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Cambios en el tablero político de Canarias | Renuncia del presidente de Fuerteventura

El laberinto de la política canaria

Gobiernos como los de Lanzarote o La Palma se sustentan en pactos con y contra PSOE, PP y CC | Socialistas y NC circunscriben la marejada a Fuerteventura

Román Rodríguez, Fernando Clavijo, Ángel Víctor Torres.

A diez días de que se nombre su sucesor, la renuncia de Blas Acosta abre la posibilidad de que el PSOE apoye a la primera presidenta que Fuerteventura tuvo en este mandato, Lola García (CC), vencedora en los comicios insulares de mayo de 2019. La maniobra del ya exmandatario majorero se entendería como un intento por dinamitar el acuerdo que hoy presentan CC, PP y las Asambleas Municipales de Fuerteventura (AMF), que concurrieron a aquella cita bajo la marca de Nueva Canarias (NC). Pero ni siquiera esta triple entente que viene anunciándose de lejos está asegurada. Para que fragüe es necesario que Alejandro Jorge, hombre fuerte de NC en la isla, se aparte y permita la entronización de Sergio Lloret (AMF). De lo contrario, se abre la puerta, allí y en otros puntos de las Islas, a ese entendimiento PSOE-CC expuesto por Acosta. O, ¿por qué no? PP-CC.

Tanto NC como el propio PSOE levantaron ayer un dique para determinar que lo ocurrido en el Cabildo majorero se queda allí y no tendrá traslación a otras instituciones del Archipiélago. Pero será solo porque las relaciones marchen bien o no haya acuerdos de mayor rango que obliguen a ello. Para empezar y sin salir de Fuerteventura, habría que poner las barbas a remojar en Puerto del Rosario (PSOE), Tuineje (PP) y Pájara (AMF), municipios todos en los que los pactos de gobierno se juegan a más de dos bandas.

“¿PSOE con CC? ¿A cambio de qué?”, señaló un reconocido militante socialista desde el anonimato. “Desde luego Bermúdez (CC) no va a devolver la Alcaldía de Santa Cruz de Tenerife a Patricia Hernández”, continuó tirando de la ironía precisa para llegar a imaginar ese movimiento.

A eso se refirió también el secretario de Organización de NC, Luis Campos: “La realidad en la política canaria pasa por aterrizar en cada espacio, nada tiene que ver lo que ocurre en Fuerteventura con lo de cualquier otro lugar”, zanjó.

Su homólogo en el PSOE canario, Jorge González, fue más expeditivo incluso al insistir en ceñir cualquier valoración a “quien ha tomado la decisión. Que hable él”. Otra manera de circunscribir la marejada al ámbito exclusivo majorero. “Decir que hay preocupación es mucho decir”, si bien admitió estar “trabajando en varios frentes y resolviendo”.

PSOE y PP se dan apoyo mutuo en el Cabildo de Lanzarote y Arrecife

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¿Qué hay que meter en vereda? Pues lo que más preocupa ahora en las filas socialistas es ver cómo salen del atolladero en que se han metido con la sustitución del senador Pedro Ramos y la pelea por ocupar la vacante que protagonizan el tinerfeño hijo pródigo Santiago Pérez y, precisamente, el dimisionario Blas Acosta.

A pesar de la insistencia de los dos partidos, lo cierto es que existen otras instituciones en Canarias que podrían verse gobernadas en virtud de nuevos equilibrios. “Desde luego que el Gobierno de Canarias no, y ya lo ha dicho Ángel Víctor Torres”, expuso Luis Campos para dejar claro que entiende como imposible que el PSOE devuelva a CC –como acompañante– al lugar del que la desalojó en los comicios de mayo de 2019.

Pero es que hay más. En la ecuación entra también el PP. Socialistas y populares –Dolores Corujo y Ástrid Pérez, respectivamente– se entendieron a las mil maravillas desde la misma noche electoral. Para la primera de ellas, la Presidencia del Cabildo; para la segunda, la Alcaldía de la capital conejera, Arrecife, en ambos casos mediante acuerdos que también dieron entrada a NC.

La cohesión en ese caso la aportó la existencia de un enemigo común al que arrinconar, CC. ¿Será inmune ese malquerer a la entrada en escena de ese acuerdo que hoy se presenta en el Cabildo de Fuerteventura? ¿O al que puedan gestar socialistas y nacionalistas?

De la velocidad a la que se producen los acontecimientos hablan los bailes en La Palma. Hace diez años, PP y PSOE pactaron en cuantos municipios fue posible para echar a CC. Incluso contra el mandato de Ferraz, que veía cómo esa afrenta podía impedir el retorno de los socialistas al Gobierno canario tras 18 años atravesando el desierto.

Cuatro años después, el hoy delegado del Gobierno central en las Islas, Anselmo Pestana, y el histórico nacionalista José Luis Perestelo gobernaron el Cabildo. ¿Paz para siempre? No, en las últimas elecciones insulares venció Nieves Lady Barreto (CC) y, al modo de 2011, un acuerdo PSOE-PP la desbancó, moción de censura mediante. En esa ocasión fue Génova la que empezó a tramitar expulsiones en un intento por agarrarse, y desde la Presidencia misma, a un Ejecutivo canario CC-PP-Ciudadanos-ASG que no cuajó.

En Santa Cruz de La Palma, el PP arrancó junto a CC y hoy navega junto a los socialistas

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Sí soportaron el trágala los populares en Santa Cruz de La Palma. Arrancaron el mandato en el Ayuntamiento de la capital de la isla en comandita con los nacionalistas, pero poco duró aquello. Y tras un corto periodo en minoría, el alcalde, Juan José Cabrera, dio entrada en el gobierno local a los socialistas, que nunca se habían mordido la lengua a la hora de criticar su gestión durante el año anterior. El baile no cesa y en Fuerteventura la orquesta ya suena.

Cierto que hay plazas en las que algunos acuerdos están prohibidos. En el Cabildo de Tenerife, Pedro Martín (PSOE) gobierna con Cs y el apoyo desde fuera de Podemos. PSOE y Coalición son hoy, en esa isla, enemigos acérrimos. Cualquier atisbo de entendimiento impuesto aceleraría la mecha de la bomba de relojería que Ángel Víctor Torres tiene instalada allí desde prácticamente su ascenso a la Secretaría regional del partido en el verano de 2017. No hace un año que los nacionalistas desalojaron a Patricia Hernández de la Alcaldía de Santa Cruz. Otra cosa es la estratégica Arona, donde el PSOE ha saltado por los aires y todo está por hacerse.

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