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CRISIS DEL CORONAVIRUS La desescalada en las aulas

La gestión de Educación en el cierre del curso abre una brecha en el Gobierno canario

Gregorio Cabrera, director general de Innovación, Ordenación y Calidad, dimite por la gestión de la consejera en la desescalada

Desescalada en Canarias | La presencia en las aulas se reiniciará paulatinamente desde el 1 de junio

Desescalada en Canarias | La presencia en las aulas se reiniciará paulatinamente desde el 1 de junio

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Desescalada en Canarias | La presencia en las aulas se reiniciará paulatinamente desde el 1 de junio Martín Alonso

El cierre del curso escolar, condicionado por la crisis sanitaria provocada por el coronavirus, ha abierto una brecha dentro del Gobierno de Canarias. La fisura, profunda y con varios altos en el camino, tiene su origen en la Consejería de Educación -departamento del Ejecutivo regional en el que ayer presentó su dimisión el director general de Innovación, Ordenación y Calidad Educativa, Gregorio Cabrera-, agita los biorritmos internos del PSOE en las Islas -donde se critica que el área está fuera de su control pese a ser una consejería bajo dominio socialista en los acuerdos del Pacto de las Flores- y pone en otro aprieto a Ángel Víctor Torres al frente del Gobierno de Canarias -compañeros de viaje ya le recomiendan la destitución de María José Guerra como consejera de Educación-.

La dimisión de Gregorio Cabrera, que hizo oficial su renuncia al frente de la dirección general de Innovación, Ordenación y Calidad Educativa a las 20.00 horas de ayer, certificó el incendio que tiene Guerra dentro de su equipo de trabajo en Educación. El alto cargo se va, según un mensaje de texto enviado a sus colaboradores y que se filtró antes de que comunicara su marcha a la consejera, por los planes para cerrar el presente curso escolar.

"El desencuentro", explica Cabrera, "con la estrategia asumida por el equipo director de la consejería de Educación y Universidades ha llegado a un punto de no retorno, a raíz de las instrucciones no consensuadas que en forma de Orden dejan en manos de la voluntad personal de cada profesor o profesora llevar a efecto o no la respuesta educativa prevista para los cursos de 6° de Primaria, 4° de ESO y 2° Bachillerato al mismo tiempo que traslada a las directivas toda la responsabilidad en la toma de decisiones".

El ex director general del Gobierno de Canarias, en su comunicado, llega a admitir que defendió "la necesidad de centrarnos en la puesta en marcha y organización del curso 20-21" aunque también reconoce que "aceptamos el acuerdo de afrontar un proceso de desescalada que incluía actividad docente presencial a partir del 25 de mayo". Sin embargo, "el desecuentro con la estrategia" de la consejería de Educación provocó que adelantara su marcha del departamento. "Hace ya un mes", detalla Cabrera, "anuncié mi intención de no continuar como director general el próximo curso y puse de inmediato mi puesto a disposición de la Sra. Consejera". "Acepté", añade en la nota, "no obstante, mantenerme hasta finalizar julio, pero, ante la imposibilidad profesional y personal de continuar en esta situación, he tomado la difícil decisión de presentar mi dimisión formal con petición de reincorporación en el menor tiempo posible a mi puesto de inspector, donde seguiré trabajando, como siempre he intentado hacer, por la Educación en Canarias".

Intento desde Presidencias

Ángel Víctor Torres, tras conocer la renuncia, intentó persuadir a Gregorio Cabrera. El presidente del Gobierno de Canarias afirmó, tras la conferencia de presidentes autonómicos, que "hasta que no se publique en el Boletín Oficial de Canarias (BOC) no habrá constancia oficial de la citada dimisión". Los tanteos desde Presidencia para reconducir el problema resultaron inútiles. Antes de que acabara el día, la consejera de Educación recibió la notificación oficial de una marcha ante la que -según trasladó su equipo de comunicación- "como no podía ser de otra manera muestra todo su respeto" .

La dimisión de Gregorio Cabrera deja a María José Guerra sin uno de sus apoyos dentro de la consejería de Educación y rubrica las disensiones dentro del departamento. Hace dos semanas, la propia titular del área tuvo que anular una reunión entre parte de su equipo y sindicatos de la que no fue informada. La cita, convocada por la directora general de Centros -Laly González- para tratar temas ligados al cierre del curso, fue reconducida a la Mesa Sectorial "a riesgo", como se apuntó desde el entorno de Guerra, "de poder estropear aún más la imagen de la consejería".

La relación entre María José Guerra y su viceconsejera, Loli Rodríguez, es nula. Ese enfrentamiento ha generado malestar dentro del PSOE, donde se recuerda que Guerra -a pesar de ser elegida por Torres- es independiente. Además, desde el bando socialista se recalca que su principal apoyo dentro de la consejería, Marisol Collado -directora general de Centros-, tampoco forma parte del partido.

María José Guerra fue una de las voces discordantes, dentro del propio Gobierno de Canarias, después de que Ángel Víctor Torres destituyera a Teresa Cruz como consejera de Sanidad al inicio de la crisis del coronavirus. En ese momento, la titular de Educación calificó de "ejemplar" la labor de Cruz, a la que reconoció y agradeció su trabajo resaltando que su actuación permitió controlar el problema "mejor aquí que en otras comunidades".

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