Canarias y Baleares cierran filas contra la tasa verde con que las autoridades europeas pretenden abordar el perjuicio medioambiental que causan las emisiones de dióxido de carbono (CO2) que genera el queroseno que utilizan los aviones como combustible. Ambos archipiélagos inciden en el daño que eso causaría a la actividad turística, motor de las dos comunidades autónomas.

"Condenaría a nuestra economía", aseguró el presidente canario, Ángel Víctor Torres, en el Foro LA PROVINCIA desarrollado este miércoles en la capital grancanaria con el patrocinio de Toyota Canarias y Fred. Olsen.

En opinión del jefe del Ejecutivo autonómico, luchar por preservar el medio ambiente "también es no equivocar la óptica" desde la que se aborda el problema. A ese respecto, destacó que solo el 2% de las emisiones de CO2 que recibe la atmósfera es responsabilidad de los aviones.

La afirmación la compartió plenamente su homóloga balear, Francina Armengol. Ninguno discute la necesidad de acelerar la transición ecológica, pero "de forma justa, sin condenar a regiones" que necesitan los aviones "para subsistir", apuntó la presidenta del archipiélago mediterráneo español.

Guaguas limpias

A ese respecto, apuntó las medidas adoptadas desde su llegada al cargo en el verano de 2015. Entre ellas un plan que retira definitivamente este mismo año "todo el combustible fósil" del transporte colectivo terrestre mallorquín. En su lugar, "todas las guaguas", prosiguió Armengol, se alimentarán de energía eléctrica y gas.

Además, detalló el plan seguido para recuperar la fábrica cementera que la empresa Cemex tenía en Mallorca. Ahora camina a convertirse "en la mayor planta hidrogenera de Europa". Precisamente el hidrógeno se vislumbra como una de las futuras fuentes de energías más importantes para el transporte.

"Hay que convertir las crisis en oportunidades", continuó la presidenta de Baleares, y puso como otro ejemplo de esta dinámica la respuesta conjunta que todas las instituciones dieron a la quiebra del turoperador Thomas Cook acaecida el pasado septiembre.

Torres reconoció "el retraso" que acumula Canarias en medio ambiente y explicó que por ello su Gobierno se decantó por la Declaración de Emergencia Climática nada más tomar las riendas de la comunidad autónoma. A esa decisión le sigue la tramitación de la Ley contra el Cambio Climático, "que ha recibido la mayor aportación" ciudadana conocida hasta la fecha.

El presidente canario recalcó que el tiempo para la discusión tibia ha quedado atrás. "Quienes niegan el cambio climático o piensan que un municipio turístico puede mantenerse sin reciclar tienen una ceguera tremenda", expuso. Solo la sostenibilidad garantiza el futuro del negocio alojativo, según Ángel Víctor Torres.

Siempre, y es algo que se esforzaron en dejar claro ambos presidentes regionales, huyendo de medidas lineales que no tengan en cuenta las especificidades de los territorios insulares y su dependencia del avión.

En esa línea, el jefe del Ejecutivo del Archipiélago aseguró que la ministra para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, matizó sus palabras de hace dos días. En ellas, se mostró a favor de gravar el coste de los desplazamientos en avión porque los usuarios de este medio de transporte son los que más recursos económicos tienen. Torres aseguró que la integrante del Gobierno de Pedro Sánchez ya conoce el perjuicio que eso causaría a la economía del Archipiélago.

Dos comunidades autónomas eminentemente turísticas coinciden en el efecto negativo que tendría restar competitividad a su principal industria. Francina Armengol puso como ejemplo el 11% en que se ha incrementado el coste del transporte marítimo de mercancías desde que el primer día de este año entró en vigor la obligatoriedad de consumir combustible con menos azufre del que se utilizaba hasta la fecha.

La medida, aun reconociéndola como necesaria para conservar el medio ambiente, pone en dificultades a territorios insulares y fragmentados donde no es posible trasladar los bienes por tierra.