Travesía mortal. Mustapha y Najat estaban ilusionados con el salto a Europa para iniciar una vida mejor junto con su hijo de tres años, pero las aguas del océano Atlántico se tragaron su sueño y la travesía desde Dajla hasta el Archipiélago acabó de forma trágica. La patera en la que viajaban naufragó hace dos semanas y la joven pareja y su pequeño se ahogaron. Sus familiares en Alicante y Murcia, donde querían instalarse, están desolados. 

Las rutas marítimas migratorias se cobraron el pasado año la vida de 2.170 personas que intentaron llegar a España en pateras o cayucos para instalarse aquí o continuar viaje hacia otros países europeos. Este dato, que recoge la ong Caminando Fronteras en su informe Monitoreo del derecho a la vida, ya es duro por sí solo al ser una elevada cifra. Pero aún lo es más cuando se pone nombre y apellidos a estas personas que se jugaron la vida pagando cantidades desmedidas a las mafias de inmigración y perecieron en las aguas del Atlántico o el Mediterráneo. Mustapha, de 26 años, su mujer, Najat, de 20, y su hijo Wasim, de solo 3 años, son tres de las víctimas que, desgraciadamente, han engrosado la lista de fallecidos en naufragios de pateras este año.

La joven pareja, residente en la ciudad marroquí de Oued Zem, planeaba llegar hasta Alicante, donde residen desde hace más de una década tres hermanas de Mustapha y varios familiares. El joven se dedicaba a la venta ambulante en mercados y aunque no le iba mal decidió intentar el salto a España. Según un familiar de Mustapha que regenta un comercio en Alicante y prefiere preservar su identidad, “quería una vida mejor” y pretendía instalarse en esa provincia con la ayuda de su familia, aunque también contaban con el apoyo de una hermana de Najat que reside en Murcia.

Una de las mafias de inmigración cobró a la joven pareja 6.000 euros por la travesía en patera de Marruecos a las Islas. “Dos mil euros a cada uno, incluido el pequeño”, afirma el familiar.

Según el relato de este allegado, los tres “recorrieron 1.800 kilómetros desde Casablanca hasta Dajla, el Sahara, para embarcarse luego hacia el Archipiélago”. Tenían por delante una travesía de cuatro días, pero la patera en la que navegaban volcó la noche del 21 de enero. El matrimonio y su hijo, que no sabían nadar, fallecieron ahogados, igual que el resto de ocupantes de la patera. Según el familiar de Mustapha, a bordo viajaban 45 personas cuando volcó a unas dos millas de la costa, aunque en medios marroquíes hablan de más de cinco personas, sin concretar la cifra exacta. El allegado de la familia desconoce el motivo del vuelco y si había mala mar, pero alerta de que “se comenta que las propias mafias de inmigración son las que provocan muchos de estos naufragios”.

Mustapha con su hijo. | |

Mustapha con su hijo. | | CEDIDA POR LA FAMILIA

La muerte del pequeño y sus jóvenes padres dejó helados a sus familiares, amigos y a toda la población de Oued Zem, donde vivían. ”Ha sido un golpe muy fuerte”, lamenta.

Tras el naufragio, los cadáveres de Najat y su hijo pudieron ser recuperados y ambos fueron enterrados. Sin embargo, el cuerpo de Mustapha aún no ha aparecido. “Su madre mira el mar todos los días a ver si sale el cuerpo”, señala.

La pareja quería llegar a Alicante, donde residen varios familiares desde hace años

Dos de las tres hermanas de Mustapha que viven en Alicante pudieron viajar a Marruecos tras conocer la trágica pérdida y el resto de familiares aguardan noticias confiados en que aparezca el cuerpo del joven.

En medios marroquíes se habló dos días después del naufragio del trágico ahogamiento de una familia en un “barco de la muerte” y la consternación en el pueblo de la pareja, Oued Zem. La noticia corrió por las redes sociales, incluida una fotografía de la familia fallecida. La pareja y su hijo aparecen sonrientes delante de las aguas donde luego perecieron ahogados y sus rostros parecían reflejar la ilusión por la nueva vida que querían empezar. Junto a ellos, un emoticono para expresar la tristeza por su pérdida y el siguiente mensaje en árabe dirigido a la joven: “Que Alá tenga misericordia de tu alma Najat. No te olvidaremos”.

Un miembro de una asociación de la ciudad donde vivía la familia fallecida declaró tras la tragedia a medios de comunicación de Marruecos que los jóvenes de Oued Zem están desesperados por el paro y si encuentran trabajo el salario es muy bajo. Esta situación, agravada por la pandemia y la falta de ingresos de los compatriotas que este año no han podido regresar de vacaciones de Europa a causa Covid-19, es la que está empujando a que los jóvenes se aventuren a jugarse la vida en la ruta canaria.

Tres vidas ahogadas por un sueño

Tres vidas ahogadas por un sueño CEDIDAS POR LA FAMILIA

La estadística oficial de 2020 recoge un aumento del 74,5% de las embarcaciones que llegaron a España. El incremento para Canarias es del 700% con más 23.000 de los 40.106 inmigrantes que arribaron a lo largo del año.

Caminando Fronteras señala en su informe que 2020 ha sido “uno de los peores y más trágicos años en las rutas migratorias” para acceder por mar a España y la ruta canaria es, sin duda alguna, la más peligrosa. De las 2.170 personas fallecidas el pasado año, 1.784 perdieron la vida en ella.

Mustapha, Najat y Wasim aparecerán incluidos como cifras en la fría estadística de víctimas de los naufragios de pateras de 2021.