El consejero de Administraciones Públicas, Justicia y Seguridad de Canarias, Julio Pérez, afirmó ayer que ni Canarias ni España desean un conflicto con Marruecos por la delimitación de las aguas, pero van a actuar con firmeza y serán exigentes en defensa del espacio marítimo isleño. Además, apuntó que el interés en este asunto de Marruecos no solo es por el afán expansionista sobre el Sáhara Occidental, sino que tiene una trascendencia económica debido a las reservas marinas de telurio en esa parte de aguas en conflicto. "Hay muchos euros bajo el agua", enfatizó.

En una comparecencia en el pleno del Parlamento de Canarias, el consejero de Administraciones Públicas consideró que la firme posición del Gobierno de Canarias y la del Ejecutivo de Pedro Sánchez han motivado que Marruecos haya bajado el tono en su pretensión unilateral de extender su espacio marítimo hacia aguas canarias.

El consejero destacó la actuación llevada a cabo por las ministras de Asuntos Exteriores, Margarita Robles y Arancha González Laya, en defensa de las aguas.

En este sentido, el presidente del Gobierno, Ángel Víctor Torres, expuso que ha actuado con "contundencia", y lo seguirá haciendo, si el país vecino insiste en sacar adelante las dos leyes relacionadas con la creación de la Zona Económica Exclusiva (ZEE) y de la delimitación de su frontera marítima con España y Mauritania. "La pretensión de Marruecos no tiene recorrido", insistió, porque tiene enfrente a España que está en las mismas tesis de defensa que el Gobierno canario.

Sin embargo, los dos partidos nacionalistas canarios, CC y Nueva Canarias (NC), socio en el Gobierno de Torres, así como Podemos, advirtieron al consejero de que Marruecos, con su actuación "unilateral y los hechos consumados", busca delimitar y ocupar las aguas del Sahara, como hace en tierra desde hace 45 años. Marruecos defiende que está en su derecho de definir sus fronteras marítimas, pero no lo había hecho hasta que se descubrió que bajo las aguas al sur de Canarias se encuentra un monte llamado Tropic, un antiguo volcán que constituye un apetitoso bocado económico por su alto contenido en telurio (unas 2.600 toneladas) y cobalto, metales claves para la industria tecnológica aunque por ahora, sumamente difícil de explotar por la complejidad que conllevarían las extracciones submarinas.

Hechos consumados

Julio Pérez valoró las declaraciones del ministro de Exteriores, Nasser Burita, tras la reunión con Arancha González Laya, reconociendo que no se producirán hechos consumados y que están abiertos al diálogo, pero aún así el Gobierno regional no va a reducir "la exigencia ni la atención".

Al respecto, el diputado del Grupo Nacionalista, Juan Manuel García Ramos, criticó la expansión de Marruecos hacia el sur y reclamó a Canarias que se empiece a preocupar por la situación política del Sahara Occidental. García Ramos consideró que Marruecos activó las dos leyes cuando el PSOE empezó a gobernar, y no se fía del Gobierno central.

Pérez respondió que en 2017, cuando arrancó la tramitación de las leyes, tanto el Estado como el Gobierno de Canarias liderado por Fernando Clavijo (CC) optaron por una "línea moderada y le restaron importancia". Apuntó además que el actual Gobierno canario representa a un "autonomismo verdadero y no teatral" al recordar, mostrando un periódico, las "sonrisas" del exministro de Asuntos Exteriores, Alfonso Dastis (PP) y el propio Clavijo hace tres años. A su juicio, lo que ha hecho Marruecos no tiene ninguna consecuencia "ni en hechos ni en derecho ya que no hay ninguna indicación geográfica en los textos legales" y Canarias siempre ha convivido con el deseo "expansionista" del reino aluita. "No es ni siquiera una raya en la arena", recalcó, aunque no ocultó que a veces los gestos son más importantes que los hechos.

Para Francisco Déniz, de Podemos, Marruecos ha lanzado un señuelo para afianzarse en el tablero de la geopolítica y fortalecer su posición sobre el Sáhara Occidental de cara a España. Quiere que el Estado exija el cumplimiento de las resoluciones de la ONU sobre el Sáhara.

Luis Campos, portavoz de Nueva Canarias, estimó en su intervención que Marruecos ha seguido con su estrategia habitual cada vez que hay negociaciones pendientes con la UE y entiende que "la buena vecindad debe ser de ida y vuelta". En su opinión, las dos leyes marroquíes no tienen validez jurídica, aunque llevan 40 años ocupando los territorios del Sahara Occidental.

La portavoz del Grupo Popular, Australia Navarro, fue más crítica. Aseguró que Marruecos saca los colores a la diplomacia y al Gobierno de Canarias pues ha seguido con las declaraciones unilaterales.