Gran Canaria y Lanzarote cuentan hasta con una docena de las llamadas zonas calientes, es decir, aquéllas que superan los 100 casos por cada 100.000 habitantes en el índice acumulado (IA) de casos declarados a siete días.

En Gran Canaria hay una decena de municipios que superan ese registro, lo que también ocurre en dos localidades conejeras. "Para estos sitios hemos tomado las decisiones más restrictivas, pero el confinamiento se establece a partir de siete días con 600 positivos por 100.000 habitantes", explicó Torres, que reconoció que hay distritos con unos 300 casos por lo que "la clave ahora pasa por cumplir las normas" para no llegar a los confinamientos.

Las principales restricciones

  • Se establece el uso obligatorio de mascarillas en el ámbito laboral.
  • Se recomienda la limitación de los encuentros sociales fuera del grupo de convivencia estable.
  • Se recomienda que cada persona defina su grupo social de convivencia estable y que los encuentros sociales se realicen, dentro de este grupo, con un máximo de 10 personas.

En las islas que superen los 100 casos/100.000 habitantes en la incidencia acumulada de casos diagnosticados en los últimos 7 días, se adoptarán las siguientes medidas:

  • No se autorizarán los eventos ni actos de más de 10 personas.
  • En los establecimientos de hostelería, restauración y terrazas, bares y restaurantes de playa, se establece el cierre a las 00:00h como máximo, sin que puedan admitirse nuevos clientes a partir de las 23:00h.
  • Se cerrarán al uso los centros de día no ocupacionales.

Rastreadores militares

Para garantizar el cumplimiento de medidas básicas como, por ejemplo, mantener la cuarentena, el Gobierno regional ha solicitado al Estado un centenar de rastreadores militares para reforzar especialmente las islas de Gran Canaria y Lanzarote. De hecho, en la primera de ellas ya se ha aumentado con recursos regionales el número de rastreadores, que ha pasado de 89 a 158.

Por su parte, el Área de Salud lanzaroteña disponía de un equipo de profesionales sanitarios centrado en el estudio de contactos de tuberculosis y de meningitis bacteriana que, con la llegada de la pandemia, se reconvirtieron en rastreadores; un equipo al que se han sumado diez profesionales más. Además, las distintas policías locales también apoyan en la tarea de rastreo, principalmente para el control de las personas que dan positivo y no cumplen la cuarentena.