Cuatro horas en la cola y todavía hay más de 30 personas por delante, pero María Dolores Hernández lo tiene claro: "vale la pena perder el día entero si al final recibo la ayuda que me cubrirá el alquiler de casi dos años enteros". En paro desde hace años y con una discapacidad certificada, esta canaria de 55 años es una de las beneficiarias de la ayuda al alquiler para mayores de 35 años que concede el Instituto Canario de la Vivienda (ICV).

Hernández, al igual que el resto de los provisionales beneficiarios -en total 4.060-, tiene nueve días hábiles más para presentar la documentación requerida para recibir la ayuda. El miedo a que la cola crezca con el paso de los días llevó a esta ciudadana a acudir ayer -primer día desde que se publicara la lista el jueves- a realizar los trámites. Sin soltar la carpeta que contenía los papeles, tuvo que repetir la espera en varias ocasiones porque perdió su puesto al acudir al banco para completar algunos impresos.

La subvención forma parte del convenio bilateral con el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, en el ámbito del Plan Estatal de Vivienda 2018-2021. Tras dos años bloqueada, vuelve a estar en marcha con el objetivo de facilitar el acceso a una residencia a personas con escasos recursos económicos. En total, quedaron fuera de la convocatoria 8.001 solicitantes, el doble que de beneficiarios, por lo que hasta última hora las comparaciones de formularios con la persona que estaba al lado fueron inevitables.

"Mucha gente de esta cola vive situaciones límite, si no pagamos nuestra casa nos quedamos en la calle", declara Hernández, que reconoce tener la suerte de haber encontrado hace cinco años un piso en las Torres por 350 euros que mantiene gracias a su pensión de viudedad.

13,7 millones

Estas ayudas, que en total cuentan con un presupuesto de 13,7 millones de euros, subvencionan el 40% de las mensualidades del alquiler de las viviendas. "En 2017 me llegaron a dar 1.600 euros y llevo estos dos años haciendo magia para poder vivir dignamente", reconoce Hernández, que con la discapacidad se le hace imposible acceder a trabajos que requieran un gran esfuerzo físico. Para las personas mayores las ayudas ascienden hasta el 50% de las rentas.

"Lo primero que hago cada mañana es mirar el Boletín Oficial de Canarias (BOC), por eso me enteré de que volvían a estar

en marcha esta subvención. Mi situación me obliga a estar pendiente de cualquier novedad sobre empleo o vivienda", explica.

La cola frente al Edificio de Servicios Múltiples II fue creciendo a medida que transcurría la mañana. La pareja formada por Miguel Peraita y María Agustina Espino, dos parados de 44 y 49 años, respectivamente, esperaron más de dos horas acompañados de una de sus hijas pequeñas. Para ambos es la primera vez que recurren a esta ayuda y hay un problema: no aparecen en la lista provisional de beneficiarios. Peraita, cargado con un maletín repleto de papeles, no dudó un segundo en acudir desde ayer a primera hora para resolver lo que según él fue un "fallo de la Administración".

La pareja asegura que entregó todo el papeleo exigido en verano, por lo que al recibir el jueves la noticia de que quedaban fuera de la lista decidieron presentar un "recurso de alzada" que corrija el fallo y les permita entrar en la lista definitiva de beneficiarios.

Para hacer efectiva la subvención, el ICV pide a los implicados que presenten el documento que acredita la aceptación expresa de la ayuda, la justificación del pago de las mensualidades del alquiler entre enero de 2018 y diciembre de 2019 y la autorización al Instituto para comprobar el cumplimiento de las obligaciones tributarias y con la Seguridad Social. Si no lo hacen, las posibilidades aumentan para las 2.312 personas que la Consejería de Obras Públicas, Transportes y Vivienda del Gobierno canario mantiene en una lista de reserva.

"No podemos hacer frente a los gastos de alquiler, estamos ambos en paro y tenemos dos niños pequeños", apunta Peraita, que no duda en afirmar que si la cuestión no se solucionara acudirá a la "vía judicial". La pareja es canaria y asegura que "ama su tierra", pero reconoce que si no recibe esta ayuda a la vivienda se plantea trasladarse a otra ciudad.

"Llevamos mucho tiempo esperando esta subvención, no tenemos sueldo ni para pagar una guardería que nos permita tener tiempo para buscar trabajo", explica Espino muy emocionada y visiblemente cansada por las horas de espera.

Diferente es el caso de Mirta Mieses, de 54 años, quien perdió toda la mañana de ayer haciendo cola para resolver el enigma de haber quedado fuera de la lista.

"Aparece que yo rechacé la ayuda, cuando la realidad es que la necesito más que nunca", explica Mieses, que aunque nació en República Dominicana lleva más de doce años residiendo en Canarias.

Sus dos hijas, que viven con ella en un pequeño piso en Miller Bajo, la ayudaban hasta ahora a pagar el alquiler, pero el pasado domingo recibió la mala noticia de que una de ella perdía su trabajo. "Necesito ese dinero, sobrevivo con una pensión de 500 euros en un piso que vale 450. La situación es insostenible", lamenta emocionada a solo un par de metros de entrar al edificio.

Mieses espera solucionar la cuestión durante estos días ya que si no lo hace también se plantea salir de las Islas y empezar una nueva vida. "Alguien tiene que justificar que yo denegué la ayuda, yo no he firmado nada, he hecho todo bien. No pueden jugar así con la vida de las personas", explica indignada.

El consejero de Vivienda, Sebastián Franquis, aseguró tras la publicación de la lista el pasado jueves que las ayudas a las familias con menos recursos seguirán siendo un elemento imprescindible tanto del Pacto por la Vivienda Digna en Canarias, como del Plan de Vivienda que se presentará al Parlamento en un mes. Por provincias, en Las Palmas las ayudas llegan a 1.748 personas y en la provincia de Santa Cruz de Tenerife a 2.312 personas. Todos tendrán hasta el próximo día 30 para entregar sus formularios.