda". El líder de la potencia asiática se tomó con calma su visita a la cima de España, El Teide, y alargó su estancia en el hotel Abama, en el que se alojaba desde la noche del viernes, tras aterrizar en el aeropuerto Reina Sofía procedente de Brasil.

Los que madrugaron para recibir, retratar o, simplemente, curiosear -es un decir debido a las fuertes medidas de seguridad- con la visita de Xi Jinping al Parque Nacional del Teide vieron algo frustrada su experiencia. El presidente chino y su amplia comitiva abandonaron el establecimiento hotelero ubicado en la costa de Guía de Isora pasadas las 14:30 horas. Como casi todo lo que rodeó la visita no oficial de Jinping a la Isla, los horarios fueron también una incógnita, incluso para los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad españoles. Al menos para aquellos agentes de menor rango.

Su trabajo fue arduo desde primeras horas de la mañana en los dos puntos previstos en la agenda de visitas del líder de la República Popular China: los Roques de García -reconocida imagen que acompañó los ya extintos billetes de 1.000 pesetas- y el Parador de las Cañadas del Teide.

De la improvisación con la que debieron obrar tanto las fuerzas de seguridad como el propio personal del hotel pueden dar fe muchos turistas que se toparon con una realidad que no esperaban: la prohibición de entrar en el establecimiento.

De hecho, ni si quiera se pusieron en servicio la cafetería y los baños. Solo podían acceder al local aquellos clientes con reserva y los que ya estaban alojados en él. Eso sí, la amabilidad desplegada por el personal del Parador, con su director al frente, mitigó cualquier atisbo de protesta. Entre todos tuvieron que apresurarse, incluso, a redecorar la entrada del hotel y a preparar el libro de firmas.

La medida se adoptó sin estar prevista inicialmente y tras tener cierta certeza de que Xi Jinping incluiría en su recorrido una parada en el lugar en el que se firmó el 14 de abril de 1978 la constitución de la Junta de Canarias, ente preautonómico que precedió a la Comunidad Autónoma Canaria. Es decir, un lugar emblemático para el Archipiélago.

La visita de agentes y altos mandos de la Guardia Civil al Parador fue continua durante toda la mañana tanto para definir el perímetro de seguridad como revisar las instalaciones. También hicieron acto de presencia una pequeña delegación del país asiático -con un perfecto dominio del español-, agentes de la Policía Local de La Orotava, personal de Cruz Roja y hasta una grúa.

Desalojo

Sobre las 12:00 horas, los Cuerpos de Seguridad comenzaron a advertir que en pocos minutos se iniciaría el desalojo de la explanada que da acceso a los Roques y a restringirse aún más el tráfico rodado.

Finalmente, Xi Jinping y toda su delegación llegaron al Teide pasadas las 15:30 horas. El presidente chino, rodeado de nuevo por fuertes medidas de seguridad -se prohibió incluso el uso de móviles al personal del Parador de Las Cañadas-, fue recibido por el presidente del Cabildo de Tenerife, Pedro Martín, quien lo acompañó por el breve recorrido que realizó por los lugares señalados. Ambos intercambiaron distintos detalles. Entre ellos, una carta que entregó Xinping con un mensaje de paz del pueblo chino.

El líder asiático visitó primero el establecimiento hotelero, en el que permaneció unos veinte minutos. Aunque se esperaba, no llegó a estampar su firma en el libro de honor. Luego se trasladó a los Roques de García, de cuya belleza pudo disfrutar casi en soledad. Pedro Martín comentó que Xi Jinping se había mostrado muy interesado por la historia reciente del Teide, contada por él, e impresionado por los paisajes del parque nacional.

Concluida la visita, que duró una hora, aproximadamente, la delegación china emprendió el recorrido hacia el aeropuerto del Sur. La salida del vuelo de Air China estaba previsto para las 19:30 horas. Entre las medidas adoptadas por la visita privada del presidente de la República Popular China figuraba el bloqueo de varias camas de UVI en el Hospital Nuestra Señora de La Candelaria, un protocolo que, según fuentes del departamento regional de Sanidad, es similar al que se sigue durante las visitas del rey.

No obstante, lo más llamativo de todo, que ya quedó de manifiesto el viernes cuando Xi Jinping aterrizó en el aeropuerto Reina Sofía y se trasladó posteriormente al Abama, fueron los cortes de carreteras efectuados. Ayer, desde las 13:00 horas, se cerraron los dos accesos al Teide por el Sur, Chío y Vilaflor, una medida que, si bien estaba anunciada, cogió desprevenido a más de un conductor.

A ello se sumaron otros cortes de vías motivados por el desarrollo del Rally Orvecame Isla de Tenerife. Al margen de esto, poco más se sabe de la corta estancia de Xi Jinping en Tenerife debido al hermetismo y la seguridad con los que se realizó la visita.

Trabajadores del hotel Abama relataron ayer que nunca habían visto tantas medidas de seguridad y reconocieron que desconocían cualquier detalle de la permanencia del presidente chino en el establecimiento hotelero porque se les había mantenido alejados.

Eso sí, trascendió que el presidente chino y parte de la delegación se alojó en el Ritz-Carlton Abama, mientras que en Las Terrazas del Abama se reservaron decenas de suites para el resto de miembros de la comitiva.