Tras una semana de roces en el seno del Gobierno de coalición, la crisis migratoria que se está viviendo en las Isls recrudece, aún más, la tensa relación entre el PSOE y Unidas Podemos. En medio de las críticas de la oposición y con roces entre el Ejecutivo central y el autonómico, el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias, y dirigentes de su partido ha solicitado un referéndum para el Sáhara, pudiendo erosionar la necesaria relación con Marruecos para enfrentar el drama humanitario que se vive en las islas. Un gesto que ha elevado el choque entre ambas formaciones y ha desencadenado las críticas del sector socialista del Consejo de Ministros.

Con las formaciones de la derecha volcadas en atacar la gestión del Gobierno –el propio Pablo Casado estará hoy en El Hierro a donde ayer llegó una patera con 48 inmigrantes de origen subsahariano a bordo, 14 de ellos posibles menores–, Unidas Podemos se ha sumado a los reproches contra las políticas del Ejecutivo, pese a formar parte de él. Podemos Canarias llegó a solicitar el miércoles la dimisión del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, aunque la dirección nacional les hiciera rectificar.

Estas hostilidades, se suman a los roces entre los Ministerios de Defensa y de Interior –ambos en manos socialistas– y un enfrentamiento abierto con el Gobierno canario por la negativa del Gobiero central a poner en marcha derivaciones masivas. Una decisión que da pie al hacinamiento en el muelle de Arguineguín que ya ha dado la vuelta al mundo.

La ministra de Igualdad, Irene Montero, ha aseverado este jueves que hay imágenes de la crisis migratoria en Canarias que un Gobierno progresista no se puede permitir y ha incidido en que el Ejecutivo tiene que garantizar los derechos humanos en España.

“Hay imágenes de las que estamos viendo en Canarias en los últimos días que un Gobierno progresista no se puede permitir y creo que tenemos que garantizar que se cumplen los derechos humanos en nuestro país. Es nuestra obligación (...) y creo que así lo refleja nuestro acuerdo de Gobierno”, apuntó ayer al respecto la ministra y segunda en la dirección de Podemos Irene Montero, en una entrevista con Efe.

“La política migratoria de Unidas Podemos y del Partido Socialista es diferente en muchas cosas”, subrayó, “pero nos hemos puesto de acuerdo para un acuerdo de Gobierno y vamos a hablar internamente todo lo que tengamos que hablar”. Eso sí, “la gente no es tonta y sabe qué tipo de conversaciones” puede haber en el seno del Ejecutivo”.

Desde su punto de vista, “la solución”, ante la diferencia de opiniones entre los socios “pasa por hablar lealmente en el Gobierno, con un compromiso firme de que tiene que cumplir con los derechos humanos y que no nos podemos permitir las imágenes que estamos viendo en Canarias los últimos días”.

Con este escenario tan delicado sobre la mesa, los ministros del PSOE se muestran molestos por la actitud desleal de sus socios morados. Un enfado que se ha visto incrementado por la petición del Iglesias –impulsada también desde el grupo parlamentaria de Unidas Podemos– para el apoyo a la celebración de un referendum de autodeterminación del pueblo saharaui.

“La posición del Gobierno de España en lo relativo al Sáhara Occidental es muy clara y no ha variado ni en las últimas horas, ni los últimos días, ni en las últimas semanas”, sentenció la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, rechazando la posibilidad de un referéndum como solución para el conflicto del Sáhara. A este respecto, los morados reconocen que acordaron que los llamados Ministerios de Estado (Defensa, Interior, Justicia, Exteriores, Hacienda y Economía) y sus políticas quedan solo en manos de los socialistas, pero sostienen que pueden tratar de influir en sus decisiones.

Las palabras de Laya, echando por tierra el planteamiento de Iglesias, buscan evitar el deterioro de la relación que mantiene España con Marruecos, al que se considera un socio estratégico para hacer frente a la inmigración irregular y el tráfico de personas en mitad de la crisis humanitaria que se está viviendo en Canarias. Tanta es la importancia del trato con el Gobierno marroquí que Grande-Marlaska viaja hoy a Rabat para “reforzar” la colaboración entre ambos países en materia migratoria y, en especial, en lo relativo a las salidas desde territorio marroquí hacia las Islas.