Viajar en avión cargado de equipaje es algo tan inusual que el pasado viernes, en el aeropuerto de Gran Canaria, en una franja horaria de máxima actividad -cerca de 500 personas esperaban su turno en los mostradores de la terminal de salidas-, nadie facturaba más de una maleta por persona. "Esa es una estampa un tanto primitiva", aseguraba un pasajero con rumbo a Madrid y "miles de kilómetros de vuelo" a las espaldas. La imagen de una familia con una montaña de maletas atadas con cuerdas taponando la cola forma parte de la memoria histórica de los aeropuertos.

Equipaje de mano según las medidas reglamentarias que marca el gálibo, maleta grande o mediana con un peso cercano a los 20 kilos y se acabó. "La gente sabe lo que hay, todo el mundo viene con lo justo para que no le cobres ni un euro más", aseguraba una de las azafatas de tierra que atendía el mostrador de Iberia en la terminal de salidas del aeropuerto de Gran Canaria. Hay excepciones: "A veces te llegan profesionales que hacen viajes de negocio y tienen que facturar doble porque portan una caja de herramientas o material de muestra para clientes, pero es lo menos habitual". Ayer se contabilizaron dos.

En el caso de Iberia, el precio por un segundo bulto es de 60 euros. "Casi todos nos piden factura, que luego ellos le pasan a su empresa". En el apartado de cortesía, Iberia siempre ha mostrado su cara más amable con profesionales obligados a veces a cargar con su herramienta de trabajo, y en este sentido, los músicos son unos privilegiados: "Los instrumentos no se facturan como un bulto más y no se les cobra aparte. También les damos la oportunidad de que lo lleven en la cabina".

En el mostrador de Spanair, la respuesta se repetía: "Hoy no hemos cobrado a nadie por facturar una segunda maleta". Según el personal de tierra de la aerolínea, "la gente que está acostumbrada a volar conoce perfectamente las normas, se adaptan rápidamente y apenas tenemos quejas. Salvo casos excepcionales, solemos ser bastante flexibles y el sobrepeso, que es algo más frecuente, a veces también se perdona si no se pasan mucho del límite". También ofrecen alternativas, "repartir el exceso de equipaje entre otros pasajeros es una práctica común en las líneas regulares", afirma.

Recargo

Las principales aerolíneas que operan en España siguen aplicando un recargo en la facturación de una segunda maleta al no haber recibido notificación o circular anunciando la entrada en vigor de la nueva normativa al respecto. El nuevo reglamento (con fecha del 4 de marzo de 2011) no limita el número de bultos, pero sí pone coto al peso por persona: "El transportista estará obligado a llevar con los viajeros, y dentro del precio del billete, el equipaje con los límites de peso, independientemente del número de bultos, y volumen que fijen los Reglamentos. El exceso será objeto de estipulación especial".

Narvay Quintero, senador de Coalición Canaria, reconoce que son muy pocos los casos en los que alguien factura una segunda maleta, "pero las compañías, aún conociendo la ley, no la aplican". Quintero cree que "hay gente que prefiere repartir el peso permitido en dos maletas, y no lo hace por miedo a que le cobren 40 euros a pesar de que es legal".