El presidente del Cabildo de El Hierro, Alpidio Armas, afirmó ayer que el tiempo de espera “ha llegado al límite” tras más de tres meses de espera y exigió el realojamiento urgente de los migrantes que permanecen en la isla. La petición llega después de hacer un cribado entre las personas llegadas de manera irregular a la isla y detectar 44 contagiados por Covid-19. En un comunicado, la Corporación insular solicitó al presidente de Canarias, Ángel Víctor Torres, que ordene al consejero de Sanidad que de forma “inmediata y urgente” proceda a reubicar a los inmigrantes contagiados, que están alojados en instalaciones del Cabildo y que han sido integrados en la estadística epidemiológica de la isla.

Además, en lo que a los migrantes no contagiados se refiere, Armas reclamó al Gobierno de España, a través de la Dirección Insular de la Administración del Estado, que a partir de principios de la próxima semana agilice, “también con urgencia”, el proceso de derivaciones que lleve a liberar totalmente todas las instalaciones de titularidad insular para que vuelva a ser reutilizadas para la ciudadanía para sus fines habituales.

Mientras, sobre los menores, y dado que el Cabildo tampoco tiene competencias, en días previos ha instado a la Dirección General del Menor que se haga cargo de su atención en los centros que determine. “Nuestro tiempo de espera y receptividad tiene un límite, y la cuota de solidaridad con la que se ha querido abordar este drama humanitario, aún no siendo competencia nuestra, no ha sido correspondida de igual manera por las instituciones que finalmente son las que se tienen que hacer cargo del fenómeno migratorio”, explicó el presidente herreño.

Armas hizo especial hincapié en que el Cabildo lleva desde que se desató el repunte de la inmigración dedicando horas, reuniones y recursos humanos y materiales para buscar soluciones a este drama. “Todo ello en detrimento de nuestra actuación en las labores propias de institución insular, incluso en detrimento de la atención a los propios herreños, pero como todo tiene un principio y un final, y ha llegado el momento liberarnos de competencias que no son nuestras”, apuntó Armas.

Asimismo, comentó que el Cabildo no puede responsabilizarse de si han sido correctos o no los protocolos sanitarios que se han seguido, ni de la lentitud de las derivaciones por falta de respuesta de las administraciones. “Nuestra participación en todo caso es haberles facilitado unos alojamientos, posiblemente no los mejores, pero sí de los únicos que disponíamos”, aseguró. También comentó que la corporación insular “ha hecho sus deberes” y señaló que no se arrepienten de su actuación, porque “ante este drama el Cabildo como administración pública no podía cerrar los ojos”.