El Dr. Moussa era descendiente de una gran familia saharaui marroquí, originario de Rio de Oro. Fue uno de los primeros cuadros superiores, formados durante la administración española en el Sáhara. Se licenció como Doctor en Medicina por la Universidad Complutense de Madrid y comenzó su profesión como médico en Dakhla (antigua Villa Cisneros) en 1974. Después de ser miembro del Gabinete del Ministro de Sanidad en Rabat, fue nombrado en 1979 Médico Jefe de la región de Dakhla y de la provincia de Tánger en 1980.

Fue nombrado Cónsul General de Marruecos en las Islas Canarias en 1985, volviendo a la isla de Gran Canaria, en la que realizó sus estudios de Bachillerato en el Colegio Jaime Balmes. Consolida una buena relación con Canarias durante su misión consular. En 1992, el Rey Hassan II lo nombra Embajador extraordinario y plenipotenciario de Marruecos en Mauritania.

Por su parte el Rey Mohammed VI, le nombró Embajador del Reino de Marruecos en Venezuela y posteriormente en República Dominicana.

Recibió varias condecoraciones prestigiosas, entre ellas la de Comendador de la Orden de África, concedida por las autoridades españolas en 1974, la Ouissam de la Marcha Verde, Ouissam de Dakhla, Comendador de la Orden Nacional del Mérito de la República Islámica de Mauritania, así como la Orden del Mérito de Duarte, Sánchez y Mella, la más alta distinción de la República Dominicana.

Brahim Moussa era hijo de un empresario que tuvo una gran relacion comercial con las Islas Canarias, de las que importaba productos españoles desde 1945 para comercializarlos en el Sáhara y en Mauritania. Fue un patriota marroquí, al igual que toda su familia, conocida por su amistad con España y particularmente con Canarias.

Perteneció a la generación saharaui que vivió el proceso de descolonización del Sahara por España, siendo un notable defensor de la retrocesión del territorio al Reino de Marruecos. Junto con los máximos notables saharauis, representantes de la población autóctona, presentó su adhesión al Rey Hassan II y a la Corona marroquí en 1975.

Las personas que le conocieron, le recuerdan como una persona amable y cercana. Gran conocedor de su tierra, que abogaba siempre por el diálogo, la amistad y la cooperación entre España y Marruecos.