El problema no tiene el mismo calado que las denuncias que atañen al muelle de Arguineguín o el continuo goteo de embarcaciones que arriban a Los Cristianos, pero tampoco las características demográficas de El Hierro son las mismas que en Gran Canaria o Tenerife. Los servicios sociales herreños se encuentran al borde del colapso debido a la presión migratoria que soportan desde el pasado 24 de octubre, día en el que fue detectada una patera a unos 200 metros del Puerto de La Estaca con 43 personas a bordo. “La primera nos dejó impactados, pero luego vinieron nueve más”, señala Inmaculada Randado, consejera de Asuntos Sociales no electa y en el pasado directora del Área de Salud de El Hierro durante un año y medio.

Ayer arribaron 49.

La última patera o cayuco que llegó a El Hierro lo hizo poco después del mediodía de ayer a La Restinga –el 1-1-2 también informó de la localización de otra patera a 87 millas de Gran Canaria que iba ocupada por 33 varones y 2 mujeres–, con lo que ya son diez las embarcaciones que fueron auxiliadas por los recursos existentes en suelo herreño en los últimos 52 días. Con las 49 personas asistidas ayer, una de ellas menor, son 482 los africanos que arribaron a El Hierro desde el 24 de octubre. Fuentes consultadas por este periódico indicaron que los migrantes del último cayuco llegaron en buen estado de salud, salvo los cortes y quemaduras que presentaron algunos de ellos, y que fueron tratadas nada más ser desembarcados sin tener que ser trasladados al Hospital Insular.

“Desbordados”.

Ese es el calificativo que más repiten las personas a las que le hemos pedido que analicen la situación actual. “Estamos desesperados”, avanza Randado antes de poner el acenso sobre la urgente necesidad de disponer de más medios. “Todos los recursos son pocos”, reitera la consejera insular ante una avalancha humanitaria que ya maneja unos datos preocupantes: cada 5 días se activa un dispositivo de emergencia que afecta de media a 48,2 migrantes. Hasta ayer Valverde y El Pinar soportaban toda la carga de alojamientos –La Frontera ha habilitado un espacio que aún no está operativo– de una presión migratoria que se está aliviando con derivaciones a Tenerife.

Traslados a Tenerife.

Entre el viernes y el sábado abandonaron El Hierro 80 adultos y 36 menores con destino a Tenerife. Esta no es la primera vez que hay traslados. Los ocupantes de la embarcación detectada el 15 de diciembre (32 hombres, 9 menores y 2 mujeres) ya no se encuentran en la isla más pequeña de la provincia occidental. Para poder efectuar esos traslados fue necesario que todas las PCR dieran negativo y que los migrantes cumplieran al menos diez días de cuarentena en uno de los cinco espacios habilitados en El Hierro. A día de hoy en Valverde y El Pinar hay 303 irregulares asociados a movimientos de inmigración clandestina entre África y Canarias. “Entran y salen en función de los resultados de las PCR y, sobre todo, del nivel de saturación que tengamos”, puntualiza Inmaculada Randado.

Los espacios habilitados.

Las 49 personas que llegaron ayer a La Restinga fueron alojadas, tras una primera valoración médica en el puerto –en ese proceso participa un médico y un enfermero adscrito a un centro de salud de ámbito municipal–, fueron llevadas hasta el campo de lucha de El Pinar, que es el lugar elegido en el que se encuentra el punto de atención temprana. Allí se realizan las PCR y es donde transcurre la espera hasta que llegan los resultados. Una vez se tiene la información relativa al coronavirus se establece un nuevo reparto en función de si la persona es positivo o no. Hasta el día de ayer en Valverde los centros de acogida eran el Polideportivo y la Residencia de Estudiantes –una cesión de la consejería de Educación que comparte sus dependencias con un Módulo de Cocina–, pero debido a los daños localizados en la Residencia –se cayó parte del techo por las humedades– se optó por realizar un traslado a un Centro de Día que gestionan voluntarios de Cruz Roja. “Hay que separarlos en base a la patera en la que llegan y establecer una sectorización en base a si son adultos y menores, varones y mujeres (las dos primeras llegaron el 15 de noviembre y el único caso de madre, con una niña de tres años, se dio el 9 de diciembre. Ese mismo día se detectó la presencia de dos embarazadas en la embarcación que llegó por sus propios medios a La Restinga) y, por último, contagiados o no”. Precisamente, la presencia de mujeres en los últimos servicios fue lo que originó la apertura de una casa rural en la zona de El Mocanal (6 personas) que, al igual que en el caso de la Residencia de Estudiantes de Valverde, se había acondicionado por si había que buscar un emplazamiento especial para contagiados por el Covid-19, o para que esta pudiera actuar como una especie de Arca de Noé o espacio burbuja.

“Hicimos unas pequeñas obritas en la Residencia de Estudiantes –se acondicionaron los baños, instalaron termos eléctricos y colocamos camas– por si lo necesitábamos por el coronavirus, pero nunca se llegaron a utilizar con ese objetivo. Ahora estamos desbordados por la migración”, subraya Randado.

Un colectivo muy numeroso

Los 482 migrantes que siguen o han estado alojados en los dos últimos meses en uno de los centros acondicionados por el cabildo herreño (Polideportivo y Residencia de Estudiantes –antes de que llegara la patera de ayer había dejado de estar operativa– y Centro de Día de Valverde, Casa de El Mocanal, Aula de la Naturaleza y campo de lucha de El Pinar) integran en la actualidad el segundo colectivo social más importante después del que forman los estudiantes. Y es que en El Hierro existen 1.302 alumnos de distinto grado. La mayoría están matriculados en el IES Garoé (459) o en el IES Roques de Salmor (121), pero esa es una cantidad muy similar a la que suman los jóvenes que acuden de lunes a viernes al Colegio Taibique (97), el CEIP Tigaday (273) o el CEIO de Valverde (290 alumnos). Esta relación se completa con los menores que reciben sus conocimientos en las escuelas unitarias situadas en Guarazoca (16), El Mocanal (15), Isora (13), San Andrés (12) y La Restinga (6 alumnos). A lo largo de esta oleada se ha atenido a 413 varones, 60 menores y, por último, nueve mujeres. El migrante más joven fue la niña de tres años que llegó con su madre el pasado 9 de diciembre. J. D.

El socialista Antonio Chinea, alcalde de Valverde gracias al pacto acordado entre el PSOE (4) y Nueva Canarias (2), es rotundo cuando afirma que “no tenemos los medios humanos y técnicos para asegurar un trato digno a los inmigrantes”. La confluencia de dos problemas –la migración y la crisis sanitaria– en uno ha saturado la capacidad de respuesta en un municipio que supera por poco los cinco mil habitantes. “Sin querer generar ningún tipo de polémica, la situación que estamos viviendo en El Hierro no es comparable con lo que ocurre en Arguineguín (Gran Canaria). Estamos desbordados por un conflicto que exige respuestas inmediatas”, sostiene un político que rompió la hegemonía que marcaron AHI-CC y Partido Popular durante 32 años al frente del consistorio de la capital herreña. “Afortunadamente este es un pueblo que lleva muchos años dando muestras de su gran hospitalidad y eso es algo que está presente en una crisis humanitaria que precisa de mucha solidaridad porque el margen de maniobra es pequeño”.

Juan Miguel Padrón se convirtió en el primer regidor de El Pinar en junio de 2019. Alcalde del municipio que vive esta presión migratoria en primera línea –el Puerto de La Restinga ha recibido media docena de cayucos en menos de un mes–, su posición es firme a la hora de analizar la raíz de esta deriva humanitaria. “Yo no voy a decir ni una sola palabra en contra de esta gente, porque son personas que se ven obligadas a tomar una decisión que les puede costar la vida para escapar de una guerra o del hambre, pero es evidente que la Unión Europea no está poniendo los medios para controlar estos movimientos en origen”. Padrón, que admite que la situación ha mejorado a partir de las derivaciones que se están realizando a otras Islas, no oculta que en El Hierro “estamos muy limitados y no hay sitios para reubicarlos... El Pinar ha acondicionado el Aula de la Naturaleza y el Campo de Lucha, pero esta segunda infraestructura no reúne las condiciones más adecuadas para la estación del año en la que estamos”.

Miguel Ángel Acosta accedió a la Alcaldía de La Frontera en noviembre de 2016 al prosperar la moción de censura que presentaron el PSOE-PSC y Unión Frontera (UF) a Melissa Armas (AHI-CC). Reelegido alcalde en junio de 2019, su opinión en referencia al drama humanitario que gira en torno a la migración clandestina no es diferente a la de sus colegas de Valverde y El Pinar. “Buscar espacios para alojar a los migrantes es muy complicado. En La Frontera no tenemos ningún espacio de acogida ocupado, pero se ha habilitado uno por lo que pueda pasar que ya hemos puesto a disposición de la dirección insular”. Acosta defiende que “no queda otra que arrimar el hombro porque las circunstancias que se están dando son distintas a las que se dan en otras islas mayores, que tienen una capacidad de respuesta superior a la que tenemos a día de hoy en El Hierro”. En este sentido, apela “al carácter solidario de los herreños para salvar un momento que no es nuevo en la Isla, pero sí extremadamente complicado”.