A partir del lunes las playas de Gran Canaria, Tenerife, Fuerteventura, Lanzarote y La Palma se abrirán al baño y los ciudadanos podrán tomar el sol pero se cerrarán las duchas, lavapiés o las zonas recreativas en la arena para evitar los posibles contagios del Covid-19. Estas cinco islas se unirán a La Gomera, El Hierro y La Graciosa en la fase dos del plan de desescalada estatal - que ya avanzaron en esa etapa el pasado lunes- y, por lo tanto, se alcanzan mayores cotas de libertad en toda Canarias, como el deseado uso de las playas en las Islas, aunque la normativa estatal vuelve a generar incertidumbres. Por ello, ayer se produjo una reunión técnica de la Federación Canaria de Municipios (Fecam) y el Gobierno regional para establecer un protocolo marco de las medidas que han de adoptar los distintos municipios en el acceso a sus playas.

Los ayuntamientos deben regular este uso y se acordó realizar una normativa general de seguridad, si bien cada consistorio pondrá en valor sus singularidades, pues no es lo mismo un municipio con playas kilométricas a otras zonas "con playas de callaos", explicó gráficamente Tomás Pérez, dirigente de la comisión de Seguridad de la Fecam y alcalde de La Aldea, que participó en el encuentro junto a la presidenta de esta organización, María Concepción Brito, en una reunión telemática convocada por la Dirección General de Seguridad y Emergencias del Ejecutivo regional.

El objetivo de la reunión se centró en acelerar al máximo la elaboración de un protocolo marco que sirva de guía para todos los municipios de Canarias que cuenten en su litoral con zonas de baño y que deberán adaptar a su realidad, explicó Pérez. Los contactos con los técnicos del Gobierno de Canarias continuarán en los próximos días para definir cuanto antes el escenario al que se enfrentan los municipios y las medidas que deberán adoptar si este próximo lunes 25, como es previsible, toda Canarias entra en esta etapa intermedia de la transición hacia la 'nueva normalidad'.

En este momento, la prioridad es la seguridad "en tierra", precisó Tomás Pérez, por lo que los dispositivos, como los socorristas de la Cruz Roja, se unirán a la Policía Local para controlar que se cumplan las normas de distanciamiento social y las medidas de protección en la arena, sin abandonar la vigilancia en el mar, subrayó Pérez. En el aire quedan aún muchas incógnitas comunes a toda España. Aunque la Fecam tiene claro que, como norma general se cerrarán duchas, zonas de recreo o se vigilará la separación entre usuarios de la arena, todavía ha de definir múltiples cuestiones.

Este es un debate a nivel nacional de los municipios costeros. En Murcia, por ejemplo, los ayuntamientos preguntaron ayer al Gobierno de su Comunidad Autónoma cómo se controlará el acceso: por señalamiento o mediante personas que vigilarán la entrada de bañistas. Y si fuera el segundo caso, quién se tendrá que encargar de ese control. Otro punto consultado fue en torno a la higiene: cómo se realizará el proceso de limpieza de playas, con qué frecuencia se aplicará y qué materiales son los idóneos para realizarla.

La Xunta de Galicia ha propuesto, por su parte, limitar los aforos de los arenales, una gestión que depende de los ayuntamientos. Pretende imponer un sistema de cita previa, de modo que quienes quieran ir a la playa deberán reservarlo a través de Internet para un lugar, un día y una hora determinados.

En Andalucía también proponen medidas para limitar el aforo de las playas. Allí recomiendan ducharse antes de ir y al llegar, y no permanecer en el arenal más de cuatro horas para evitar aglomeraciones. En Canarias, la Fecam no llega a los extremos de cita previa. En este contexto, Tomás Pérez recuerda el primer día que se permitió correr, en fase cero, o ir a terrazas, en fase uno. Ciertamente se produjeron aglomeraciones, pero se han ido suavizando lo que evidencia que es una cuestión de responsabilidad individual, que debe extrapolarse a la apertura general de las playas, que ya se pueden usar para hacer deporte. Recalca que no hay que relajarse en esta batalla a un virus mundial que se ha cobrado la vida de 155 personas en las Islas y más de 27.700 en España.

La orden ministerial en fase dos indica que el tránsito y permanencia en las playas estará permitido manteniendo siempre una distancia mínima de seguridad de, al menos, dos metros, o, en su defecto, medidas alternativas de protección física, de higiene de manos y de mascarilla. Recuerda que los grupos deben ser de un máximo de 15 personas.

Aparte de las playas, las novedades más significativas del período intermedio será la apertura después de dos meses de los centros comerciales, eso sí, con bastantes limitaciones pues se prohíbe la permanencia en las zonas comunes o áreas recreativas, el aforo estará limitado al 40% y se establecerá un horario de atención preferente para personas mayores de 65 años. Los restaurantes dejarán entrar a clientes en su interior, si bien no se podrá consumir en la barra y el aforo estará limitado a un tercio, de manera que haya separación suficiente entre los clientes. Todavía no abrirán las discotecas ni los bares nocturnos.

La cultura recupera a paso lento su espacio y a las bibliotecas y museos se suman en esta fase los cines, teatros y auditorios, que abrirán al público con butaca asignada previamente y limitación de un tercio del aforo. Los espectáculos culturales deberán acoger a menos de 50 personas en lugares cerrados y a menos de 400 al aire libre.

Además, a partir de la fase dos se podrán celebrar bodas en todo tipo de instalaciones, con un aforo del 50% y sin superar los 100 invitados en espacios al aire libre o los 50 en espacios cerrados. Los velatorios también tendrán un límite de 25 personas en espacios al aire libre o 15 en espacios cerrados. Y entre otras medidas de relajación en la fase dos de desescalada, en los lugares de culto, donde hasta la anterior etapa se permitía un tercio del aforo, la limitación será ahora de la mitad.

Pero para llegar a este desahogo de desconfinamiento, el Ministerio de Sanidad debe dar luz verde a la petición que presentó el pasado lunes el Gobierno de Canarias para el avance de las islas de Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria, Tenerife y La Palma. El Ministerio solicita que Canarias demuestre una capacidad de control y de prevención de picos de la pandemia en los datos epidemiológicos, cuestión que cumple porque en las últimas semanas se ha detectado una media de una treintena de casos a la semana, con días con cero casos.

En UCI solo hay 14 personas ingresadas y los fallecimientos se han ido estabilizado. Asimismo, la capacidad del sistema de rastreo de personas con síntomas y, por tanto, sospechosas de tener el virus, y el control de todos sus contactos se ha reforzado con la Atención Primaria, y se realizan entre 2.000 a 3.000 test PCR diarios.