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Victoria Rosell se une al equipo que quiere hacer de España un país feminista

La jueza canaria en excedencia tomó ayer posesión como delegada contra la Violencia de Género junto al resto de las personas designadas por la ministra de Igualdad, Irene Montero

Victoria Rosell, ayer, tomando posesión de su cargo junto al resto del equipo del Ministerio de Igualdad. E.P.

Victoria Rosell se integró ayer de manera definitiva en el Ministerio de Igualdad como Delegada contra la Violencia de Género junto al resto de las personas que conforman el equipo de la ministra Irene Montero. La jueza canaria en excedencia, que ha tenido que renunciar previamente a su escaño como diputada por Las Palmas, es una de las siete mujeres, junto a dos hombres, que liderarán desde ese departamento las políticas estatales de igualdad y de lucha contra la violencia machista, y cuyo arranque estuvo marcado por un mensaje de corte feminista y reivindicativo del papel de las mujeres en la sociedad española.

En un acto en la sede del nuevo Ministerio con mucha presencia de representantes de colectivos feministas, de inmigrantes, y del movimiento LGTBI, la ministra dejó clara su intención de convertir ese departamento en un plataforma activa de actuación política en todos los campos para los que tiene competencia sobre el objetivo básico de "hacer de España un país verdaderamente feminista" desde lo que ella llamó en varias ocasiones "un Ministerio feminista".

Junto a Rosell, tomaron posesión la secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, Noelia Vera; la directora del Instituto de la Mujer, Beatriz Gimeno; la directora general de Diversidad Sexual y Derechos LGTBI, Boti García; la directora de Igualdad de Trato y Diversidad Étnico-Racial, Rita Bosaho; la directora del Gabinete de la Ministra, Amanda Meyer; el subsecretario del Ministerio de Igualdad, Pedro Francisco Guillén y el secretario general técnico del Ministerio, Ignacio Sola.

Sin leer

Rosell prometió su cargo sin leer y mirando al frente, y con la misma marcada sonrisa en el rostro con que acompañó el resto de tomas de posesión de sus compañeras y compañeros, y el saludo posterior de amigos, conocidos, colaboradores y miembros de los colectivos que asistieron al acto.

La nueva Delegada contra la Violencia de Género fue mencionada tanto por la ministra como por la secretaria de Estado, las únicas que ayer tomaron la palabra, como la persona idónea para relanzar y fortalecer las políticas que deben intentar frenar la lacra de la violencia machista. Montero agradeció a Rosell haberse sumado a la tarea que emprende el Ministerio de Igualdad desde los postulados feministas y se refirió a ella como "esa jueza valiente que ha demostrado que se puede combatir a las cloacas del Estado, y que se puede combatir y vencer porque a veces los pequeñitos vencemos a quienes parecen muy grandes".

Fue una alusión directa al episodio que vivió la ya exdiputada canaria a raíz de la querella interpuesta contra ella en 2015 por el entonces ministro de Industria, José Manuel Soria, del PP, por un caso que había dirigido como jueza y cuya demanda fue admitida a trámite por el Tribunal Supremo, pero que fue sobreseída en diciembre de 2016 sin apreciarse delito, mientras que, por el contrario y como consecuencia de ese proceso, acabara juzgándose y condenándose al juez del TSJC Salvador Alba a seis años y medio de prisión y 18 de inhabilitación por los delitos de prevaricación, cohecho y falsedad documental. Montero reivindicó ayer de esta forma a Rosell no solo en su papel anterior como jueza progresista y feminista, sino su actitud combativa ante aquella "guerra sucia" desde la política y algún miembro del estamento judicial canario.

La ministra de Igualdad reconoció el ambiente "emotivo" en el que se desarrollaba el acto por el alto significado político del mismo. No en vano, muchas de las personas que ayer asumían responsabilidades en el Ministerio han liderado en el pasado los movimientos a los que ahora se les quiere dar cobertura y trabajar por sus objetivos desde la administración. "Si hay Ministerio de Igualdad es gracias a las feministas", dijo Montero en uno de los momentos de su intervención.

Alianza

La ministra ensalzó al movimiento feminista, movimiento que había manifestado su recelo al conocer los nombramientos de Montero más ligados al movimiento LGTBI que al feminismo, como Beatriz Gimeno o Boti García Rodrigo, ambas ex presidentas de la Federación Española de Lesbianas, Gays, Transexuales e Intersexuales. La ministra apeló a todas las mujeres a estar unidas, "a hacer una alianza feminista amplia y de progreso", para "luchar contra la extrema derecha y los hombres poderosos" que no quieren que las mujeres avancen, que la igualdad sea una realidad. "Sólo cuando estamos solas, cuando no estamos unidas, no somos fuertes", proclamó. "La derecha y también los hombres más poderosos han identificado el feminismo como un enemigo, (...) han declarado una guerra contra las mujeres, también contra los sentimientos. Frente a todos aquellos que movilizan el odio contra las mujeres y contra la libertad de sentir y amar este Ministerio se propone sumar fuerzas para una inquebrantable alianza feminista", afirmó la ministra.

Además, Montero esbozó los tres ejes de su política en el Ministerio de Igualdad. Una política de supervivencia, contra la violencia de género y la trata de mujeres; otra de derechos humanos, "para que cada persona pueda amar a quien quiera" y otra de redistribución y reorganización del tiempo y de la riqueza, para empoderar a las mujeres. También tuvo un recuerdo para las mujeres que le han precedido en el cargo como Bibiana Aído y Carmen Calvo y mencionó a la anterior secretaria de Igualdad, Soledad Murillo, "mujeres que han dedicado su vida a la igualdad".

Por su parte, la nueva secretaria de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, Noelia Vera, visiblemente emocionada durante el acto, también tomó la palabra y agradeció a su ministra ser capaz de "hacer del anhelo una certeza", así como el "empuje" de las mujeres que han salido a las calles para recordar que lo quieren todo, no las migajas, y también la labor de los hombres que van con ellas de la mano "porque han entendido que un país feminista es también un país donde ellos también van a poder vivir mejor".

"Mucho más allá de restablecer esa década de derechos que hemos perdido, las mujeres necesitamos volver a empezar, no se trata de que nos repartamos el pastel entre ambos sexos, se trata de hacer uno nuevo. No se trata de que algunas lleguen, sino de que todas lo puedan hacer", sostuvo Vera.

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