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Crisis migratoria | Visión de los profesionales | Pediatra del Servicio Canario de Salud

Abián Montesdeoca: “Tras once días en el mar, hay chicos que han comido madera de la patera”

Abián Montesdeoca, en el parque Doramas, en la capital grancanaria. Andrés Cruz

Abián Montesdeoca atiende, como pediatra, a los menores que llegan a Gran Canaria en patera o cayuco en los primeros 14 días por la cuarentena. Vivió en primera línea la situación del muelle de Arguineguín y lo revive con horror, al igual que evidencia el drama personal de quienes se adentran en el mar para buscar un futuro mejor. Por ello, considera que se ha de batallar contra los brotes de xenofobia alentados en las redes sociales, y expone que debe haber corresponsabilidad entre las comunidades para atender a los menores que tutela Canarias. “Es de risa que otras autonomías sólo hayan ofrecido cien plazas”, afirma.

¿Cómo empezó con la atención a los menores migrantes?

Yo formo parte de un gran equipo de profesionales sanitarios donde hay médicos de familia, pediatras, enfermeros, auxiliares de clínica, conductores, celadores y administrativos, y todo ello empezó a funcionar en marzo del año pasado con el tema de la pandemia. Es un grupo realmente organizado para la intervención del coronavirus y la atención domiciliaria, es decir, que los profesionales fueran a las casas de forma que toda la gente que tuviese algún problema con la Covid y no requiriera ingreso hospitalario, no tuviera que acudir a servicios de urgencias de los hospitales o centros de salud. Este equipo cumple muchas otras funciones, como las tomas de muestras para PCR en domicilio, el control de brotes en residencias de ancianos y centros sociosanitarios o la vacunación contra la Covid-19. Los pediatras, en particular, vamos al domicilio a atender a los niños que están contagiados y los valoramos allí, evitando visitas innecesarias al Hospital Materno-Infantil.

¿Hay muchos niños contagiados?

Solo en Gran Canaria contabilizamos más de 1.200 niños positivos desde el inicio de la pandemia, lo que pasa es que afortunadamente esta enfermedad entre los niños es leve. Son niños de todas las edades, desde recién nacidos hasta adolescentes, y el 80% lo pasa sin síntomas. Casi siempre se lo contagia alguno de los padres. Nosotros vamos a las casas, hacemos una valoración telemática inicial de todos los positivos, que luego son seguidos telefónicamente por su pediatra, tomamos muestras... Somos cinco pediatras los que estamos en el equipo y, dentro de todo esto, empezó en mayo el cribado a todas las personas que venían en patera o en cayuco para hacerles las PCR.

Claro, se encuentran con la Covid y la afluencia de migrantes. Supongo que era algo nuevo para ustedes.

Parte de los profesionales que están seleccionados para trabajar en el grupo de coronavirus teníamos cierta vinculación o bien con la cooperación o bien con haber trabajado en emergencias anteriores, con las enfermedades infecciosas, con las urgencias, o sea que el equipo no es cualquier equipo porque quien nos coordina, Pino González, tiene gran experiencia en catástrofes y emergencias humanitarias por todo el mundo, en países como Angola o Sudán del Sur, y esto lo montó en plan Ébola porque ella estuvo en Sierra Leona. En mi caso he tenido vinculación con temas de enfermedades infecciosas y con cooperación internacional.

“Llegan con quemaduras y con úlceras en las nalgas por estar sentados sin poder moverse”

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Usted vivió la plena efervescencia del muelle de Arguineguín. ¿Qué se encontró?

Fue un impacto total porque vimos la parte humana de las cifras. Ves que detrás del número 45 de la pulsera está Mamadou o no sé quién, que traen una historia detrás y a todos se les mete en el mismo saco pero cada uno tiene una historia diferente. No es lo mismo venir de una zona rural de Marruecos que de los suburbios de una gran ciudad o de un país como Mali, y no tienen nada que ver aunque todos se monten en la misma barca, y a poco que preguntes te asombras porque son realidades que aquí, afortunadamente, no vemos: niños con 10 u 11 años que los padres los animan a salir del país en pateras... Eso no se entendería aquí, sabiendo que algunos de esos niños se ahogan, que es la primera vez que se meten en un barco, que no saben nadar y su primera experiencia en barco es venir en un cayuco, sin nada que los tape, por el día con el sol rajando... Vienen con quemaduras porque no se pueden proteger.

Una realidad muy dura.

Nosotros hemos tenido niños que han estado hasta once días en el mar porque se les ha roto el GPS de la patera sin apenas comer, vomitando por el mareo, se les acaba la comida y algunos terminan bebiendo agua del mar y otros comiéndose hasta trozos de madera de la patera. Ese fue el caso de un chico de 17 años que vio tirar por la borda a diez cadáveres, seis de ellos sus primos. Ese niño estuvo siete u ocho días que no sabíamos dónde estaba, ni la Policía tampoco porque al llegar lo mandaron al hospital y el drama es que cuando mejoró lo devolvieron al muelle de Arguineguín. Notificamos que no había llegado al centro de menores y la Policía también lo buscó, pero en ese momento había dos mil y pico personas en el muelle todos hacinados: vete a buscar a un chico magrebí entre dos mil en un muelle atestado. Al final la Policía lo encontró. Y otra de las historias que más me impactó fue la de tres niños de 10 a 12 años de Mali, dos hermanos y un primo, y les pregunté que cómo se metían en el barco sin saber nadar y si no sabían que se moría gente en el mar viniendo para Canarias y me contestaron: “No, pero en nuestro barco no se murió nadie” y se rieron. Yo lo recuerdo y se me erizan los pelos. Les pregunté si sus padres sabían que estaban aquí o si se habían escapado, y me respondieron que fueron sus padres los que les dijeron que vinieran.

“La mayoría de los menores son buenísimos, pero el discurso del odio se amplifica en las redes”

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¿Qué patologías tienen cuando llegan?

Hay que pensar que esas personas probablemente no hayan visto un médico en su vida. Hemos tenido cuatro niños pequeños de una familia en una patera. Los que somos padres pensamos en cómo se aventura esta gente con cuatro chiquillos, que tú no los puedes tener quietos en un ferry, a meterlos en una patera donde no te puedes ni mover en días. Lo que más vemos son problemas derivados de la inmovilidad del trayecto porque te dan un espacio mínimo. Hacen sus necesidades por la borda o si son niños en el fondo del cayuco donde hay una mezcla de vómito, de orina , de gasolina, y de hecho está descrita una enfermedad en relación a infecciones de las heridas que se hacen por la porquería que hay en el fondo de la patera y se llama pie de patera y que puede llegar a la amputación. Veo a gente joven, chicos de 15 a 16 años, con úlceras en las nalgas como las que tienen los ancianos encamados o los enfermos crónicos, por la presión de estar siempre en la misma posición.

Es muy activo en Twitter o en denuncias públicas por la situación del muelle Arguineguín y de Barranco Seco.

Cuando yo veo el muelle de la vergüenza y llego a los medios de comunicación o llego a Twitter es porque ya he pasado por todos los canales que hay que pasar. A veces se nos crítica por hablar con la prensa o en Twitter y contesto que estamos cansados de hacer informes y que la cosa no se mueva. Parece que se tenga que denunciar públicamente para que se cambie. Lo del muelle de Arguineguín es una cosa que, cuando se analice a posteriori, los que lo han mirado un poco por encima se van a dar cuenta del horror que ha ocurrido aquí. Yo llegué a decir que se parecía a un campo de concentración nazi, lo veía como una especie de castigo extra: ya han sobrevivido a la etapa del mar después de haber cruzado no sé cuántas fronteras, pues ahora les vamos a hacer pasar días durmiendo al raso, en el suelo, sin techo para el sol, dándoles dos bocadillos al día, con racionamiento de agua y sin poder ducharse. Parece que tenemos una venda en los ojos que no nos permite ver que esas personas son seres humanos, que cada uno tiene su realidad, que es verdad que no todos están escapando de la guerra, pero los que vienen de Marruecos están escapando de que con la Covid que tienen allí hay hambruna y no tienen ni ERTE ni ayudas sociales. Por eso hay que decir a la gente que se ponga en su situación.

¿Cómo está ahora el campamento de Barranco Seco?

En el tema de Barranco Seco hay una intención por mejorar las condiciones, las cosas hay que decirlas. Ahora lo que nos preocupa es que los adultos estén más de 72 horas y eso depende del Gobierno de Canarias porque tienen que hacer sus cuarentenas en Barranco Seco y deberían tener un espacio habilitado.

“Lo ocurrido en el muelle de Arguineguín fue un castigo extra para los migrantes”

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¿Qué opina de los brotes de xenofobia por las incidencias con los menores?

La inmensa mayoría de chicos que yo conozco son buenísimos y además muchos vienen a trabajar y se llevan un chasco porque los ponemos a estudiar. Se hace ese cliché de que los subsaharianos son los buenos y los magrebíes son los malos, y para nada, porque hay de todo, aunque dentro de los miles que llegan habrá algún delincuente. Pero son adolescentes y si a ti te meten en un centro donde hay 190 adolescentes, ¿no va a haber pelea? ¿Entre canarios no las habría? Una vez salió que se había peleado un grupo de Mali con otro de Marruecos y parecía que aquello era una batalla campal. ¿Sabe por qué se pelearon? Por un penalti porque estaban jugando al fútbol Mali contra Marruecos. Pero al final, la información llega a las redes sociales y el discurso del odio se amplifica y persiste en las redes. Esto es un problema que hay que solucionar porque son personas y no vienen a estar encerrados aquí.

Por tanto, derivaciones de mayores a la Península para que sigan su tránsito y corresponsabilidad compartida de los menores entre las autonomías.

Por supuesto, hay un absoluto desbordamiento.

¿Qué le parece que otras comunidades hayan ofrecido cien plazas para acoger a menores?

Eso es de risa cuando hablamos de que tenemos a 2.700 menores.

“La actitud de España está siendo terrible ¿A cuenta de qué tenemos que ser islas cárceles?”

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¿Qué opina de la gestión política de la crisis migratoria?

Que los políticos se lo tienen que hacer mirar y, particularmente, la actitud de España está siendo terrible. ¿A cuenta de qué tienen que quedarse en Canarias los migrantes como si fueran islas cárceles? ¿A cuenta de qué no pueden moverse por Europa si ya han llegado? ¿Qué pasa, que nosotros no somos Europa?

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