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Arona | Crisis en uno de los motores del turismo en Canarias

"Hay técnicos que mangonean; llevaron por mal camino al edil de Urbanismo"

Agustín Marichal. S.D.SUR

¿Qué pasa en Arona?

En Arona ha habido muchos conflictos en el pasado y ahora parece que la historia se repite. Donde hay construcción, donde hay intereses y se genera dinero, hay problemas.

Y el PSOE tampoco, en un mandato, además, en el que cuenta con la gran ventaja de una mayoría absoluta...

Queríamos darle estabilidad y tranquilidad a Arona y acabar con las sospechas sobre el urbanismo. Pero los problemas se repiten. Y sé perfectamente lo que pasa. El PSOE pasó de tener cuatro concejales hace tres mandatos a 12 el pasado y 14 este. Aquí se ha hecho una montaña con nada. Entre los concejales de mi partido hay celos.

Pero, de ahí a tener que destituir a uno, como Luis García, de Urbanismo, expulsado por decisión del alcalde?

Estoy de acuerdo con la destitución de Luis García. Llevo más de un año mediando entre el alcalde y este concejal. Hay una parálisis total en esta Concejalía, en medio de la redacción de un nuevo Plan General de Ordenación, tumbado por el Supremo cuando llevaba nada menos que 20 años preparándose y solo un año antes de llegar José Julián Mena a la Alcaldía.

¿Por qué esa parálisis?

Viene de 2012, del follón que montó CC cuando gobernó Arona.

El PSOE lleva ya cinco años en el gobierno aronero.

Los problemas vienen de los técnicos. No todos, ojo. Hay mucha gente buena en ese departamento pero hay unos cuantos que vienen bichaditos desde hace tiempo y que están entre los que más mandan. Han mantenido los cargos y quieren seguir mangoneando. Han llevado por el mal camino al concejal Luis García. Son ratitas de la administración.

Hablaba usted del Plan General. Hay que recordar que la Justicia lo tumbó porque ocurrió algo muy grave: se introdujeron modificaciones después de su aprobación por la Cotmac.

Lo hicieron mal. ¿Y por qué se hizo mal? Por dar prioridad a una serie de intereses, intereses particulares, no del pueblo.

Ahora hay denuncias de que se está intentando beneficiar a determinados intereses.

Eso es mentira total.

Pues esas denuncias ha acabado en Fiscalia por Luis García.

Si el tiene claro que existen esas irregularidades, me parece bien. De todas maneras, eso se tenía que haber debatido en el partido.

El problema es que no son diferencias de criterios lo que se ha llevado a Fiscalía. Son denuncias de presuntas extorsiones a empresarios y amenazas a técnicos municipales.

Yo habría hecho lo mismo si veo indicios de extorsiones y amenazas. De todas maneras, creo que hay que ir a la Justicia cuando hablamos de casos graves. No se puede judicializar la política porque sí, porque lo que se consigue es paralizar un municipio.

Se transmite la sensación de que todo está podrido en Arona.

No todos los empresarios que trabajan en Arona son honrados y transparentes, eso está claro. El empresario siempre busca negocio. Soy de los que piensa que hay que hacerlo con dignidad, con la ley en la mano. Lo he hecho durante 46 años. He salido adelante y he sorteado muchas crisis, honradamente, trabajando todos los días.

¿A usted le han hablado de estas presuntas extorsiones y amenazas o las ha sufrido?

No. Es que yo no sé ni lo que ha denunciado exactamente el señor García.

Hay grabaciones.

He escuchado una grabación pero solo una parte, tres o cuatro frases, porque la cortan por donde a alguien le interesa. Sé a lo que se refiere. Todo eso ha sido orquestado porque hay empresarios que obstruyen para que las cosas no funcionen.

Pero es que hay un informe firmado por el jefe de Disciplina y Gestión Urbanística del Ayuntamiento, Damián Hernández Fumero, que habla de coacciones y amenazas del abogado Felipe Campos, y que estas amenazas paralizan la actividad.

Hay parálisis en el Ayuntamiento. Las licencias no salen y lleva ocurriendo hace muchos años.

¿Por qué?

Mire, ese señor, el jefe de Disciplina Urbanística en tres años no ha trabajado ni dos. Ahora está de baja otra vez. Ojo, máximo respeto a las bajas. Pero, de todos modos, el responsable máximo, el que tiene la potestad de descongestionar el área, es el concejal de Urbanismo, un concejal al que se le ha dado todo lo que ha pedido.

Pero es que en ese informe, el jefe técnico de la oficina de Urbanismo pide protección al concejal por coacciones y amenazas.

No conozco ese informe y no conozco esas coacciones y amenazas. Creo que no existen. Y ese señor, y esto sí lo conozco, quiso obligar a un técnico jurista a que informara a favor de la legalización de una nave industrial en Guaza que tenía 600 metros y ahora tiene 3.000. La querían legalizar aunque nunca tuvo licencia. Le pidió al concejal que destituyera a ese técnico. Delante de mí se lo pidió Luis García al alcalde, quien le advirtió de que se iba a quedar sin asesor jurídico. Este señor, además, no estaba muy de acuerdo con otro funcionario que sacó la plaza. Aún así, lo dejó de jefe y se ausentó por una baja.

Pero, entonces, ¿cómo es que se mantiene en el cargo a Damián Hernández?

Este señor no puede ser el jefe de la oficina técnica de Urbanismo. Es un error de Luis García. Pero lo que hizo Luis García fue subirle el sueldo unos 1.500 euros mensuales hace un año y pico porque se lo pidió. Luego le preguntaron a ese señor y negó que pidiera el aumento. Dejó a Luis García con el culo al aire. Pero no fue la primera vez. Ya fue cambiándole a Luis García todo lo que este pedía y finalmente, hace un mes, pide traslado en comisión de servicios y se va de baja.

En la reunión del Centro Comercial Arts, según Damián Hernández, no estaba acreditado a quién representaba Campos.

No lo sé pero creo que representa al empresario Santiago Puig, que tiene una parcela colindante pequeña que queda cerca del Arts.

¿Le parece normal que un abogado, externo al Ayuntamiento y que no se sabe a quién representa, sea convocado por el alcalde para, en sede municipal, presionar a los técnicos del Ayuntamiento, conociendo además expedientes que están en trámite?

A Felipe Campos lo conoce todo el mundo en Canarias. Yo creo que no es solo Felipe Campos. Usted, como ciudadano, puede personarse y que le den la información.

¿Qué opina de Diego Cano?

Estoy muy molesto con él. Lo conozco de hace muchos años e incluso he trabajado con él en el mercado inmobiliario. El otro día le escuché lanzar acusaciones a todos lados? Pensé: pero ¿qué está diciendo este hombre? Es que nos llamó mafiosos. Y me nombra a mí que llevo trabajando por Arona desde hace 69 años. De mafiosos Diego Cano sabe mucho más que yo.

Pero ¿denunció esas graves irregularidades?

Lo único que sé es que ha habido un empeño por legalizar ese centro comercial en el área de Urbanismo. Y lo que sé es que desde hace cuatro meses la Fiscalía está investigando ese centro comercial.

¿Cree que la mejor solución es que se vayan Mena y García?

No. Aquí no tiene que irse nadie.

¿Y cuál es la solución del cisma de un gobierno partido: siete menistas y siete menistasgarcistas

La solución es hablar con Luis García, que ha sido caprichoso y desleal con el alcalde. Y lo sé porque he estado en veinte reuniones. Y son unas divergencias que no solo tienen que ver con el Arts. Es que estamos hablando de un Plan General, que es un desastre heredado de Coalición Canaria.

¿Usted qué opina de Luis García, el concejal destituido?

Es una persona excelente pero aquí ha habido alguien que lo ha llevado a donde no tenía que ir.

¿Usted confía en el alcalde?

Totalmente. Hasta el momento confío al cien por cien.

¿Cree que es ético y estético que tenga un asesor investigado por delitos relacionados con la corrupción, como Nicolás Jorge?

Sí, porque es una persona honrada y transparente. Su nombramiento es legal. Lo conozco bien, desde que estaba en las juventudes socialistas. Jorge es un tipo buenísimo, una persona honrada.

¿Es correcto que un constructor y hotelero como usted sea presidente del PSOE de Arona?

Los empresarios sucios actúan sin dar la cara. Yo doy la cara . Nací en Arona, me crié en un pueblito de La Gomera, Arure, cuidando cabritas y tuve unos padres -mi madre todavía vive- que me dieron una educación simple, que se basaba, entre algunos principios, en que lo ajeno no se toca. Siempre me inculcaron el respeto a los demás y seguiré siendo así hasta el último día. Ni he metido la mano en la lata ni la meteré.

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