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Dos cargos policiales lituanos participaron en la entrada violenta de un chalet en Adeje

Una investigación de la Junta de Inmunidad se resuelve con la expulsión de los agentes

Dos cargos policiales lituanos participaron en la entrada violenta de un chalet en Adeje LP/DLP

Dos altos cargos de la policía lituana son expulsados del cuerpo por motivos disciplinarios después de que el diario Lietuvos Rytas se hiciera eco de un suceso acaecido en el sur de Tenerife el 22 de julio de 2019. Los hechos, ocurridos a raíz de la entrada violenta en un chalet de Adeje, fueron publicados el 15 de septiembre. Entonces se desconocía que Darius Zukauskas, identificado por la dotación de la Guardia Civil que fue activada para este servicio (Expediente Nº 2019-004897-0001161) con la carta de identidad de Lituania 13998999, y Giedrius Skaladas, que entregó un carnet de conducir de Lituania con la numeración 37611260468, ocupaban dos puestos de relevancia en la estructura policial de su país.

Darius Zukauskas ostentaba la jefatura del Comisariado de la Policía del Distrito de Kaunas, segunda ciudad más importante de Lituania, y Giedrius Skaladas era el jefe del Departamento de Investigación del Crimen Organizado de la Policía de Kaunas cuando la Junta de Inmunidad del Departamento de Policía del Ministerio del Interior abrió un expediente preliminar para aclarar lo ocurrido en torno a las 13:00 horas del 22 de julio en una residencia situada en el Campo de Golf de Adeje. En las diligencias enviadas al Juzgado de Instrucción Nº 2 de Arona, que archivó una causa que fue recurrida y la Audiencia Provincial reabrió para iniciar una investigación, se describe que cuatro personas, un abogado -manifestó estar indocumentado en el instante de la apertura del atestado-, una familiar de Raimondas y los dos policías, accedieron con fuerza a una casa de la calle Samarín -contrataron los servicios de un cerrajero- manifestando a las personas que se encontraban en su interior que tenían que abandonar la vivienda "sí o sí" en menos de dos horas.

Litigio por una herencia

El inmueble forzado forma parte del patrimonio que generó Raimondas Karpavicius, magnate lituano fallecido el 9 de agosto de 2019 después de que le diagnosticaran un doble tumor cerebral, que en la actualidad está afectado por un litigio judicial aún sin resolver. La denunciante, que se presentó ante los efectivos de la Guardia Civil y Policía Local de Adeje desplazados a la zona como la apoderada de Audrone Karpaviciene, separada en el instante en el que ocurrieron estos hechos de Raimondas Kaparvicius -se casó con él, es la madre de su único hijo y renovó los votos antes de que enfermara-, expuso que la acción que llevaron a cabo los dos policías y el jurista estaba relacionada con una orden de desahucio solicitada por el empresario contra la que había sido su esposa durante más de dos décadas y media: en otoño de 2018 residieron juntos en la casa de Tenerife, pero fue en los primeros meses de 2019 cuando Audrone y su hijo, Rokas Karpis, perdieron el contacto con Raimondas Karpavicius, supuestamente, por la intervención directa de terceras personas.

La mujer que avisó a los servicios policiales manifiesta en la denuncia que interpone a las 20:40 horas del 22 de julio de 2019 en el puesto de la Guardia Civil de Adeje, que durante las diligencias previas en el chalet recibió un SMS enviado desde el móvil personal de Raimondas Karpavicius en el que le indicaba que debían "abandonar la casa antes de las 12:00 horas de mañana" (23 de julio).

Con el caso bloqueado judicialmente en Tenerife -una de las partes reclama la propiedad de la vivienda en el Juzgado de 1ª Instancia Nº 3 de Arona y la otra en el Juzgado de 1ª Instancia Nº 4 de Arona-, lo que nadie podía imaginar era lo que iba a pasar una vez los agentes Giedrius Skladas y Darius Zukauskas se reincorporaran a sus destinos en Kaunas.

Rasa Karmazaite, periodista de Lietuvos Rytas (el diario de mayor difusión en Lituania) contó lo que estaba sucediendo en torno a la última voluntad (hay otra denuncia vinculada con la modificación del testamento) del emprendedor ya fallecido: el total de su patrimonio supera con holgura los 110 millones de euros. Lo cierto es que la "guerra" que se desata por el control de este legado acaba teniendo un interés nacional que se acrecenta con la entrada en acción de unas piezas que aparentemente no pintaban nada en esta pugna familiar. Giedrius Skladas, por citar un ejemplo, sumaba 25 años en la Policía de Kaunas. Él y su compañero Darius Zukauskas han mantenido siempre que únicamente se limitaron a pasar tres días de vacaciones en Tenerife (algunos medios lituanos especularon con la teoría de que habían prestado servicios de protección al letrado que se desplazó a la Isla con la intención de forzar el desalojo.

"Degradan al cuerpo"

Aunque Giedrius Skalada abandonó el cuerpo de manera voluntaria, la investigación siguió en marcha hasta determinar que los altos cargos habían degradado el nombre de la institución por sus acciones, en virtud del artículo 72/1/7 del régimen interno.

El devenir del matrimonio formado por Raimondas Karpavicius y Audrone Karpaviciene dio un giro "inesperado" (según manifiesta la parte más próxima a la esposa) en el instante en el que al empresario le detectan un doble cáncer cerebral. A partir de ese momento es cuando entra en acción Henrikas Karpavicius, hermano mayor del enfermo, y Aiste Karpaviciene, una joven que ingresa en la estructura financiera que lidera Raimondas Karpavicius para trabajar en el departamento de comunicación, pero que acaba casada con el millonario cuando se fractura definitivamente el vínculo con Audrone y Rokas.

La herencia de Raimondas Karpavicius, tanto en Lituania como en España, está impugnada: una de las propiedades que siguen pendientes de un fallo judicial es el chalet de Adeje -la inversión realizada por el difunto en las Islas supera los cinco millones de euros- que trató de recuperar una de las partes de manera violenta y que acabó con una investigación interna por parte de la Policía de Kaunas. En el otro extremo, en el que están Rokas Karpis y su madre, se insiste en el hecho de que la pieza clave en este laberinto financiero, posiblemente no estaba en la plenitud de sus condiciones físicas y mentales cuando se empezaron a producir los cambios afectivos de finales de 2018 y los primeros meses del año pasado.

Empresas inmovilizadas

A las empresas que en la actualidad están inmovilizadas en España -Rarkarpis SLU y Marilitu SAU- hay que sumar las que se encuentran afectadas por unas medidas provisionales en Lituania tras las demandas presentadas por Rokas Karpis: uno de los proyectos inacabados por Raimondas era crear de un 'hub' (centro de distribución) entre Canarias y África. En la denuncia que tramitó en la Sala de lo Civil del Tribunal del Distrito de Vilnius, el hijo de Raimondas Karpavicius solicitó que su tío (Henrikas) Aiste (la mujer que se casó con su progenitor) no pudieran acceder al testamento oficial de su padre que tiene fecha del 5 de marzo de 2019, es decir, firmado cuatro meses antes de producirse el incidente de Adeje.

Esta petición fue atendida el 21 de octubre de 2019, con la activación de unas medidas cautelares que imposibilitaban al notario Modestas Valantiejus, titular de la notaría Nº 28 de Kaunas, a expedir los certificados de sucesión a los demandados, que lógicamente se movieron en busca de una apelación que un juez volvió a fallar en favor de Rokas Karpis: "El tribunal de apelación estima que la medida cautelar aplicada por el juzgado de primera instancia (la de prohibir al notario dar curso a los certificados sucesorios) es suficiente para salvaguardar las exigencias del demandante, porque los demandados no pueden disponer de los bienes objetos del testamento ni, por consiguiente, disminuir su valor hasta que no obtengan los certificados sucesorios", dicta la autoriodad judicial.

Con todas las operaciones controladas por el juez que debe decidir el reparto de las propiedades de Raimondas Karpavicius -entre uno de los muchos logros que se le atribuyeron durante su efervescente carrera como inversor figuraba acaparar el 85% de la producción de leche que se producía en Lituania-, en la actualidad la gestión de los intereses empresariales de las marcas intervenidas la lidera Henrikas Karpavicius, que inicialmente estuvo al tanto de algunas operaciones cerradas por su hermano antes de romper la relación para centrar su vida como docente universitario: su regreso en los últimos meses de vida generó las sospechar a Audrone y Rokas.

Algunos de los colaboradores más estrechos de Raimondas Kaparvicius destacan de él su facilidad para ver un negocio donde no parecía existir nada.

"Ambicioso, insistente y, sobre todo, emprendedor", enumera un profesional que le acompañó en su etapa inversora en Canarias. "Si se le metía algo en la cabeza no paraba hasta que lo conseguía, que era lo que habitualmente pasaba cuando intentaba activar un inversión en la que otros no creían... Era un buen negociante, pero, a su vez, una persona justa", incide un profesional que prefiere no desvelar su identidad.

Y es que todo lo que sigue ocurriendo en torno a la última voluntad de Raimondas Karpavicius guarda una similitud con una partida de ajedrez en la que las piezas blancas y negras miden sus movimientos con precisión para no exponer a sus figuras más valiosas. Por ahora, y hasta que se resuelva este rompecabezas judicial, sobre el tablero siguen cayendo peones y cargos intermedios.

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