Cuando los agentes llegaron al inmueble alertados por el episodio de violencia de género con arma de fuego se llevaron una sorpresa. En el registro que practicaron en la vivienda descubrieron que no sólo disponía de una pistola, o revólver, sino que también descubrieron otras ocho armas, algunas de ellas largas, como escopetas o rifles.

Fuentes consultadas por este periódico indicaron que el empresario disponía de licencia para la tenencia de armas, si bien no pudieron precisar si la misma era para tiro olímpico (licencia F) o para la práctica de la caza (licencia E). Para el primer caso, la ley prevé hasta un máximo de cinco armas cortas (pistolas), en función de las tres categorías contempladas por la ley; en el caso de la licencia de caza, la legislación prevé hasta un máximo de 12 armas (seis escopetas y seis carabinas del calibre 12).

Los agentes del Cuerpo Nacional de Policía encargados de la investigación trataban de determinar ayer si la totalidad de las armas descubiertas en el domicilio de Tafira Baja estaban debidamente registradas en el servicio de Intervención de Armas de la Guardia Civil de Las Palmas, cuerpo encargado de su control.

Al parecer, y siempre según las fuentes consultadas, José Miguel Suárez Gil tenía registradas a su nombre casi una docena de armas (tanto cortas como largas), tanto en su calidad de practicante de tiro olímpico como de cazador.