Canarias tiene sed. Las escasez de precipitaciones -un 75% por debajo de los valores normales- y el exiguo nivel de almacenamiento que presentan los embalses de las Islas han conducido al Ejecutivo regional a impulsar un plan urgente de desalación para hacer frente a la sequía que ya daña al campo y amenaza con estrangular al Archipiélago. Incluso las islas verdes, las más ricas en aguas, están pasando un mal trago. Sus balsas están cada vez más vacías y los acuíferos y galerías más secos. No hay tiempo para la dilación. Los recursos hídricos de la región son ya insuficientes y limitados. La situación preocupa.

El abastecimiento humano no está aún en riesgo, pero sí existe ya una afección sobre la actividad agrícola y ganadera. La Consejería de Transición Ecológica, Lucha Contra el Cambio Climático y Planificación Territorial del Gobierno de Canarias, dirigida por José Antonio Valbuena, se reunirá mañana con los consejos insulares de las siete islas. En el encuentro también estará presente la Consejería de Agricultura, Ganadería y Aguas. El objetivo es poner todas las cartas sobre la mesa, analizar el seguimiento realizado durante los últimos meses sobre el volumen de agua que tiene cada isla para dar respuesta a la demanda existente en todos los sectores y diseñar soluciones conjuntas. También determinar si es necesario declarar -en caso de no haberlo hecho ya, como en Fuerteventura- la emergencia por sequía.

La intención del Ejecutivo de activar un plan urgente de desalación no solo pasa por mejorar y renovar las plantas públicas instaladas en las islas orientales, sino en fomentar una política de desalación en la provincia occidental hasta ahora prácticamente inexistente. Valbuena reconoce que la implantación de este programa es complejo por el volumen de trámites y obras que requiere, pero sí necesario para preparar a las islas ante la persistencia de una sequía que, lejos de mitigar, consolida cada día su tendencia. "El Gobierno canario no puede estar de perfil", señala Valbuena. Si bien las declaraciones de emergencia hídrica dependen de cada Consejo Insular de Aguas, el consejero regional entiende que es necesaria la implicación de todas las administraciones para buscar una salida a esta situación. El plan que propone se pondrá en marcha con independencia de que todas las islas, o solo algunas, hagan oficial su grito de auxilio. "No va a ser fácil", advierte Valbuena, que buscará también ayuda financiera en el Estado y el respaldo de todas las administraciones.

Aunque todas las islas sufren sequía y ésta les afecta de diferentes formas -entre otras cuestiones porque cada cual tiene capacidades de producción de agua distintas-, ya hay algunas que han dado un paso al frente para atajar este problema. Es el caso de Fuerteventura, que a mediados de enero declaró la situación de emergencia hídrica. Con tal declaración, el Cabildo majorero pretende desarrollar más de 20 actuaciones de mejora del abastecimiento de agua, entre los que se encuentra la ampliación de depósitos y plantas desaladoras. Este estatus otorga, de hecho, capacidad jurídica y burocrática para acelerar los procedimientos de ejecución de obra.

¿Pero qué contempla la Ley de Aguas de la Comunidad Autónoma en caso de que se active la emergencia hídrica? El capítulo VI, referente a situaciones especiales y de emergencia, habilita a los consejos insulares para efectuar asignaciones de aguas a usos y zonas específicas, imponer la venta forzosa de agua a determinados destinatarios al precio autorizado, determinar trasvases forzosos, acudir a la puesta en explotación de instalaciones no rentables u ordenar el empleo del agua almacenada. Asimismo, si la emergencia conduce al desabastecimiento o la sequía resulta excepcional, el Consejo Insular podrá, incluso, imponer restricciones al consumo de agua. Valbuena asegura, en cualquier caso, que la situación actual no requiere, de momento, este tipo de medida.

Más emergencias

Más emergencias

La Palma también ha pisado el acelerador en esta materia. Las once balsas de la isla bonita cerraron enero con un 38% de volumen de carga y hace apenas dos semanas el Cabildo optó por declarar, en su caso, el estado de emergencia climática. Y lo hizo, entre otros motivos, por la sequía. "El cambio climático es una realidad y el Cabildo debe aportar decisiones políticas, con traducción económica, para tener más agua destinada al consumo vecinal, a la agricultura y a las industrias, así como anticipar las campañas de prevención contra los incendios forestales", apuntó entonces la consejera de Cambio Climático y Servicios, Nieves Rosa Arroyo.

Lanzarote ya había hecho lo propio a final de julio del pasado año. El Cabildo declaró entonces el estado de Emergencia Climática y Ecológica en Lanzarote y La Graciosa. Prácticamente un mes después, el Gobierno regional dio luz verde a la emergencia climática en el Archipiélago.

El objetivo del Ejecutivo canario es impulsar ahora un plan de desaladoras para garantizar la producción de agua. Precisamente Lanzarote fue pionera en esta materia en 1964, al convertirse en el primer territorio en acoger una planta desaladora. Y no solo en Canarias, sino en toda España. No en vano, la introducción de estos sistemas ha calado más en las islas orientales, las más desérticas, por lo que ahora en la provincia occidental se pretende impulsar este tipo de alternativa para garantizar el abastecimiento de agua, limitado hasta ahora, como en el caso de Tenerife, a empresas privadas.

En Gran Canaria, solo el 22% de la capacidad de sus presas estaba ocupada a final de enero. Pese a ello, el presidente del Cabildo, Antonio Morales, señaló ayer que el suministro de agua para la población está garantizado. Morales indicó que no solo se debe a su red de desalación, sino también a que Gran Canaria es la isla que más aprovecha las aguas depuradas. Aun así, reconoció que la sequía continuada está generando un problema para los cultivos de medianías y cumbres. El contraataque a esta situación pasa, a su juicio, por generar más infraestructuras de almacenamiento y continuar avanzando en desalación.

También en La Gomera miran cada vez más al cielo a la espera de lluvias. En la isla colombina todos las cuencas se encuentran por debajo del 25% de su capacidad. La de San Sebastián está por debajo del 10%; la de Hermigua, al 20%; la de Agulo, al 15%; y la de Vallehermoso, al 25%. Toda la cuenca sur de la isla está, además, seca. El agua también se ha convertido en un problema crucial en El Hierro. La menor disponibilidad de recursos hídricos de forma natural trae de cabeza al sector primario, por lo que el Cabildo ha habilitado en más de una ocasión partidas para paliar los efectos de la sequía.

La sobreexplotación de las reservas naturales de aguas no ha jugado a favor de Canarias, tampoco el retraso en el desarrollo de obras hidráulicas por la ausencia de financiación estatal y la demora de las corporaciones insulares para adaptar sus planes hidrológicos a la directiva europea. Un atraso que costó, además, una sanción a España y llevó al anterior Gobierno a asumir tales competencias para aprobarlos de forma paulatina. El Archipiélago trabaja ahora contra reloj para evitar que la sequía le siga comiendo terreno. El tiempo acucia.

PREGUNTAS CLAVE

Emergencia hídrica

  • ¿Quién la declara?Los consejos insulares:La Ley de Aguas contempla que los consejos insulares de aguas, en caso de descenso grave de los caudales disponibles o de las reservas hídricas que pongan en peligro la producción y el abastecimiento de agua, podrá declarar para la totalidad de la isla o para una parte de ella la situación de emergencia.
  • ¿Qué supone?Restricciones al consumo:Entre las medidas que pueden activarse con la declaración de emergencia hídrica se encuentra el establecimiento de restricciones al consumo. El Consejo Insular también podrá efectuar asignaciones de aguas a usos y zonas específicas, imponer la venta forzosa de agua a determinados destinatarios al precio autorizado, determinar trasvases o acudir a la puesta en explotación de instalaciones no rentables.
  • ¿Quién la ha declarado?Fuerteventura:Fuerteventura declaró a mediados de enero la emergencia por sequía. El Cabildo pretende con este estatus impulsar más de veinte actuaciones de mejora del abastecimiento de agua, entre los que se encuentran la ampliación de depósitos y plantas desaladoras. La Palma también dio un paso hacia delante hace apenas dos semanas, cuando declaró la emergencia climática ante la escasez de lluvias y el descenso de reservas hídricas, entre otras razones. El Cabildo de Lanzarote fue la primera corporación insular en declarar la emergencia climática. Lo hizo a final de julio del pasado año, justo un mes antes de que el Consejo de Gobierno, a propuesta de la Consejería de Transición Ecológica, Lucha Contra el Cambio Climático y Planificación Territorial, declarase a Canarias en emergencia climática.