El previsible parón que sufrirá la economía mundial, y también la del Archipiélago, por la epidemia de coronavirus ha llevado a la Consejería de Hacienda del Ejecutivo autonómico a meter en la nevera la creación de impuestos verdes. "No es el momento, la política fiscal se tiene que hacer siempre en función del contexto económico", explicó el vicepresidente del Gobierno canario, Román Rodríguez.

La rápida propagación de la enfermedad y las consiguientes medidas que se están adoptando para atajarla impactan de lleno en la actividad económica. Qué decir del turismo, pilar del producto interior bruto (PIB) isleño, que se enfrenta a una histórica caída de las llegadas.

Nueva Canarias (NC), formación de la que es presidente Rodríguez, nunca ha ocultado su intención de poner en marcha figuras fiscales que graven el negocio alojativo. Generó expectación conocer cómo se incluiría esta medida programática en un pacto de las Flores que también rubricó la Agrupación Socialista Gomera (ASG), que no veía con buenos ojos una ecotasa a satisfacer por los visitantes en el destino.

Se optó por la fórmula abierta de "estudiar" y "debatir" su implantación, pero Román Rodríguez, también consejero de Hacienda del Ejecutivo regional, nunca ocultó su intención de incrementar la presión fiscal por esa vía.

"Los impuestos ambientales se imponen en el mundo entero, en Europa y en España", recalcó ayer en los pasillos del Parlamento autonómico. Mantiene esa intención de demostrar "el compromiso" de las Islas "contra la carbonización de la economía".

Algo que consideró compatible con la exigencia de las Islas de que el Gobierno central abra sobre ellas un paraguas que las deje al margen del impuesto que prepara la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, sobre el transporte aéreo.

En cualquier caso, el debate, que ya en tiempos boyantes contó con la frontal oposición de las patronales hoteleras, se retomará cuando la tormenta dé un respiro. "La dimensión económica de la epidemia del coronavirus está adquiriendo un volumen insospechado hace seis semanas", relató el vicepresidente, por lo que consideró que el actual momento "no es bueno" para abrir debates de este tipo.

Además, ante lo que pueda venir, señaló la necesidad de que tanto la Unión Europa como España estén a la altura y prevean la necesidad de inyectar oxígeno a la actividad económica. "La propia Constitución Española señala que las reglas fiscales tienen que exceptuarse en momentos críticos, y este lo es", enfatizó. Un camino que abrió el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, en una reciente entrevista en el diario El País.

Traducido a la práctica, eso significa que Bruselas tiene que flexibilizar sus exigencias fiscales y permitir que administraciones como la canaria puedan hacer uso del superávit que tienen depositado en los bancos.

"Frente al retroceso de la economía privada, recursos públicos, keynesianismo, políticas anticíclicas, recursos para la economía", expuso el responsable de las arcas autonómicas. Algo que, apuntó, ya ha anunciado que hará la canciller alemana, Angela Merkel; "para construir casas", detalló Rodríguez.