La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El final del JEMAD más canario

El general Miguel Ángel Villarroya, que ejerció la jefatura del Mando Aéreo de Canarias de 2015 a 2017, cesa hoy tras pedir su relevo a la ministra tras haberse vacunado

Miguel Ángel Villarroya Vilalta posa delante de un helicóptero de búsqueda y rescate tras tomar posesión como jefe del Mando Aéreo de Canarias en 2015.

Casi 10.000 horas de vuelo a sus espaldas y 45 años en las Fuerzas Armadas. Dos de ellos al frente del Mando Aéreo de Canarias (Macan). El general Miguel Ángel Villarroya Vilalta, dimitió el pasado sábado de su puesto de jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD) tras conocerse que él y otros mandos recibieron la primera dosis de la vacuna contra la Covid-19. Conocido por ser la cara mediática militar durante el confinamiento y por pronunciar frases populares como “todos somos soldados”, el aviador cierra hoy una etapa que tan solo ha durado un año. Entre sus últimos cargos, Villarroya estuvo al frente del Macan entre julio del 2015 y abril de 2017. Un época breve pero muy intensa, ya que durante su mandato tuvo lugar el trágico accidente de helicóptero del Servicio de Búsqueda y Salvamento (SAR) en el que fallecieron tres personas.

Nacido el 15 de mayo de 1957 en La Galera (Tarragona) , casado y con dos hijos y tres nietos, el general Villarroya ingresó en las Fuerzas Armadas en 1975 como aspirante en el centro de selección y se graduó en la Academia General del Aire en 1980. Abandonó la academia para ser destinado al Ala 31 en abril de 1981. Había pasado ya por el Grupo de Escuelas de Matacán. Solo tardó ocho años en llegar a comandante, y quince en ascender a teniente coronel. Ha intervenido en unidades operativas durante 25 años, especializado en volar aviones de transporte, como el Hércules, el Airbus A310 y el Boeing 707.

Antes de ponerse al frente del Mando Aéreo de Canarias fue jefe del 45 Grupo en 2005 y jefe de la secretaría general del Estado Mayor del Aire en 2011. Un año más tarde ejerció como director adjunto del Grupo Aéreo Europeo. En junio de 2014 ascendió al empleo de general de división, ocupando de nuevo la Jefatura de la Secretaría General del Estado Mayor del Ejército del Aire. Además, participó en las misiones de Kuwait, los Balcanes y la guerra civil en Ruanda. En julio de 2015 llegó a las Islas y su paso estuvo marcado por la tragedia.

Un año antes de su llegada, el 19 de marzo de 2014, tuvo lugar en Canarias otro accidente de uno de los helicópteros del SAR, en el que fallecieron cuatro militares, al precipitarse al mar el aparato. A este escenario se une un segundo accidente, en octubre de 2015, solo tres meses después de que Villarroya tomara posesión. En tan solo 19 meses dos helicópteros del 802 Escuadrón del Ejército del Aire se estrellaron en el mar en aguas cercanas a Canarias y siete militares perdieron la vida mientras realizaban maniobras o venían de hacerlas. Aquellos siniestros y las familias de las víctimas marcaron sus horas más tristes en el Archipiélago.

“Un accidente de estas características es una situación muy dramática que nadie quiere vivir”, declaró Villarroya en una de las entrevistas posteriores al segundo suceso. Un desastre que además vino acompañado de incertidumbre y polémica, ya que la noche en la que desapareció el helicóptero las primeras informaciones del Gobierno de Marruecos –país cercano al accidente– indicaban que los ocupantes habían sobrevivido. Dato que al día siguiente corrigieron. “Ese día no dormí. Las noticias fueron muy contradictorias y fueron cambiando. Fue una noche de mucha tensión”, aclaró el que era en su momento el jefe del Mando Aéreo de Canarias.

Las dudas en torno a la fiabilidad y seguridad de los helicópteros militares también protagonizaron el mandato de Villarroyo. Diferentes sectores de la sociedad canaria comenzaron a cuestionarse si los accidentes podían haberse evitado renovando la flota del Macan. El general negó en todas sus intervenciones que la antigüedad de los aparatos tuviera algo que ver en lo sucedido. “Los Super Puma del Ejército del Aire son helicópteros perfectamente adecuados para la misión que cumplen, están a la mitad de su vida operativa y están sometidos a un mantenimiento totalmente garantizado”, aclaró.

Lo cierto es que al peder dos helicópteros en el mar la renovación de la flota también de produjo con Villarroya al mando. En noviembre de 2016 la Base Aérea de Gando recibió el Super Puma H215 de nueva fabricación y dos más llegaron el siguiente año.

A pesar de los trágicos sucesos que acompañaron su estancia en la Islas, el militar dejó un estela de amistad y una profunda huella en Canarias. En 2016 hubo operaciones destacadas en el Mando Aéreo de Canarias. Una de ellas el del 802 SQ en la crisis migratoria del Mediterráneo Central en el marco del despliegue internacional que permitió el rescate de un total de 70.000 personas, además de las tareas de cooperación desarrolladas con Senegal y Mauritania.

Ese mismo año el Macan ejecutó una reorganización con la reintegración del 802 SQ en el Ala 46, la segregación del Centro Coordinador de Salvamento (RCC, también por sus siglas en inglés) del escuadrón y el relevo de todos los mandos clave.

Tras su paso por Canarias, en abril de 2017, Villarroya ascendió a teniente general y fue nombrado Director del Gabinete Técnico de la Ministra de Defensa (Dolores de Cospedal). Hace poco más de un año, el 14 de enero de 2020, el general fue nombrado jefe de la cúpula militar por Margarita Robles en una de sus primeras decisiones tras la investidura del Gobierno de coalición. Uno de los principales ejes de trabajo de Villarroya ha sido que “las Fuerzas Armadas se acerquen al resto de los ciudadanos y sean mejor comprendidas”.

Y durante la pandemia que se desató tan solo dos meses después de su nombramiento tuvo la oportunidad de dar a conocer el trabajo de los militares. Villarroya tomó entonces las riendas y de la mano del Estado Mayor activó la Operación Balmis. Durante 98 días, las Fuerzas Armadas se activaron en la que ha sido la mayor movilización militar en España de la historia. Los ejércitos salieron a la calle por todo el país para frenar la pandemia. En total: 20.002 intervenciones, 11.061 desinfecciones, 5.301 actuaciones en residencias, otras 3.477 en hospitales o centros de salud y 1.340 en centros sociales.

La Operación Balmis se prolongó durante algo más de tres meses, mientras estuvo vigente el decreto del estado de alarma. Villarroya fue uno de los integrantes del Comité de Gestión Técnica del Coronavirus. En ellas actualizaba día a día las misiones de los militares en todo el territorio.

Tras la primera oleada, se activó la Misión Baluarte. En ella los miembros de los ejércitos comenzaron a operar como rastreadores. Precisamente la lucha contra el virus favoreció la imagen de las Fuerzas Armadas, y justamente la cura del virus ha sido la causante de la dimisión de Villarroya. Hacer frente a la pandemia quedará como su último cometido al frente de las Fuerzas Armadas. En su carta de despedida tras la polémica de su vacunación, Villarroya aclaró que “ha tomado decisiones que considera acertadas”. y que “nunca han pretendido aprovecharse de privilegios no justificables”.

El reputado mando cuenta en su haber con un largo historial de medallas y condecoraciones entre las que destacan la Gran Cruz, Encomienda, Cruz y Placa de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, la Gran Cruz al Mérito Aeronáutico, la Gran Cruz del Mérito de la Guardia Civil o la Medalla de la Otan. Villarroya, además, fue piloto personal del rey Juan Carlos.

Compartir el artículo

stats