El riesgo de secuestros en los camapamentos saharauis de Tinduf (Argelia) no sólo no ha remitido sino que va en aum ento. El ministro de Exteriores, José Manuel García-Margallo, aseguró ayer durante su interevención en la comisión del Congreso de los Diputados que el Gobierno sigue trabajando con el Frente Polisario para garantizar la seguridad de los cooperantes en los campamentos de Tinduf (Argelia), pero, alertó, riesgo de secuestro "es real e incluso se ha incrementado".

García-Margallo compareció en la Cámara baja para explicar la decisión de evacuar a finales de julio a los cooperantes que trabajaban en los campamentos al constatar el Ejecutivo que había un riesgo "inminente" de que se produjera un secuestro".

Según explicó, se ha reforzado ya la seguridad y las autoridades saharauis están dispuestas a aplicar nuevas medidas con las que "los cooperantes podrían regresar a residir en los campamentos en condiciones de seguridad aceptables, aunque limitando su número y estancia a lo mínimo indispensable" en cada proyecto humanitario.

Ésta es una de las conclusiones del informe que ha realizado el experto en materia de seguridad contratado por la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID). Según ese análisis, la amenaza de secuestro cuando se realizó la evacuación de los cooperantes era real y hoy "no sólo persiste, sino que se ha incrementado" en la medida en la que la región se vacía de extranjeros y los grupos yihadistas se fortalecen.

Los campamentos han pasado de ser "un caladero fácil" a ser "uno de los únicos caladeros regionales" para los secuestradores, que principalmente son intermediarios que capturan extranjeros para "venderlos" después al Movimiento Unicidad y Yihad en África del Oeste (MUJAO).

Fue este grupo asentado en el Norte de Malí, recordó García-Margallo, el que mantuvo secuestrados nueve meses a los cooperantes españoles Ainhoa Fernández y Enric Gonyalons y la italiana Rossella Urru, liberados el 18 de julio.

El informe subraya, además, que los extranjeros occidentales son la "presa más codiciada" por esa organización. El ministro insiste en que aunque las condiciones de seguridad han mejorado, todavía no son suficientes.

"En la zona hay un caldo de cultivo en que cualquier chispa puede provocar una reacción contra los cristianos o los occidentales; el riesgo era absolutamente cierto y sigue siendo absolutamente cierto", ha recalcado.

El diputado de Nueva Canarias (NC) Pedro Quevedo tachó de "profundamente irresponsables" las declaraciones del ministro. Dede su punto de vista, "a Canarias no le viene nada bien", ni a su motor económico, "que se estén produciendo alarmas con noticias de esta naturaleza", que además, a su juicio, "no tienen fundamento".

Quevedo reprocha a García-Margallo el "perjuicio" que ha ocasionado a la Comunidad Autónoma Canaria al "situarla en el centro de un conflicto de esta naturaleza".

El nacionalista sostiene que las palabras del responsable de Exteriores "no han sido las que cabría esperar de un ministro de un Gobierno riguroso" y se pregunta "si con ellas pretende justificar una política más agresiva o el ingente gasto militar que está produciendo el Ejecutivo de Mariano Rajoy".