El PSOE de Arona se enroca. La respuesta de la dirección socialista local, o al menos de su presidente, Agustín Marichal, a la grave crisis que golpea el Ayuntamiento, donde la mitad del grupo municipal que sostiene al Gobierno de José Julián Mena está en contra del alcalde, es todo un desafío. A la espera de la respuesta de la Ejecutiva Federal del Partido Socialista, que ha intervenido en el conflicto, tras los intentos sin éxito de la insular y regional de apaciguar los ánimos, Marichal, que compatibiliza su cargo orgánico con sus negocios e inversiones hoteleras en el sur de Tenerife, lo tiene claro: "Que tengan cuidado los de la ejecutiva federal [el máximo órgano de dirección del PSOE en España] porque se pueden cargar al partido de Arona, con un proyecto que tanto tiempo y esfuerzo ha costado construir".

El recado de Agustín Marichal, en declaraciones a este periódico, está claro. Marichal está con Mena. Bien clarito. Para él, la solución no pasa por la salida del alcalde que hace un año logró una mayoría absoluta. "No nos quedaremos parados. Mena tiene que seguir siendo el alcalde porque así lo quiso el pueblo", concluye sin matices. Categórico. De hacer caso a sus propias declaraciones esto mismo ya se lo trasladó al secretario ejecutivo de Coordinación Territorial de la Ejecutiva Federal del PSOE, Santos Cerdán, que acudió al sur de Tenerife esta semana para ver, callar y escuchar y luego, al final, dentro de unos días, decidir. Esto último, en realidad, es lo más complicado. En este envite Marichal enseña parte de sus cartas y esconde otras. Se guarda las que mostrará si la Ejecutiva Federal del PSOE manda a mudar a José Julián Mena. Permanece a la espera, aunque si ha decidido hablar es por algo.

Marichal almorzó el martes con Santos Cerdán, un privilegio reservado para el veterano presidente del PSOE de Arona. Ese día el secretario ejecutivo de Coordinación Territorial de la Ejecutiva Federal del PSOE dedicó la jornada, a una media de 25 minutos con cada uno, a hablar con cada uno de los 14 concejales socialistas de Adeje, con los fieles y con los rebeldes, en el hotel Anthelia Park de Playa de Las Américas. Una intensa reunión de trabajo en la que constató cómo se pueden atragantar los enconos familiares. De cómo germina, crece y se reproduce el resentimiento y rencor entre quienes hasta hace un año eran compañeros. Y luego ese odio oscuro y visceral no hay forma de arrancarlo.

El presidente del PSOE de Arona está "al cien por cien" con el alcalde, José Julián Mena, quien anda huérfano de apoyos más allá del término municipal en donde gobierna. Necesita cariño y mimos y al menos en público pocos se lo dan. Mientras, al menos la mitad de los concejales del gobierno municipal le quieren ver fuera de la Alcaldía, sobre todo después de que el pasado 22 de junio destituyera al edil de Urbanismo por "pérdida de confianza". Los socialistas de Arona ganaron en las elecciones el premio gordo y un año después andan a la gresca, arruinados, por no saber cómo repartirlo. "Celos", según Marichal. Avaricia, soberbia o envidia, según otros.

La estabilidad salta por los aires

La estabilidad del grupo de gobierno socialista saltó por los aires después de que el 9 de marzo, Luis García, concejal de Urbanismo, convocara al alcalde y al resto de concejales para exponerles las actividades de una presunta red vinculada al abogado Felipe Campos y al principal asesor de Mena, Nicolás Jorge, dirigente socialista imputado por prevaricación y malversación de fondos públicos en su etapa como concejal de Granadilla. García denunció en ese encuentro que esta supuesta trama extorsionaba a los empresarios que no contrataban los servicios de Campos, así como coaccionaba y amenazaba a funcionarios de Arona para acomodar la gestión urbanística a sus intereses.

Al no recibir el apoyo que esperaba del alcalde y tras ser cesado el 22 de junio, Luis García decide trasladar estas presuntas irregularidades a la Fiscalía de la Audiencia Provincial. García acudió a declarar a los juzgados de Arona el 2 de julio, acompañado de dos ediles, que conocían de primera mano estas prácticas: José Luis Gómez y Juan Sebastián Roque. La denuncia de García, acompañada de numerosa documentación y grabaciones para sostener las presuntas extorsiones y coacciones, están avaladas por testimonios de empresarios, entre ellos Diego Cano, en representación de Melisofli SL, y Roman Ivakneko, de Kripo Solutions, así como por uno de los funcionarios de mayor rango del Ayuntamiento, el jefe del Servicio de Disciplina Urbanística, el arquitecto Damián Hernández Fumero.

En un informe remitido al concejal de Urbanismo el 26 de diciembre de 2019, Damián Hernández pide protección y se queja de la "actitud persecutoria" del abogado Felipe Campos para tutelar e imponer una actuación urbanística acorde a sus intereses por parte de los empleados públicos del área de Planificación y Ordenación Urbana del Ayuntamiento de Arona. El escrito del jefe del Servicio de Disciplina y Gestión Urbanística recoge expresiones como: "Felipe Campos ha evidenciado un especial interés en coartar la actuación de los servicios técnicos municipales", "la reiteración en la identificación personal de quien suscribe evidencia un intento de coacción a este funcionario, que se torna en una intolerable amenaza", "intenta exasperar e intimidar pretendiendo alterar su independencia y objetividad y forzar con subliminales coacciones y amenazas un posicionamiento municipal que quebraría el principio de igualdad", "Campos defiende sus intereses desde una velada contaminación, coacción, amenaza e intimidación a los empleados públicos, con el propósito de tutelar a su conveniencia la actuación de los mismos".

Un día antes de que Luis García declara ante el Ministerio Público, el 1 de julio, el alcalde de Arona ordena a través de un decreto la revocación de todas las competencias que había delegado al principio en la Junta de Gobierno Local. Las asume él mismo. A partir de estos hechos, el Gobierno local de Arona entra en barrena. La división es insalvable en un grupo municipal quebrado. Un pim, pam, pum de reproches y acusaciones de corruptelas. Por si eso no era suficiente, funcionarios del área de Urbanismo se sienten coaccionados y cientos de licencias se acumulan en la gaveta con decenas de millones de euros en inversiones parados. Agustín Marichal llega a culpar a estos técnicos de Urbanismo de "haber llevado por el mal camino" al edil con "sus mangoneos".

Se les va de las manos

Al PSOE local y al alcalde el jaleo se les va de las manos. Las ejecutivas insular, regional y federal del PSOE se meten de lleno para intentar pacificar la situación. El 24 de junio, Ángel Víctor Torres, secretario general del PSOE en Canarias y presidente del Gobierno regional, acompañado por Pedro Martín, su homólogo en Tenerife y a su vez presidente del Cabildo, se reúnen con los dos bloques enfrentados para conocer de primera mano la situación. Se dan cuenta de que hasta la Alcaldía del municipio está en peligro. El pasado martes entra en escena la cúpula nacional del partido.

La contundente respuesta de los máximos mandos del PSOE se debe también al enorme peso de Arona, el quinto municipio más poblado de Canarias con más de 80.000 habitantes y un poderío turístico con casi dos millones de turistas al año. Ferraz decidir enviar al sur de Tenerife a su principal casco azul para apaciguar conflictos territoriales: Santos Cerdán, número 4 de la Ejecutiva Federal, diputado por Navarra, presidente de la Fundación Pablo Iglesias y hombre fuerte del organigrama orgánico de Pedro Sánchez.

En la mediación entra también el presidente del PSOE de Canarias y alcalde de Adeje, José Miguel Rodríguez Fraga. El jueves, Fraga telefonea por la noche a Luis García para ofrecerle el regreso al gobierno municipal de Arona, aunque no en Urbanismo. En otra área. García rechaza la oferta aunque le agradece a Fraga su llamada. No hay nada que hacer. La última palabra la tiene la federal. Pero, alerta, cuidado, porque si la jugada no es la esperada, Marichal rompe las cartas para no tener que convivir con las "ratitas" de algunos funcionarios, que "vienen bichaditos" y que tan mal han hecho al concejal de Urbanismo. El mismo que ha denunciado las malas compañías del alcalde y sus enredos urbanísticos.