Los industriales canarios advierten que la imposición de tributos para tratar de reducir las emisiones puede resultar un "contrasentido" en el Archipiélago, al tratarse de una región en la que no está permitida el uso de energías con menos impacto medioambiental. "El gas es menos contaminante que otros carburantes. Frente a otros territorios que permiten el uso del gas, que contamina en torno al 30% menos que el fuel, en Canarias no tenemos esa opción", recalca Gonzalo Medina, presidente de la Asociación Industrial de Canarias (Asinca).

La intención del Ejecutivo regional de establecer un tributo verde, aún por definir, al sector turístico, al transporte y a la industria para destinar su recaudación para reducir la huella de carbono en la movilidad terrestre -a través, por ejemplo, de la implantación de trenes-, en la actividad turística, en el tratamiento de aguas o en la gestión de los residuos, ha sido recibido con recelo por parte de los sectores afectados. Medina, que hace hincapié en que la industria es el sector "más avanzado" en esta materia, señala que si bien existe sensibilización con el cambio climático, en un momento de cambio económico una subida de impuestos "nunca es bien acogida". El presidente de Asinca indica que el sector industrial emite a la atmósfera menos del 7% del total de emisiones que se generan en Canarias, por lo que entiende que "a la hora de fijar un impuesto verde hay que tener en cuenta las limitaciones que tiene el sector".

El Gobierno canario tratará de consensuar todas las medidas que adopte al respecto con los sectores afectados, algo que reclaman desde diferentes patronales. Asinca señala que es necesario analizar de antemano si el impuesto "es la solución o un medio". Medina indica que podría ser finalista y estar dedicado a mejorar la lucha contra el cambio climático, pero que en cualquier caso tiene que abrirse un diálogo con los sectores y buscar un "equilibrio".