Los familiares de las víctimas y afectados del vuelo JK 5022 con destino a Gran Canaria, que se estrelló en Barajas el 20 de agosto de 2008 y en el que murieron 154 personas, reprocharon ayer a la compañía aérea Spanair que haya incluido en su informe como una de las causas de este trágico siniestro el "malestar" ocasionado en los pasajeros por la interrupción del despegue.

"Es impresentable y moralmente reprobable decir esto", denunció la presidenta de la Asociación de Afectados y Familiares del Vuelo JK 5022 (AVJK5022) , Pilar Vera. La presencia de los peritos contratados por la aerolínea en el Juzgado de Instrucción Número 11 de Madrid desde este lunes señalando que el comportamiento del pasaje fue una de las razones de la "disciplina deficiente" de los pilotos ha soliviantado a supervivientes y allegados de los fallecidos que se han dado cita estos días en la capital española como parte de la acusación particular .

Vera señaló que varios de los supervivientes del luctuoso accidente con los que ha hablado este lunes y martes le han indicado: "¡Ojalá nos hubiéramos sublevado! y conseguido que el avión no despegara porque nos tuvieron dos horas con un calor insoportable, pero la gente estuvo pacífica".

Además de un fallo del avión MacDonnell Douglas de Boeing en el diseño del TOWS (sistema de alarma de configuración inadecuada para el despegue), el informe de Spanair achaca el accidente a una responsabilidad de los pilotos en cuanto que no confirmaron debidamente la configuración de los slats y los flaps para la salida. La compañía ofrece como razones de esta "disciplina deficiente" la primera interrupción del vuelo tras apreciarse una anomalía en la indicación de la sonda RAT (temperatura total del aire del impacto), el deseo de minimizar las demoras en la salida, el "malestar" de los pasajeros y la distracción ocasionada por la presencia de una tercera persona.

La presidenta de la asociación consideró que el peritaje de Spanair echa "balones fuera" responsabilizando a los fabricantes y a los pilotos "pero aquí por lo visto no tuvo la culpa nadie" cuando el avión regresó al parquin al detectar una anomalía". Vera insistió en que tras el accidente de 1987 en Detroit por un avión del mismo modelo, y en que también murieron 154 personas como en Barajas, la Autoridad Aeronáutica de Estados Unidos (FAA) recomendó a Boeing a que se instalara "una alarma redundante" del sistema de alarma de cabina (TOWS) para contrarrestar un fallo humano y esto no se ha llevado a efecto. "Lo que se pretende es que se saquen conclusiones y se evite la muerte de otras 154 personas", expuso la presidenta de la asociación, para quien "los pilotos fueron tan víctimas como todos los pasajeros porque no se enteraron de que el avión estaba mal configurado".