Ángel González es un emigrante canario en Venezuela que en noviembre de 2010 fue dado por fallecido por un juzgado de Los Llanos de Aridane, en La Palma, y que ayer, después de un año de largo proceso, consiguió dar fe de su actual situación compareciendo ante ese mismo tribunal de manera telemática. Con un "aquí estoy y sigo vivo" quiso dejar bien claro en sede judicial su condición, dando un paso firme para que se revoque la declaración de fallecido.

El afectado acudió hasta el Consulado de España en Caracas, considerado un órgano fiable por el juzgado palmero, para presentarse ante la sede judicial y de ese modo poder atestiguar personalmente su condición. El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Los Llanos de Aridane dio por fallecido a Ángel González Acosta en un auto de 3 de noviembre de 2010, situando la fecha del deceso el 1 de enero de 2008. Pero lo cierto es que este tinerfeño de nacimiento todavía vive, con sus 86 años, en el estado Yaracuy.

El motivo de este auto fue la petición de una hija de Ángel González, residente en Los Llanos de Aridane, solicitando ante el juzgado la declaración oficial de la supuesta muerte de su padre, alegando que "hace unos 30 años que no se han tenido noticias" del afectado, "que emigró a otro país antes de 1980".

Fue en 2018 cuando el emigrante tuvo constancia de la declaración de su muerte en el proceso de solicitud de ayudas ofrecidas por el Estado español, que denegaron las mismas por esa condición de deceso del solicitante. Se hizo necesaria la intervención del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) para iniciar en julio de 2018 "a instancias de un representante legal de quien dice ser Ángel González Acosta", informaban desde estos juzgados, incoar un nuevo procedimiento para revocar la declaración de fallecimiento, recalcando la necesidad de contactar con el interesado, "pues solo él puede acreditar su identidad y que la declaración de fallecimiento es errónea". En realidad, después de analizar la primera sentencia del juzgado palmero y en cumplimiento de la legislación vigente, no se puede achacar ninguna negligencia por parte de este órgano judicial.

Incluso, el propio González, lanzó un vídeo a las redes sociales en el que claramente aludía a su condición. Con un "yo, Ángel González Acosta, declaro que estoy vivo", quería dejar bien a las claras que este hombre que emigró de La Palma en 1978, dejando atrás a una mujer y una hija, aún sigue entre los vivos.

En ese proceso, Ángel González contó con la colaboración del viceconsejero de Acción Exterior del Gobierno de Canarias, Juan Francisco Trujillo, quien se encargó de ayudar a reconducir la situación y ayudarle en los trámites administrativos.

Trujillo relata que durante el anterior proceso judicial el afectado recibió notificaciones de los juzgados, contestándolas, pero "o bien no llegaron o desaparecieron", lo que provocó que la resolución fuera darlo por muerto, "notificación que también recibió". Fue en ese momento cuando se inició el proceso, de la mano de otras de sus hijas, para conseguir que el juzgado de La Palma revocara esa decisión de su fallecimiento.

En el actual contexto social, que también está ralentizando los procesos judiciales, fue necesaria la propia asistencia telemática del afectado hasta el juzgado, permitiendo, según informa Trujillo, "una comparecencia favorable", que concluya con un nuevo auto que revoque el anterior y "devuelva la vida a Antonio González", así como sus derechos.

Durante este tiempo el emigrante canario no pudo tener acceso a las ayudas para mayores de 65 años que a través de la fundación España Salud permite atender económicamente y sanitariamente, a las que ahora, de nuevo oficialmente en vida, si podrá tener.