La ruta de Canarias se ha cobrado la vida de 182 migrantes en lo que va de año, desde el 1 de enero al 10 de agosto, según datos recabados por el Proyecto Migrantes Desaparecidos, un estudio que actualiza diariamente la Organización Internacional para las Migraciones (OIM). Estas alarmantes cifras se suman al repunte de personas llegadas en pateras o cayucos desde septiembre del año pasado a las Islas, cuando se puso mayor vigilancia en la ruta del Mediterráneo. Estas embarcaciones no han cesado de venir a Canarias pese al Covid-19, y todo apunta a que en los próximos meses, por la calma del mar, la situación irá a más y arribará en septiembre y octubre un mayor número de personas por vía marítima, un pronóstico reconocido por la Delegación del Gobierno y las ONG.

De hecho, desde el 1 de enero hasta el 31 de julio llegaron al Archipiélago o fueron rescatados en aguas próximas 3.269 migrantes en 108 pateras, cinco veces más que en el mismo periodo de 2019. Se trata de la cifra más alta desde 2008, cuando se dio por finalizada la llamada crisis de los cayucos, que había empezado dos años antes. Al menos, estas personas arribaron a las costas canarias porque muchos se han dejado la vida por el camino en su lucha por tener un futuro mejor.

Según el informe de la OIM, un total de 1.426 migrantes han muerto en lo que va de año en diferentes rutas migratorias de todo el mundo, siendo la del Mediterráneo central la más letal, con 443 fallecidos (en su mayoría, por ahogamientos), seguida de la de África del Norte (con 264), de los cuales 182 migrantes perdieron la vida en la ruta a Canarias este año.

La frontera de México con Estados Unidos (con 173), el sudeste de Asia (165) y África subsahariana (con 116) siguen en este triste listado. También se cita a Medio Este (77), el Caribe (71), Europa (45), Asia del Sur (33), Centroamérica (22), Sudamérica (15) y Norteamérica (2).

Ante la carencia de una red de centros estables para acoger a migrantes, unido a que, por el Covid -19, estén cerradas las fronteras y no se puedan repatriar y, además, no se sé permita el tránsito a la Península de estas personas, las ONG, sanitarios y fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado están al límite en la acogida.

A ras del suelo

El delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, ha anunciado que va a crear esa red estatal de centros para aglutinar a los migrantes que están dispersos en 29 espacios en distintas Islas. Con el coronavirus se han dado situaciones dramáticas, como que 71 migrantes hayan tenido que dormir a su llegada tres noches en el muelle de Arguineguín a ras del suelo, únicamente protegidos por unas carpas; que se haya producido el rechazo de municipios como el de Tunte, para acoger a algunos de ellos; así como que el Ayuntamiento de Agüimes no haya permitido que se instale un campamento provisional para 800 migrantes en el Polígono Industrial de Arinaga.

El problema se acrecienta ahora porque los migrantes están repartidos por centros que deben abandonar en los próximos días. Alrededor de 400 migrantes, de los 1.054 que atiende Cruz Roja, van a tener que ser desalojados de residencias de estudiantes o pabellones deportivos por el inicio, el próximo mes, de la actividad normal de estas instalaciones. La Delegación del Gobierno ha activado un 'plan B' a la red estatal de centros estables para albergar a estas personas.

Busca espacios provisionales para poder trasladar a estos migrantes, como pueden ser albergues, hasta que realice esa anunciada red permanente, para la que le ha pedido infraestructuras al Ministerio de Defensa, que no termina de ceder. Según fuentes consultadas, se están baremando cinco centros de Defensa en tres islas, como el acuartelamiento de Las Canteras, en La Laguna (Tenerife), y otras infraestructuras similares en Gran Canaria y Fuerteventura, donde también se prevé la reapertura parcial del antiguo centro de internamiento de extranjeros de El Matorral, pero reconvirtiéndolo en un espacio de acogida de los migrantes que ahora están alojados en distintos inmuebles de la Isla.

Pero esta red estable tardará meses en acondicionarse para que sean unas infraestructuras permanentes que puedan acoger a migrantes en caso de seguir los repuntes y, si disminuyera esa llegada de personas, los establecimientos podrían usarse en un momento determinado , si se produce un fenómeno de causa mayor como un incendio y se tenga que evacuar a personas, como sitios donde alojarlos, "es decir, el Estado también puede poner a disposición esos centros puntualmente para un caso de emergencia", explicó Pestana el pasado julio en una entrevista a este periódico.

Pero este 'plan A' no puede atender al inminente desalojo de 400 personas a las que da cobertura Cruz Roja en pabellones o residencias escolares que tienen que ser devueltos en septiembre. Para ello activa la búsqueda de espacios que puedan albergar a estos migrantes, en un momento en que hay una petición unánime de ONG e instituciones municipales, insulares y del propio Gobierno regional de que el Ministerio de Defensa ceda ya instalaciones o incluso hayan inmuebles del Sareb (Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria) conocido como banco malo, para los migrantes.

La Delegación del Gobierno va a dar a conocer esa red provisional en los próximos días, indica la institución, al margen de las gestiones que está realizando para la cadena estable de infraestructuras para migrantes. Lo que sí descarta es que esos inmuebles transitorios sean hoteles sanitarizados, como han recomendado algunas ONG. Tanto Cruz Roja, como la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), y Médicos del Mundo han reclamado espacios dignos y permanentes para los migrantes porque es un fenómeno que lleva 26 años en las Islas, y no solo no va a parar sino que se espera un inminente repunte.