Una jornada más la alta tensión fue uno de los ingredientes imprescindibles en el día a día del campamento de acogida de migrantes de Las Raíces (La Laguna). Otra revuelta detectada en las últimas horas de la noche del sábado en una de las carpas terminó con una nueva intervención policial y el arresto, a media mañana de ayer, de un magrebí al que las fuerzas del orden señalan como uno de los supuestos agitadores de un altercado que obligó a la activación de recursos de la Policía Local de La Laguna y del Cuerpo Nacional de Policía.

La lluvia que cayó con intensidad entre las siete de la tarde y las nueve la noche sobre Los Rodeos provocó importantes daños en varias de las carpas donde duermen los migrantes. El agua corrió de lado a lado en el interior de las casetas anegando algunas estructuras. Esa adversidad, unida a la petición de acceso a las instalaciones de algunos de los africanos que se encontraban acampados en el exterior del antiguo acuartelamiento de artillería (RAMIX 93), fue el detonante de una agitación que efectivos de la seguridad del complejo resolvieron dando la alerta a la Policía Nacional. Una dotación de la Policía Local de La Laguna que se encontraba de servicio en las inmediaciones fue una de las primeras en llegar a un centro en el que ya se había originado una batalla campal: una parte del mobiliario quedó destrozado con el objetivo de asegurarse alguna defensa con la que repeler la inminente presencia de las dotaciones policiales de la comisaría de Nava y Grimón.

En un primer momento no actuaron grupos antidisturbios, pero conforme fue creciendo la tensión se activaron más de una decena de furgones de la Unidad de Intervención Policial (UIP).

Hubo cargas y registros

Algunos internos usaron sus móviles para contar que “la Policía ha entrado en las carpas para registrar y ver si teníamos armas”, añadiendo que “accedieron al recinto cuando estábamos durmiendo –estos testimonios no coinciden con los relatos que fijan el punto álgido de la pelea en el instante en el que se presentó en Las Raíces la UIP–, llegando a calificar como “animales” a los agentes que trataban de devolver la calma a las instalaciones. En la misma conversación llegaron a insinuar que “han hecho cosas que son inaceptables, yo no creía que España era así, estoy avergonzado”, denunciaron sin ocultar unas marcas que ellos presuntamente atribuyen a la fuerza con la que se emplearon los recursos policiales.

Otras fuentes consultadas indicaron que los agentes de la UIP solo actuaron en una de las carpas en la que se habían concentrado entre 30 y 40 magrebíes que mantenían una conducta desafiante y violenta. Hubo cargas para rebajar los ánimos y se incautaron palos de distinto tamaño con los que los internos se enfrentaron a los policías. Durante la noche se localizó a uno de los supuestos agitadores –en base a las declaraciones del personal que se encontraba de servicio en el momento en el que tuvo lugar la revuelta–, pero este se quitó del medio antes de poder ser arrestado. Por la mañana, agentes del Cuerpo Nacional de Policía volvieron a entrar al campamento y se llevaron a un magrebí de 25 años como impulsor de los sucesos del sábado.