Mientras en Canarias se vive una eclosión de llegada de pateras y cayucos, sin espacios estables donde albergar a los migrantes y se retrasan las cesiones de Defensa de cuarteles en desuso o la apertura de los Centros de Internamiento de Extranjeros (CIE) por parte de Interior, en la Península existen recursos del Estado “vacíos” que están acogiendo solo a migrantes “vulnerables” como “madres y niños y personas que piden asilo” procedentes de Canarias. Las derivaciones hacia la Península, que reclama el propio Gobierno regional, ayuntamientos, cabildos o las ONG se están realizando a cuentagotas, reconoció ayer el delegado del Gobierno, Anselmo Pestana, tras reunirse con el director de Casa África, José Segura, que fue precisamente quien lidió con la crisis de los cayucos a partir del 2006 como delegado del Gobierno. En esa crisis, donde arribaron solo en un año 31.678 migrantes, se activó la repatriación a países de origen con los que se establecieron convenios, como Marruecos, Mauritania o Senegal, se derivaron a la Península a las personas llegadas por vía marítima y se reforzó el Frontex para el control en fronteras, entre otras medidas.
Pestana admitió ayer que las derivaciones a la Península sólo se están realizando a determinados perfiles - madres con niños o personas que piden asilo- a recursos que tiene Migraciones en la Península después de que se analice por este ministerio y el de Interior cada caso. Es decir, aún no se ha abierto la puerta a otros migrantes, pese a las demandas de Canarias en peso, que pide la solidaridad a otras comunidades o que simplemente se les permita seguir su tránsito a Europa, el principal objetivo de los migrantes.
El director de Casa África y el delegado del Gobierno acordaron aportar documentación sobre la situación del Archipiélago a la Unión Europea (UE), ahora que comienza a elaborar una política sobre migración.
Así lo expuso Segura, que entiende que la UE tiene que cooperar de “manera potente" con su homólogo, la Unión Africana, y la “voz de Canarias tiene que oírse”. Segura explica que Europa no cuenta aún con una política migratoria común y “se está comenzando a elaborar y Canarias tiene que estar muy en guardia porque aquí hay una especificidad", como región ultraperiférica. Segura lamenta que a la Delegación del Gobierno en Canarias “no se le haya aportado medios para dar alojamiento digno a estas personas", si bien cree que “se va resolviendo la papeleta".
Por su parte, Pestana indica que el hecho de que Gran Canaria carezca de un Centro de Internamiento Temporal de Extranjeros (CITE), como el que opera con 900 plazas en Tenerife, es “una debilidad” que complica la gestión de la llegada de migrantes a esta isla. Sostiene que con la colaboración de los departamentos estatales de Migraciones y Defensa, el Archipiélago podrá contar “en semanas o pocos meses" con una red estable de centros para la acogida humanitaria que serán cedidos por el Estado y por otras instituciones, subraya.
