Acaba un mes de agosto aciago e inusual para la inmigración irregular que llega a las costas canarias. Más de 800 migrantes han arribado a las Islas tras las 13 embarcaciones que llegaron a Gran Canaria entre el jueves y el domingo, algunas de ellas sin ser detectadas por el Servicio Integral de Vigilancia Exterior (SIVE). Este hecho ha provocado que el presidente del Ejecutivo regional, Ángel Víctor Torres, haya solicitado por escrito un informe a la Delegación del Gobierno para saber cómo está funcionando el radar a la vista de las imágenes de las pateras llegando a la orilla de las playas de San Agustín o Las Burras sin ningún tipo de problemas. Con más de 4.000 migrantes llegados en lo que va de año y el peor agosto en una década, el desbordamiento volvió a repetirse este último fin de semana de agosto en el muelle de Arguineguín, con los miembros de la Cruz Roja multiplicándose para atender a los africanos y la Guardia Civil solicitando el refuerzo de la Policía Nacional para las labores de seguridad.

El repunte que está experimentando este año la inmigración procedente del continente africano está dejando tras de sí imágenes que retrotraen a los años de la crisis de los cayucos, aunque ahora la situación se ha agravado como consecuencia del coronavirus, lo que obliga a dividir por grupos a los migrantes una vez que se les realiza la prueba PCR, en función de si tienen que hacer la cuarentena o no. El presidente regional de la Cruz Roja, Antonio Rico, reitera que no hay espacios suficientes para albergar a los sin papeles y los que hay tampoco son los adecuados ante la incesante llegada de embarcaciones. "Si la situación no fuera tan especial por el Covid tendríamos más margen de maniobra para atenderlos en mejores condiciones, pero es que hay que hacer varios grupos y aislarlos y eso dificulta las cosas", indica Rico.

La ONG dispondrá en los próximos días de nuevas instalaciones para albergar a los migrantes llegados estos últimos días, pero mientras tanto muchos de ellos tuvieron que quedarse el fin de semana en el muelle de Arguineguín en las carpas habilitadas por Cruz Roja o ser trasladados al terrero de lucha de Arinaga ante la falta de nuevos espacios. Antonio Rico señala que en la ONG tiene abiertos en las Islas un total de 24 espacios e instalaciones para atender a los migrantes en colaboración con la Delegación del Gobierno y las administraciones públicas canarias. "Que hayan tenido que pernoctar en el muelle de Arguineguín refleja que estamos en una situación límite desde el punto de vista humanitario, pero es que no tenemos otro espacio donde llevarlos", lamenta el presidente de Cruz Roja.

La ONG y las fuerzas de seguridad consideran que el mes de agosto ha sido "inusual" porque lo habitual es que la afluencia de embarcaciones irregulares desde África se incremente ya avanzado el mes de septiembre hasta noviembre o diciembre, en función del estado del mar. Sin embargo, las cifras de agosto alarman ya que suponen un salto cuantitativo que no había desde la crisis de los cayucos habida entre 2006 y 2008. Los ocho primeros meses de 2020 acumula ya más llegadas que en los últimos doce años, con lo que a este ritmo las cifras pueden establecer un nuevo récord que no se registraba desde 2008.

Pero además de las elevadas cifras y el desbordamiento por la falta de espacio, también ha sido un agosto aciago por las muertes y desapariciones que se han acumulado en las últimas semanas de embarcaciones que han salido de la costa africana y naufragaron antes de llegar a las Islas. Sólo en agosto un total de 127 inmigrantes han muerto o desaparecido cuando querían llegar a tierras europeas por la ruta del Atlántico.

Desde la Delegación del Gobierno se mantiene el mismo argumento de las últimas semanas, es decir, que se están buscando instalaciones alternativas con el Ministerio de Migraciones y con la Cruz Roja para activar más espacios de acogida, uno de los cuales abrirá entre hoy y mañana para que los migrantes puedan dejar el muelle de Arguineguín. En este sentido se han acelerado las gestiones ante la inminente visita del ministro del área, José Luis Escrivá, que según adelantó ayer el Ejecutivo regional, estará en las Islas con toda probabilidad la próxima semana, concretamente el día 9.

Sin embargo, la imagen de una patera en plena playa de San Agustín o de Las Burras no ha gustado nada al jefe del Ejecutivo regional, Ángel Víctor Torres, que ayer evidenció cierto malestar porque no se detectaran estas embarcaciones antes de llegar a la costa por parte del SIVE, refrendando el enfado de la alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana, Concepción Narváez, expresado el pasado viernes. Por ello Torres ha pedido por escrito a la Delegación del Gobierno un informe "concreto, claro y contundente" sobre el funcionamiento del SIVE. "Queremos saber qué es lo que ha pasado, que se nos diga qué está ocurriendo y, si hay deficiencias, cómo solventarlas", afirmó ayer en una entrevista a Cope Canarias, en relación con la llegada de pateras por sus propios medios a las costas del Archipiélago.

También la Delegación del Gobierno se encuentra con otros problemas añadidos a la oleada de pateras. Por un lado, la negativa a trasladar a migrantes a la Península, pese a la insistencia de algunas ONG como la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), y, por otro, el desbordamiento de las fuerzas de seguridad, lo que obligó el fin de semana a que agentes de la Policía Nacional reforzaran la seguridad en apoyo a la Guardia Civil en Arguineguín y en Arinaga, según ha confirmado el Sindicato Unificado de Policía (SUP), central mayoritaria en el cuerpo.