Otro canario más se hace hueco en el Ejecutivo de Pedro Sánchez. El Consejo de Ministros nombró ayer a Francisco Hernández Spínola (Arrecife, 1957), veterano político del PSOE, como nuevo secretario de Estado de Función Pública, un cargo que desempeñará bajo la supervisión de otra canaria, Carolina Darias, como ministra de Política Territorial y Función Pública. Spínola regresa así a la política nacional en un departamento en el que ya ejerció como subsecretario del entonces llamado Ministerio para las Administraciones Públicas entre 1993 y 1995 bajo el mando de otro isleño, el histórico socialista Jerónimo Saavedra. De su misma mano repitió cargo entre 1995 y 1996, pero en el departamento de Educación y Ciencia.

Hernández Spínola vuelve a la actividad política como alto cargo del Gobierno estatal después de regresar a su puesto de funcionario en el Cuerpo Superior de Administradores de la Comunidad Autónoma en 2016, año en el que no logró revalidar en las urnas el acta de diputado al Congreso por Santa Cruz de Tenerife que había obtenido en diciembre de 2015. El político, que cuenta con una dilatada trayectoria tanto en puestos públicos como orgánicos, asegura que esta nueva etapa estará caracterizada por el "el diálogo, el entendimiento, la búsqueda de acuerdos y el trabajo para avanzar en la modernización de las administraciones".

Para Hernández Spínola, que se muestra "agradecido" por el apoyo y confianza que han depositado en él Ángel Víctor Torres y Carolina Darias, los retos que se avecinan "son enormes" y muy diferentes a los que afrontó en la década de los 90. En aquel entonces, recuerda, la agenda política estuvo marcada por el traspaso de competencias a las comunidades autónomas. "Siendo Jerónimo ministro, hicimos la transferencia más importante a Canarias: Sanidad", recalca. Que en el Consejo de Ministros se siente una canaria y haya más políticos procedentes de las Islas en el Gobierno presidido por Pedro Sánchez -Victoria Rosell será la próxima delegada del Ejecutivo nacional para la Violencia de Género-, es para el dirigente canario "una satisfacción". Hernández Spínola sostiene que la sensibilidad del Estado con el Archipiélago está ahora "asegurada", algo que, a su juicio, no ha ocurrido en otras ocasiones.

El nuevo secretario de Estado de Función Pública es licenciado en Derecho y, aunque nació en la capital lanzaroteña, fijó su residencia en Tenerife. En su currículo destaca su labor al frente de la Secretaría General de la Junta de Canarias -el órgano preautonómico que precedió la constitución del Parlamento y del Gobierno canario-, el mismo desempeño que llevó a cabo bajo las presidencias de Saavedra. Tras su paso por Madrid, regresa a las Islas, donde ejerce como consejero de la Audiencia de Cuentas de Canarias entre los años 1997 y 2000. En 2003 ocupa por vez primera un asiento en el Parlamento canario, donde fue portavoz del grupo parlamentario socialista en la sexta y séptima legislaturas. Su carrera política dio un nuevo giro cuando en el Gobierno de coalición CC-PSOE presidido por el nacionalista Paulino Rivero entre los años 2011 y 2015 es nombrado consejero de Presidencia, Justicia e Igualdad del Ejecutivo regional bajo el paraguas de José Miguel Pérez, vicepresidente en aquel entonces.

Tras finalizar su etapa en el Gobierno canario, Hernández Spínola concurre en las elecciones generales de diciembre de 2015 como número dos en la lista socialista que encabezó Tamara Raya por Santa Cruz de Tenerife. Tras consumarse la primera legislatura fallida de la historia de la democracia española, el exconsejero vuelve a repetir en la misma posición en la plancha, pero esta vez sin éxito. Tras no lograr el escaño, decide volcarse de nuevo en su carrera de funcionario. Hasta ayer mismo, estuvo firmando expedientes como presidente de la Junta Arbitral de Consumo de Canarias, cargo del que desde hoy se despide.

En el ámbito orgánico también cuenta con una dilatada experiencia, pues ha sido vicesecretario general del PSOE canario bajo la dirección de Juan Carlos Alemán, José Fernando López Aguilar y José Miguel Pérez. Con López Aguilar tuvo sus tiras y aflojas por lo que en su momento consideró una pérdida de confianza por parte del entonces secretario general del partido, lo que le condujo a renunciar a su cargo orgánico y al liderazgo del grupo parlamentario.