El alcalde de Vigo y exministro Abel Caballero apuesta por llevar el sistema de la lista más votada al Estado para evitar el bloqueo que existe en la política española de un tiempo a esta parte. El dirigente socialista cree que el sistema electoral que impera en los ayuntamientos y cabildos podría ser más "interesante" con los matices y las transformaciones necesarias para adaptarlo a las elecciones generales y a la designación del presidente del Gobierno central.

Según Caballero, si en una corporación local no hay mayoría absoluta o un pacto previo gobierna la lista más votada y así se evita un bloqueo político. "No sería un mal sistema para evitar que haya fuerzas que no asuman sus responsabilidades de Estado forzando elección tras elección hasta lograr ganar las elecciones, por eso creo que a lo mejor nuestro modelo puede servir para que otros órganos del Estado lo utilicen".

También en clave nacional, el que fuera ministro de Turismo y Transportes con Felipe González criticó al nacionalismo de Cataluña por haber "perdido el norte" e "infravalorar al Estado español". Abel Caballero defendió la vía del diálogo para resolver el conflicto abierto entre el Estado y Cataluña siempre con la unidad nacional como algo innegociable. El dirigente gallego calificó a España como un Estado-nación con 550 años de historia en la que conviven nacionalidades históricas y comunidades autónomas con varios idiomas y singularidades territoriales que producen un "enriquecimiento" que no puede convertirse en un "derecho político secesionista".

En este sentido, el alcalde de Vigo defiende el papel de su comunidad, Galicia, como nacionalidad histórica y su compatibilidad con España como nación porque así lo define la Constitución. Caballero recordó que tanto Galicia como País Vasco y Cataluña tuvieron sus estatutos antes del inicio de la Guerra Civil en julio de 1936 y por eso son comunidades denominadas históricas y con idiomas propios.

A lo largo de su intervención Abel Caballero también hizo varias alusiones a la política gallega, ahora en precampaña electoral por los comicios autonómicos del 5 de abril. El alcalde de Vigo y el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo mantienen una dura pugna política desde hace varios años, que se acrecienta cuando llegan las elecciones, que han supuesto la consolidación de Caballero en su municipio y la del dirigente popular al frente del gobierno autonómico gallego.

El presidente de la FEMP ejemplificó su pugna con la Xunta como muestra de cómo las comunidades legislan cargando más competencias sobre los ayuntamientos sin recursos. En el caso de Galicia se ha obligado a los ayuntamientos a costear la mitad de las escuelas infantiles y centros de día cuando un ayuntamiento como Vigo ha asumido la gestión de competencias en medio ambiente, incendios o depuración de aguas sin tenerlas ante la "dejación" de la comunidad autónoma.

Enfrentamiento político

Sin ir más lejos, ayer mismo el presidente de la Xunta y candidato del PPdeG a la reelección, Alberto Núñez Feijóo, acusó al alcalde de Vigo de llevar a cabo una estrategia política consistente en "buscar" al "enemigo" en la Administración autonómica, mientras el regidor lo ha acusado de ser un "farsante" que "desatiende" a la ciudad. Feijóo ha criticado la posición del gobierno local, que ha comparado con la llevada a cabo desde la Generalitat y que, en su opinión, ha permitido que Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) y Junts per Catalunya (JxCat) ostenten su gobierno.

Por otro lado, Abel Caballero se mostró favorable a un cambio en el modelo de gestión de los puertos para que los ayuntamientos tengan más poder de decisión, ya que las comunidades autónomas entraron en la gestión al proponer a los presidentes de las autoridades portuarias mientras que las corporaciones locales son "residuales". Como en Las Palmas de Gran Canaria, el puerto es para Vigo el "pulmón económico" de la ciudad debido a su importancia pesquera o de exportación de vehículos.

Una de las cuestiones en la que Caballero se mostró más ambiguo fue al ser cuestionado en el coloquio sobre el exceso de ayuntamientos que hay en España o la utilidad de las diputaciones, que en plena crisis económico hubo un planteamiento para suprimirlas. Para Caballero hay que "repensar" el modelo municipalista español y que sean las diputaciones las que deban avanzar en la coordinación de los servicios y la gestión de los municipios más pequeños, que son la mayoría tanto en la Península como en Canarias. De los 8.131 ayuntamientos solo poco más de un centenar son ciudades, mientras el resto son pequeños y medianos municipios.