La inacción del Estado por proporcionar una solución duradera a la llegada de migrantes a las Islas ha terminado por sublevar a dirigentes socialistas en el Archipiélago que tienen que lidiar con este problema a diario. A las quejas del presidente del Gobierno de Canarias, Ángel Víctor Torres, se sumó ayer el regidor del Cabildo de Fuerteventura y secretario insular del PSOE en la Isla, Blas Acosta, tras conocer que un hotel en Corralejo, Fuerteventura, va a albergar a un centenar de migrantes. Desde las instituciones de Lanzarote también muestran su malestar por esta situación improvisada. Y nada tiene que ver con la insolidaridad, recalca Blas Acosta, sino con la "dejadez" del Ministerio del Interior en dar una solución al incremento de la llegada de migrantes a Canarias, sentencia.

El traslado de en torno 500 personas a hoteles y apartamentos de Gran Canaria, Lanzarote y Fuerteventura no ha impedido que ayer se volvieran a acumular, bajo temperaturas de más de 30 grados, a unos 400 migrantes en el muelle de Arguineguín por la llegada de más cayucos y pateras. El malestar del presidente canario es evidente y ya se lo trasladó el lunes al Gobierno central, cuando se enteró de que el ministro de Migraciones, José Luis Escrivá, posponía su visita a Canarias, prevista para hoy.

Torres ha pedido la intermediación de la vicepresidenta Carmen Calvo y, según fuentes del Ejecutivo canario, mañana la ministra reúne a distintas áreas del Gobierno de Pedro Sánchez para tratar exclusivamente el tema de la migración en Canarias. Pese a ello, las críticas persisten "¿A qué vino Marlaska? No hizo nada", espeta Blas Acosta sobre la visita del ministro del Interior el pasado febrero. También se lo pregunta el diputado de NC, Luis Campos, socio en el Gobierno cuatripartito canario.

El ministro Fernando Grande-Marlaska se trasladó a las Islas en pleno repunte de la crisis migratoria, y compartió con representantes de cabildos, municipios y del tercer sector su "preocupación" por el repunte migratorio, asegurando que la situación estaba "perfectamente controlada". Siete meses después no solo ha crecido el número de migrantes sino que las ONG están desbordadas y la Delegación del Gobierno ha tenido que recurrir a complejos hoteleros para albergar a estas personas, algo que se rechazaba antes. Blas Acosta se une a las críticas de Conchi Narváez, alcaldesa de San Bartolomé de Tirajana (PSOE). No comparten que se lleven a los migrantes a establecimientos hoteleros cuando hay recursos de Defensa en desuso para albergarlos. Ambos consideran que los hoteles no son los sitios idóneos. Lo mismo piensa Casimiro Curbelo, presidente de ASG, socio en el Gobierno canario.

A un complejo de San Bartolomé de Tirajana y un hotel más pequeño en Las Palmas de Gran Canaria han sido trasladadas 296 personas que dormían en el muelle de Arguineguín o en el terrero de lucha de Arinaga. En Fuerteventura se derivaron a 43 migrantes el lunes y ayer a otros 31 que cobijaba la Iglesia Cristiana Moderna. Fueron trasladados al hotel de Corralejo, y otras 43 personas que cumplen cuarentena en la nave del queso irán en estos días a ese establecimiento hotelero, indica el pastor Ángel. Otros 30 migrantes en Lanzarote fueron derivados a un complejo en Los Pocillos, aunque se espera acoger hasta a cien personas, expone José Javier Sánchez Espinosa, subdirector de inclusión social de Cruz Roja.

La ONG sigue buscando recursos para los migrantes. La Delegación del Gobierno recalca que esta situación se debe a que está llegando un número ingente de pateras. Cruz Roja hace todo lo que puede para ayudar a estas personas, les dan cobijo, al llegar Sanidad les hace test PCR , pasan la cuarentena, pero, en tiempos del Covid, necesitan habitaciones con baño y los hoteles son una salida provisional, hasta final de año, expone la ONG.

Son muchas las necesidades y tienen repartidos a los migrantes en 28 centros en las Islas, lo que multiplica los esfuerzos de sus recursos humanos. El delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, asegura que está en marcha esa red de centros estables, pero Defensa e Interior no se ponen de acuerdo, y, ante ello, el Gobierno canario demanda que haya una coordinación ministerial, bajo la tutela de Carmen Calvo, para solucionarlo. "El Gobierno de España no está a la altura de lo que ocurre en Canarias", asevera Blas Acosta.

"¿Y cuál es la solución para las personas locales? El 40% en el umbral de la pobreza: ¿Los mandamos también a hoteles", cuestiona. A su juicio, hay instalaciones, como el antiguo centro de internamiento de extranjeros, El Matorral, en desuso, que se puede acondicionar, y no se ha hecho nada desde el Estado. El presidente de la patronal Asofuer, Antonio Hormiga, también muestra su más enérgico rechazo a la acogida de migrantes en los establecimientos hoteleros porque "supone una auténtica aberración" y un "golpe durísimo a la imagen de destino seguro de las Islas". Para Hormiga, es una "auténtica vergüenza que sea el sector empresarial de las islas el que resuelva la papeleta a un Gobierno que nos ha dejado solos en esta materia".