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Lluvia, frío y aguas fecales

Un problema en la canalización provoca una inundación de aguas negras en el Canarias 50

Los inmigrantes del Canarias 50 denuncian que entran aguas fecales en las tiendas

Los inmigrantes del Canarias 50 denuncian que entran aguas fecales en las tiendas La Provincia

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Los inmigrantes del Canarias 50 denuncian que entran aguas fecales en las tiendas Andrea Saavedra

El temporal del último fin de semana ha causado estragos en algunos de los espacios de acogida de inmigrantes. Una avería en la canalización del agua provocó dos inundaciones en el Canarias 50, una de ellas, de aguas fecales. Una situación que empeora las condiciones de los llegados en patera.  

Parecía que las condiciones de los inmigrantes mejorarían con el cierre del muelle de Arguineguín, pero la situación en los campamentos establecidos por el Gobierno central se está convirtiendo en una auténtica pesadilla. La lluvia y el frío de los últimos días han desvelado las vergüenzas de las instalaciones destinadas a la acogida de inmigrantes, de tal forma que algunos espacios como el acuartelamiento Canarias 50 en la Isleta han llegado a sufrir hasta dos inundaciones en menos de tres días, la última, de aguas fecales.

Las intensas lluvias convirtieron una de las carpas del campamento militar gestionado por el Ministerio de Migraciones en una piscina improvisada la madrugada del sábado. Desde el ministerio que dirige José Luis Escrivá aseguran que se trató de una incidencia técnica ajena –externa– al espacio en el que están instalados los recursos de acogida y vinculada a una avería. Por lo que se estableció “contacto inmediato” con los responsables municipales y se procedió a su resolución.

Pero las consecuencias de la avería no se quedaron en la inundación de ese día. La semana para los inmigrantes hospedados en el Canarias 50 comenzó ayer con regueros de aguas fecales cruzando las instalaciones y metiéndose en varias de las tiendas donde pernoctan. “Mira, mira. Pis, caca... de todo. Entró en la carpa, todo mojado”, dijo ayer uno de los residentes del campamento mientras grababa con su móvil el flujo de agua de alcantarilla.

El suelo empedrado y la humedad se ha sumado la bajada de temperaturas, que ha complicado las condiciones en las que se encuentran los llegados en patera. “Todavía no podemos hablar de instalaciones dignas y adecuadas por completo, pero hemos dado pasos adelante y ahora los niveles de indignidad no son tan altos como los de Arguineguín”, asegura Arcadio Díaz Tejera, juez del Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Barranco Seco.

Lluvia, frío y aguas fecales

El magistrado visita cada ocho días los espacios puestos en marcha por el Ejecutivo central y destaca que las carencias en las instalaciones vienen a raíz de haber “improvisado y actuado “a la prisa”. El juez confía en seguir dando pasos adelante y que el plan del Gobierno se lleve a cabo para poder contar con lugares de acogida en los que “se facilite calzado y ropa adecuada, ayuda jurídica y asistencia sanitaria y social adecuada”.

Díaz recoge todas las semanas prendas de ropa para los inmigrantes. Artículos que logra gracias a la “solidaridad de la gente”. “Lo que yo hago debería hacerlo el ministerio responsable, que para eso hay 43 millones de euros del fondo de la Unión Europea”, critica el magistrado.

El mal tiempo del fin de semana también causó estragos en las instalaciones del Centro de Atención Temporal a Extranjeros (CATE) de Barranco Seco. El barro, la humedad y el frío fueron los protagonistas, pero ningún inmigrante tuvo que sufrir las consecuencias ya que, en este caso, las instalaciones estaban vacías porque en estos días no han llegado pateras. Por el contrario, los primeros inmigrantes del campamento de las Raíces en Tenerife, sí sufrieron las inclemencias meteorológicas y tuvieron que dormir en casetas sin calefacción con temperaturas por debajo de los siete grados.

Los inmigrantes que llegan a las Islas pasan la mayor parte de su tiempo en los campamentos de acogida. Arriba a la derecha, dos jóvenes se cortan el pelo en el Colegio León, en la capital grancanaria. En la fotografía de la izquierda, las tiendas del Canarias 50 inundadas. Y sobre estas líneas, algunos migrantes se despiden de compañeros que decidieron volver a Marruecos. |

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