Jardineros y agricultores llegados en pateras y cayucos que están acogidos en el Colegio León, en El Lasso, han decidido voluntariamente adecentar las laderas de los alrededores del barrio y plantar huertos dentro del centro, para hacer su estancia más confortable y menos tediosa durante el tiempo que pasen en este recurso del Ministerio de Migraciones, hasta que se les permita viajar a la Península o sean deportados a Marruecos, extremo que ninguno de ellos desea. 

En torno a 500 migrantes magrebíes conviven en este antiguo colegio que gestiona la Fundación Cruz Blanca. Con su altruista colaboración quieren, además, demostrar a los vecinos y a la población en general que no son conflictivos aunque, entre tantas personas, algunos beban más de la cuenta y monten esporádicas escandaleras, pero no es la actitud de todos ellos, ni mucho menos.

Hartos de que el Estado no les deje partir a la Península para seguir con su proyecto de vida de trabajar en Europa, donde tienen familiares y amigos, y de los insultos y agresiones de algunos vecinos y gente que se acerca alentada por las redes sociales, optaron por hacer una huelga de hambre de 24 horas en el centro y sonoras manifestaciones pidiendo que les permitieran irse de Canarias porque ellos tampoco quieren estar aquí sin trabajar. “Antes la muerte que la devolución”, rezaba en sus pancartas. 

Aunque el nivel de protestas ha bajado en estos últimos días, siguen con la esperanza de poder seguir su camino a Europa cuando se atenúen las restricciones del Covid, pero mientras tanto están empleando su tiempo y habilidades trabajando en beneficio de la comunidad, orientados por los integradores de la Fundación Cruz Blanca. Son entre 20 a 30 chicos que conocen la tierra porque se han criado en el campo en su país y que decidieron el pasado domingo coger el sacho, limpiar hierbas, podar las palmeras y dejar adecentada la zona. Su buena actitud no ha pasado desapercibida y vecinos del barrio les aplauden y hasta los coches que pasan por la zona se lo agradecen tocando el claxon.

“Es una iniciativa que están autogestionado ellos. Nosotros les damos lo medios porque hay mucha gente que está comprometida y que considera que ésta es su casa, y mientras estén aquí quieren dejarla bien”, explica el coordinador de este centro, Jairo Pérez. Así que por las mañanas, después de desayunar, se ponen manos a la obra y salen a limpiar las laderas. 

Prisco Alfonso, concejal del Distrito Vegueta, Cono Sur y Tafira, se acercó ayer al Colegio León y vio la labor de estos jóvenes y no dudó en ponerlo en un tuit: “Los migrantes del centro de El Lasso se integran en el barrio. La iniciativa de estos jóvenes migrantes de adecentar el entorno no sólo tiene el agradecimiento de los vecinos, además, obtienen su respeto y colaboración”, indicó. 

Los chicos también van a hacer un huerto urbano dentro del centro para plantar verduras que puedan usar para autoabastecerse. Además, van a realizar otras actividades integradoras, como deportivas , salidas culturales o talleres de carpintería.