El Hierro ha vivido unas semanas de una intensidad sísmica superior a lo habitual, aunque en grado leve según los expertos a pesar de que se hayan activado los mecanismos de seguimiento. En realidad, el verdadero terremoto tuvo su epicentro en el Cabildo herreño y sus ondas y réplicas podrían dañar gravemente el pacto regional entre socialistas y nacionalistas en el caso de que el próximo sábado prospere la moción de censura contra Belén Allende, de la Agrupación Herreña Independiente, coaligada a CC, por parte de los consejeros del PSOE y PP. Al margen de esta lectura, el traspaso de poderes provocaría un auténtico cambio de era tras los 16 años de dominio consecutivo de Tomás Padrón (fue presidente insular entre 1979 y 1991 y a partir de 1995) y el papel crucial que juega el Cabildo en la isla del meridiano a nivel económico, laboral y de ámbitos de influencia a todos los niveles, en especial por la vía de la contratación.
Controlar un cabildo se asocia a controlar una isla. En El Hierro no existe ninguna duda. de ahí que un giro político, máxime después de tantos años de AHI como referente, sea recibido con una importante dosis de incertidumbre por una parte de la sociedad herreña. "En esta isla casi no hay otra cosa que hacer que lo que se consigue del Cabildo o de los ayuntamientos", razona un vecino de Valverde, Fernando Padrón.
La actual presidenta, Belén Allende, sucesora de Padrón, recalca la función esencial del Cabildo para el día a día herreño y destaca que su actividad genera "una cantidad importantísima de puestos directos e indirectos". Están cuantificados perfectamente los 378 funcionarios y personal laboral de la institución en una isla de menos de 11.000 habitantes. Algunas fuentes, incluidos trabajadores y miembros del PSC de El Hierro, elevan hasta prácticamente el sesenta por ciento la participación directa del Cabildo en la economía insular.
El presupuesto del Cabildo de El Hierro, con diferencia la isla menos poblada del archipiélago (el 1 de enero de 2010 tenía un censo oficial de 10.960 personas por los 22.776 de la siguiente, La Gomera), asciende a 29,9 millones de euros para este año. También es el menor del archipiélago. Sin embargo, su peso medido en función de la inversión per cápita no aguanta comparación con ningún otro territorio insular. Con ese dinero los fondos cabildicios por cada herreño se elevan a 2.728 euros por persona. Es el doble, el triple o hasta cuatro veces más que en el resto de islas no capitalinas. La inversión por ciudadano es de 1.317 euros en La Gomera, de 950 en La Palma, de 728 en Lanzarote y de 629 en Fuerteventura.
El debate sobre el modelo
Por las calles de los pueblos de El Hierro la gente habla de la moción. Hay incluso quien levanta un vino blanco de Frontera al aire y proclama que está brindando "por el golpe de Estado". Pero esto ocupa un lugar secundario si se compara con el debate sobre el modelo de desarrollo insular en un territorio que se perfilado como el ejemplo perfecto de sostenibilidad. Aunque no todo el mundo lo ve de la misma manera. Sobre todo los de mayor edad. Muchos de ellos tuvieron que emigrar en su momento para trabajar en Venezuela, entre otros países del otro lado del charco, y ahora ven cómo sus hijos tienen que trasladar su residencia fuera de El Hierro, preferentemente a Tenerife, para labrarse un futuro que vaya más allá de un sector primario en declive, lo que ofrecen las instituciones públicas y poco más. Es cierto que disfruta de una tranquilidad que penetra desde que se aterriza en su aeropuerto o se atraca en el puerto de La Estaca y que su tasa de desempleo apenas llega al 12% frente al 29,76% de la media de Canarias. Sin embargo, su población permanece estancada: eran 10.477 en 2005 por los citado 10.960 de ahora.
El nuevo Plan Insular establece la posibilidad de crear hasta 2.250 plazas alojativas. En la actualidad se contabilizan un total de 1.249 de carácter reglado entre hoteleras y extrahoteleras. La compaginación entre el sello de isla sostenible y el crecimiento económico y social seguirá siendo el reto. Pase lo que pase el sábado. "Eso es una vaina de políticos", dicen a pie de calle.
