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Entrevista | La visión del presidente de los socialistas isleños

"El nacionalismo canario tiene un concepto oportunista del Estado"

"Yo no pondría en cuarentena a Coalición Canaria, lo que creo es que le viene bien estar un rato en la oposición", señala José Miguel Rodríguez Fraga, presidente del Partido Socialista Canario y alcalde de Adeje

"El nacionalismo canario tiene un concepto oportunista del Estado"

Hace ya un año que se cerró la etapa de Coalición Canaria (CC) en el Gobierno. ¿En qué se ha notado?

Ha habido un cambio de estilo, un cambio creo que evidente. Pero ha sido un año muy accidentado, y esto ha complicado muchísimo las posibilidades. El escenario ha sido complejo pero se ha estado a la altura. Las grandes crisis que se han sufrido, desde los incendios y la caída de Thomas Cook hasta el capítulo de la calima y ahora, y sobre todo, el coronavirus, han dejado poco margen para una actuación normalizada. Pero insisto: se ha estado a la altura.

Pero en el día a día, sobre el terreno, a pie de obra, poco han cambiado las cosas.

Pero es que la situación ha sido un sinvivir. Cuando pensábamos que ya no podía ocurrir nada más, ha venido la siguiente crisis. Ha habido poco margen. En los incendios tenemos algo de experiencia, lamentablemente, y hay una buena infraestructura, pero esto de la pandemia nos ha cogido a todos absolutamente perdidos. Nada se sabía, todo ha sido imprevisto. Ha habido que inventar y tirar hacia delante, y creo sinceramente que se ha hecho, y que se ha hecho bien. El sistema sanitario ha demostrado gran capacidad de resistencia, y de eso puedo dar fe por el caso del hotel H10 de Costa Adeje. Ahora necesitamos un desconfinamiento inteligente, porque retroceder sería terrible, y afrontar una crisis económica y social que está fuertemente vinculada al cero turístico, que es de lo peor que nos ha ocurrido en la historia. Se ha puesto de manifiesto esa gran dependencia del sector turístico, un sector clave que ha ido a cero, y a partir de aquí se pone a prueba la capacidad, debo decir que demostrada por el presidente del Gobierno de Canarias con el pacto de reactivación, de diálogo y de entendimiento. Se está caminando bien.

Hace dos semanas que Ángel Víctor Torres envió una carta a Pedro Sánchez para pedir una comisión bilateral Canarias-Estado aún sin fecha. Tampoco se ha autorizado el uso del superávit a los ayuntamientos y poco se sabe con certeza sobre el endeudamiento. Lo digo porque hace falta ayuda.

El Gobierno central tiene que ayudarnos. Pero creo que sí está comprometido y que el presidente, Pedro Sánchez, ha mostrado una gran sensibilidad con Canarias. Ahora esto tiene que traducirse en recursos y en acciones y políticas concretas, pero el horizonte que se dibuja en este sentido es bueno. Tengamos también en cuenta que hablamos de algo que ha ocurrido hace poco más de dos meses y que el Gobierno de la nación tiene que atender a todas las comunidades sin plena disponibilidad política para tomar decisiones, porque es un gobierno en minoría. Son muchas las dificultades, pero aun así se está dando el callo. Puedo dar fe de que tanto en la Presidencia del Gobierno como en el Ministerio de Turismo hay una enorme sensibilidad con Canarias y un buen conocimiento de Canarias. Es más, y mire que llevo tiempo en esto, pero yo no había conocido este nivel de sensibilidad. Creo que esto se va a traducir en hechos. Y luego no olvidemos el otro pilar, el de Europa, donde a diferencia de en la anterior crisis, donde todo fueron recortes, hay una predisposición mucho mayor a crear un escenario de apoyo y ayudas, especialmente en el sector turístico, con lo que España deberá de salir singularmente beneficiada y aún más Canarias. Dicho todo esto, debo también decir que no todo tenemos que remitirlo a Europa y a España. También nosotros tenemos que hacer muchas cosas.

¿Por ejemplo?

Pues reconducir y revisar muchas cosas que no se hicieron bien, que no se acabaron de hacer o que se pueden mejorar, y por supuesto plasmar las muchas enseñanzas que nos está dejando esta crisis. Hay un gran trabajo por hacer: mejorar los circuitos administrativos o, por ejemplo, revisar la ley de contratos, que es un desastre, para que las administraciones públicas podamos jugar el papel que debemos jugar, un papel muy importante porque en crisis como estas el último recurso para todo es la Administración.

Ha elogiado esa sensibilidad del Gobierno con Canarias, pero es con Bildu con el que el PSOE firma un acuerdo justamente para facilitar el uso del superávit y los remanentes. ¿No le escuece?

Sin duda, pero esto forma parte del inevitable trapicheo político por la situación en que se encuentra el presidente del Gobierno, una situación dramática. El PP se ha colocado en una posición de competencia con Vox y luego culpa al presidente del Gobierno de tener que buscar los apoyos necesarios para sacar adelante lo que cree que es mejor para el país, que en este caso era mantener el estado de alarma, algo que, además, no parecía en discusión porque es una decisión apoyada en los informes científicos. De verdad que es una cosa bastante lamentable. El espectáculo político es bastante penoso, bastante penoso. Por lo demás, se pacta con Bildu la reforma laboral, pero no hay nada nuevo, ya estaba en el programa. En cuanto al superávit y el remanente, pues es algo que estamos reivindicando todos, y será para todos.

Pero siendo usted un socialista entiendo que jacobino, de país...

Sí, de país, nada de radical.

... Entonces insisto en que deben producirle cierto resquemor los flirteos del Gobierno con los independentistas.

Qué quiere que le diga: no me gustan, pero entiendo que el juego político es el que es. Cuando tienes enfrente lo que tienes enfrente y no hay ninguna posibilidad de sacar adelante las iniciativas que crees son mejores para el país, pues tienes que negociar. Y, además, están legitimados, están en el Parlamento y no podemos deslegitimarlos, como tampoco podemos deslegitimar a Vox aunque no me guste lo más mínimo.

Está tardando María Jesús Montero en lo del superávit.

Sí sí, pero supongo que tendrá sus razones. Hombre, ¡no creo que sea tan mala que quiera fastidiarnos a todos! [Ríe]. Estará un poco viendo las consecuencias de decisiones de este calado. Pero estoy seguro de que es un recurso que se va a utilizar en una crisis como esta, porque si no, es que habremos perdido el sentido común.

Sebastián Franquis decía que el nacionalismo canario tiene un concepto de Estado que ayuda a la gobernanza.

Bueno... Tiene cierto concepto oportunista de Estado, diría yo. Si necesitan mi voto, yo lo vendo; vamos a tener voz canaria? Pero le garantizo que el PSOE también tiene voz canaria, lo que pasa es que no se oye en el Parlamento porque hay otros foros donde defendemos nuestras posiciones, y al final somos un partido de Estado, un partido de mundo, si usted lo prefiere, por su vocación universal. El canario es un nacionalismo utilitario más que ideológico.

Ahora hay cierta sintonía con CC. ¿Ya se le puede levantar la cuarentena?

Yo no los pondría en cuarentena; yo creo que les viene bien estar un rato en la oposición, creo que les tocaba, y en eso nosotros tenemos larga trayectoria. Es bueno para los partidos, y Coalición Canaria es un partido que casi no conocía la oposición.

Entonces de cara a eventuales pactos, Coalición no está en el congelador, ¿no?

No no, en absoluto. Hay buena gente en Coalición Canaria, gente que ha hecho un buen trabajo. Pero el partido tiene que reconducirse también.

Por cierto, se habla mucho de la unidad del nacionalismo canario, lo que hoy se traduce en la unión entre CC y Nueva Canarias. Desde su punto de vista, los enemigos, mejor divididos. ¿Es así?

Hay un nacionalismo canario progresista, o más orientado hacia la izquierda, por así decirlo, y otro más orientado hacia la derecha. Y creo que es una de sus grandes contradicciones. ¿Qué es el nacionalismo? La defensa de un territorio. Pero luego está el planteamiento ideológico de fondo, y esto crea también distintos modelos y distintas maneras de entender hasta el nacionalismo mismo, y se lo dice alguien que no es en absoluto nacionalista. Creo que ser socialista y nacionalista es incompatible. Yo tengo pasión y compromiso con la igualdad, con el valor del ser humano.

Quedan por tanto en el PSOE voces que recuerdan sin ambages la incompatibilidad entre socialismo y nacionalismo.

Es incompatible. El socialista es humanista: el ser humano como valor en sí mismo y no en función de su vinculación a un territorio. Lo otro es lo fácil: mi tribu y el mi, mi, mi... No deslegitimo a nadie, pero no lo comparto. Socialismo y nacionalismo difícilmente se compadecen.

El PSOE canario tiene más poder que nunca, y al final para depender de otros tres partidos.

Es el sistema que tenemos, y como todos, tiene ventajas e inconvenientes. Yo soy partidario, sobre todo en los ayuntamientos, de un planteamiento que propicie gobiernos estables presididos por la fuerza más votada. Y creo que lo comparten todos pero que por cuestiones de oportunidad no se ha hecho realidad. Sería muy importante y mejoraría muchísimo la salud política y democrática del país, sin duda. Una cosa es el Parlamento y otra, instituciones como los ayuntamientos, donde priman la gestión y el día a día. Ya hay que pactar con los propios compañeros, porque un partido no es un bloque monolítico, así que si encima hay que estar con pactos, mociones de censura... En fin, todo esto en nada ayuda a que el ciudadano se sienta identificado con la clase política, y es un drama la percepción de los ciudadanos de que los políticos son el problema y no la solución. Eso es terrible.

Dicen que el que parte y reparte se queda con la mejor parte. Salvo el PSOE canario, que cedió Turismo y Hacienda.

Pero es que al final la lógica tampoco funciona mucho aquí. Funcionó en el sentido de que el partido más votado es el que tiene la Presidencia, pero luego el partido minoritario en ocasiones se sabe imprescindible, y esto forma parte de las negociaciones. Lo importante es que el Gobierno funcione como Gobierno, y esto es una cosa que yo creo que hay que reforzar, porque ahí hay alguna carencia. Felipe González decía: "Se gobierna en Moncloa, no en Ferraz". Es una expresión adecuada. Es decir, hay que diferenciar entre el partido, el papel del partido, que entre otras cosas es el que dirige la política, y el papel institucional, que es otra cosa.

Y dice que hay carencias.

Tenemos algunas carencias. Se ha evolucionado hacia una mayor preponderancia de los partidos, cuando a las instituciones hay que darles la autonomía y el camino necesarios para que funcionen como gobiernos coordinados, más allá de las ideologías políticas. No es fácil incluso cuando tienes un gobierno monocolor, así que cuando encima están los intereses de otros partidos, intereses que a su vez tienen que ver con otros muchos factores y elementos, pues las cosas se complican enormemente. Básicamente, la cuestión es que se funcione como gobierno, no como la suma de lo que a cada uno le interese; se trata de sacar adelante lo que les interese a los canarios. Eso es lo importante: la lealtad. Creo que esa lealtad ha funcionado hasta ahora, y estoy convencido de que va a seguir funcionando, entre otras cosas porque es imprescindible para Canarias.

Algún socio sí que les ha salido algo deslenguado.

Pero eso forma parte de la sobreactuación política en la que vivimos, una constante dramatización de la política.

Ángel Víctor Torres ha dicho que la destitución de Teresa Cruz ha sido su decisión más dolorosa. Para usted también debió de serlo.

Fue muy muy doloroso. Aun entendiendo que se está dentro de un pacto, que había una situación crítica y que es una consejería extremadamente sensible, fue muy doloroso porque Teresa estaba haciendo un buen trabajo. Habrá tenido sus desencuentros, pero estaba haciendo, creo, un buen trabajo.

Si Teresa Cruz hubiera actuado igual, con los mismos aciertos y errores, pero con el PSOE gobernando en solitario, ¿seguiría hoy en el cargo?

Quiero creer que sí, lo que pasa es que, claro, al final hay tributos que pagar. Uno tiene que valorar dónde está la raya roja, pero hay tributos que hay que pagar.

¿Y qué le ha parecido la gestión en Educación?

Es una situación diferente, pero es también una consejería compleja y de una dimensión enorme. Conozco a María José [Guerra Palmero] y creo que ha sido una excelente consejera que sencillamente llegó al límite en su camino, y hay que aceptar y respetar su decisión.

¿Quién será el futuro líder del PSOE en las Islas?

Lo decidirá el partido, que es lo que toca decir. Pero ahora mismo tenemos un buen liderazgo. Ángel Víctor Torres, que no fue mi candidato, hoy lo sería sin ninguna duda. Lo está haciendo bien pese a las circunstancias. Tenemos en él un buen liderazgo, y creo que para un tiempito.

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