El Estado hará partícipe al Gobierno canario de las negociaciones con Marruecos sobre la delimitación de las aguas del país vecino. Así lo confirmó ayer la ministra de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, Arancha González Laya, tras su encuentro con el presidente del Ejecutivo regional, Ángel Víctor Torres, en Gran Canaria. "El Estado llevará a cabo una gestión conjunta específica con el Archipiélago en todos aquellos temas en los que las Islas se vean directamente afectadas", apuntó la ministra nada más empezar su intervención. Palabras que Torres recibió con agradecimiento.

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"Tengo el compromiso del Estado de que se elevará una queja a Naciones Unidas si Marruecos se atribuye aguas canarias", aseguró sin titubeos el presidente regional. Los intereses del Archipiélago "estarán plenamente defendidos por el Gobierno español", apuntó la responsable de Exteriores. No obstante, tanto ella como Torres, puntualizaron que las dos leyes aprobadas por Marruecos para delimitar sus fronteras marítimas todavía no fijan ningún trazado concreto, por lo que se desconoce si existirá solapamiento con las aguas canarias.

La ministra visitó ayer el Archipiélago con la intención de "tranquilizar" a las instituciones canarias y a la sociedad civil tras haberse reunido el viernes con su homólogo en Rabat, Nasser Bourita. Un encuentro que se produjo 48 horas después de que el Parlamento alauí aprobara dos leyes que amplían la delimitación de sus aguas frente a España y Mauritania. Normas con las que declaran jurídicamente su soberanía sobre las aguas territoriales del Sáhara Occidental. El responsable de Asuntos Exteriores en el país magrebí aseguró en la reunión con la ministra que ante esta cuestión "no habrá unilateralidad ni política de hechos consumados", pero sí "diálogo" con España.

Sin trazar

González Laya quiso recalcar la importancia de no adelantarse a los acontecimiento ya que "Marruecos todavía no ha trazado su zona marítima, solo ha aprobado una propuesta legislativa en la que plasma su deseo de delimitar la zona". Un derecho que tienen todos los Estados y que España "ya ha ejercido en el pasado con sus vecinos".

"Bourita me aseguró que seguirá la legislación vigente", declaró la ministra, quien además aprovechó para recordar que las leyes actuales internacionales establecen que el primer paso a seguir cuando la zona marítima de un país se solapa con la de otro es intentar llegar a un acuerdo. La representante de Exteriores insistió en que la disputa no se encuentra en ese punto, aunque aseguró que "España permanecerá vigilante para comprobar que se respeta la normativa internacional".

El presidente del Gobierno canario reconoció estar "mucho más tranquilo" con las palabras de la ministra y recordó el lema que ha mantenido desde que saliera a la luz el conflicto el pasado mes de diciembre: "No se tocará ni un milímetro de las aguas canaria". Torres aclaró que el mensaje que debe calar ahora en la sociedad canaria es que la propuesta de Marruecos no "tiene ningún recorrido", ya que aunque sea ratificada por las instituciones y el rey marroquí, esta tendrá que transformarse en un decreto que respete el derecho internacional. Y si esto no ocurre, "se enfrentará a la negativa del Gobierno español en la ONU".

En la zona marítima que separa el Archipiélago de Marruecos, Madrid y Rabat han respetado tradicionalmente una mediana imaginaria equidistante respecto de ambas costas, que funcionó cuando los dos gobiernos autorizaron prospecciones petrolíferas en esa zona del Atlántico en 2014 y 2015, cada uno en su lado.

Sin embargo, se trata de una mediana aceptada de forma tácita, sin que se haya fijado de forma formal en ningún tratado. España sí ha iniciado ante la ONU el procedimiento para ampliar la plataforma continental de Canarias hacia el oeste y hacia el sur del Archipiélago, desde las 200 hasta las 350 millas náuticas.

La iniciativa de Marruecos ha reabierto el conflicto sobre la mediana divisoria con Canarias. Fue el pasado diciembre cuando el titular de la cartera de Exteriores marroquí anunció que "establecer una frontera marítima mediante la línea mediana solo sirve como criterio entre dos plataformas continentales". Bourita explicó entonces que si un país "tiene 750 km de costa y otro 10 kilómetros, no se puede aplicar mediana sino que deber regir el principio de equidad".

Sobre esta cuestión Torres recalcó que "ninguna propuesta se puede hacer si no cumple con la legalidad internacional de las aguas", por lo que aseguró que es positivo que cuando se ponen sobre la mesa estas iniciativas actúe la diplomacia. De todas formas, el presidente del Gobierno canario consideró que "es bueno" que España tenga buena relación con Marruecos y a la inversa, por ello apuntó que viajará al país magrebí "en el momento oportuno" ya que las visitas a este estado y a Venezuela suelen ser las primeras que realizan los presidentes canarios. Torres también destacó que se deben mantener "lazos" con países como Mauritania o Senegal, "claves por ejemplo para la seguridad occidental y también para la lucha migratoria".

La tensión con Marruecos no fue la única cuestión que trató la ministra en su visita a las Islas. El brexit también tuvo su espacio. La responsable de Exteriores quiso recalcar el trabajo que el Estado está haciendo para que en "la relación post-brexit entre Reino Unido y la UE no haya menoscabo en los intereses del comercio canario".

Las perspectivas financieras comunitarias, es decir, el presupuesto de la Unión Europea para los próximos siete años, fue otro de los temas que se colaron en las conversaciones que mantuvieron ayer González Laya y Torres. Mantener las ventajas de Canarias como región ultraperiférica (RUP) en Europa es también una prioridad para el nuevo gobierno que dirige Pedro Sánchez, según indicó la ministra.

La visita de González Laya, aunque muy celebrada por los miembros del Gobierno regional, fue fugaz. Tras la reunión en Canarias viajó a Madrid en donde se entrevistó con el presidente encargado de Venezuela Juan Guaidó. Para la ministra la contribución que España tiene que hacer en el tema de Venezuela pasa, dijo, por "contribuir a que se celebre unas elecciones libres, transparentes y democráticas donde el pueblo venezolano pueda elegir cómo quiere gobernarse para el futuro".

En este sentido, consideró que es ahí donde España tiene que estar y "no en polémicas estériles", apuntó la ministra refiriéndose al supuesto encuentro del ministro de Transportes, José Luis Ábalos, con la número dos del régimen de Nicolás Maduro, Delcy Rodríguez, en el aeropuerto de Barajas.