La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Colección de deslealtades y exabruptos de Santiago Pérez contra el PSOE

El candidato al Senado de los socialistas tinerfeños llegó a plantear que el presidente Ángel Víctor Torres fuera declarado persona ‘non grata’ en La Laguna

Pérez, en un mitin para promover la moción de censura en La Laguna.

Si Santiago Pérez llega a la Cámara Alta como senador por la comunidad autónoma, no lo hará con el beneplácito de todos sus compañeros de partido. El PSOE dejó de ser su casa en marzo de 2011, tras las refriegas que dejó, sobre todo en Tenerife, la liquidación del juanfernandismo a manos de José Miguel Pérez con el beneplácito de Ferraz, o viceversa. Desde entonces y hasta el pasado diciembre, cuando el socialismo canario volvió a acogerlo, no se ha mordido la lengua a la hora de criticar a un partido al que en los casi diez años que duró su ausencia vio hasta sirviendo a los intereses de “las dos derechas”, como denominó al tándem CC-PP.

Comenzando por lo más cercano en el tiempo y por el disparo que más alto llegó; hasta el secretario regional, Ángel Víctor Torres. Hace dos años y medio, el runrún sobre la inminencia de una moción de censura en el Ayuntamiento de La Laguna contra el entonces alcalde nacionalista, José Alberto Díaz, corría a ritmo de récord. Sin embargo, la oposición no encontraba el apoyo del PSOE.

En su marcha, afirmó que el partido “había tirado a la basura” su integridad

decoration

“Torres está haciendo todos los merecimientos para ser declarado persona non grata por la ciudad de La Laguna, que está siendo sometida a un atropello por Coalición Canaria (CC) y por la dirigencia del PSOE”, clamó quien hoy aspira a sustituir a Pedro Ramos en el Senado. Pérez aseguraba que lo que ataba las manos a los socialistas canarios no era confesable.

En la lectura histórica de las críticas vertidas por Santiago Pérez sobre la tibieza con que el que vuelve a ser su partido se ha conducido en San Cristóbal de La Laguna durante el último decenio, pesa el supuesto pago por adelantado a Coalición Canaria de los favores electorales a medio plazo. Según eso, a menos de un año de las elecciones autonómicas –las de 2019–, tan inciertas en apariencia como finalmente lo fueron, Torres no quería enemistades.

La moción de censura

Las manos que Pérez se echaba a la cabeza incluían el voto negativo que Coalición Canaria anunciaba a la moción de censura con la que Pedro Sánchez desalojó a Mariano Rajoy de la Presidencia de España. Finalmente, la diputada de CC en el Congreso de los Diputados, Ana Oramas, firmó una abstención.

La carrera de Pérez en la planta noble del socialismo canario llegó a su cénit en los tiempos en que CC y PP pactaban cada cuatro años para que los primeros gobernaran. Para desesperación de quienes ansiaban un cambio de ciclo, volvió a ocurrir en 2007 a pesar del holgado triunfo de Juan Fernando López Aguilar. Santiago Pérez fue uno de los más fieles escuderos del eurodiputado.

Aquella legislatura comenzó con una oposición encendida. Habían salido a ganar, habían ganado pero la aritmética hizo que fueran otros quienes paseaban el trofeo. En el PSOE, quienes entendieron que ir a pecho descubierto jamás iba a dar rédito pensaron que se trataba de dejar pasar cuatro años sin provocar graves heridas dialécticas y probar fortuna en 2011 si es que la relación entre Paulino Rivero y José Manuel Soria iba por el cauce previsto, hacia la catarata.

Así ocurrió y a José Miguel Pérez se le abrió el cielo. La primera parada para el retorno del PSOE al Gobierno de Canarias eran las elecciones por el liderazgo del partido de diciembre de 2010. Su oponente era Santiago Pérez. Por el camino, Ferraz echó una mano.

Meses antes de celebrarse ese proceso interno, la Ejecutiva federal nombró gestoras en la insular tinerfeña y en la agrupación de la capital de la isla, Esa decisión deparó la salida del partido, por decisión propia, de los responsables de ambas organizaciones, Ignacio Viciana y José Manuel Corrales, y un gran enfado en Santiago.

En 2011 acusó a Ferraz de “dar un golpe de estado” para controlar el PSOE tinerfeño

decoration

José Miguel ganó esa batalla de los Pérez y el derrotado, que había sido azote de Rivero en la legislatura que terminaba, sobraba. En enero de 2011 entregó el acta de diputado autonómico. En su marcha no dejó títere con cabeza: “Las medidas para la creación de las gestoras son dictatoriales”, “el PSC se pliega a la agenda impuesta por un gobierno en minoría” o “el pluralismo que ha identificado a los socialistas se ha roto en Canarias” son alguna de las perlas que repartió ese día.

Carné roto en dos meses

A pesar del notable enfado que albergaban todas esas manifestaciones, aseguró que no pensaba romper el carné. Dos meses de reflexión le bastaron para decir Diego donde dijo digo. Con la absoluta seguridad de que en los comicios (locales, insulares y regionales) su nombre no estaría en ninguna lista adornada con el puño y la rosa, en el momento de dar el, aparentemente, adiós definitivo volvió a despacharse con los que habían sido sus compañeros de partido.

“No acepto golpes de fuerza, frente a ellos un demócrata tiene que liberarse”. Evidentemente, el demócrata era él, quienes habían “tirado al cubo de la basura” la integridad del partido eran José Miguel y su camarilla, y el “golpe de estado” lo había terminado de dar Ferraz al tomar el control –Sur aparte– del partido en Tenerife.

Anunció también que iba a votar a Socialistas X Tenerife, la formación que habían alumbrado Corrales y Viciana. Lo que ocurrió finalmente es que encabezó, como independiente, la candidatura por La Laguna y obtuvo un acta de concejal que se le había puesto imposible desde el PSOE.

En el Ayuntamiento lagunero continuó siendo el azote de sus excompañeros –denunció a dos de ellos– y de CC. Ahora retorna y no todos los militantes están conformes con la decisión de darle el premio del Senado.

Compartir el artículo

stats