Los expertos y responsables de la lucha contra el terrorismo recuerdan que dos de los yihadistas argelinos que fueron detenidos en Barcelona a principios de enero habían llegado a España dos semanas antes en patera, en este caso a la costa mediterránea. La misma unidad policial detuvo en abril del año pasado a los tres integrantes de una célula, encabezada por el rapero británico-egipcio Abdel Bary, de 29 años, que había llegado a las costas andaluzas en patera procedente del puerto argelino de Orán. Su objetivo era cometer atentados en Europa.
En los países de La UE también se da por hecho que muchos de los yihadistas que han logrado entrar en el continente lo han hecho en patera, como es el caso de los terroristas que perpetraron el atentado de Niza de agosto pasado, cuando un tunecino que había entrado ilegalmente en Europa por Lampeduda se dirigió directamente a la ciudad francesa para perpetrar el atentado que costó la vida a tres personas. Con anterioridad, en 2015, varios de los yihadistas que cometieron los atentados de París, con 130 muertos y 352 heridos, habían utilizados las redes ilegales de inmigración para infiltrarse en Europa. Todos los servicios de inteligencia y fuerzas policiales de los países donde el yihadismo ha atentado en los últimos años tienen puesta la vista en los puntos calientes de entrada de inmigración irregular en Europa, y eso concentra el foco en este momento en Canarias.
Los detenidos en Barcelona en enero llegaron de Orán a bordo de una embarcación
Son muchos los informes de especialistas y centros de estudios, así como de los centros de inteligencia y de los cuerpos policiales, que destacan la utilización de las rutas de inmigración irregular por de los grupos yihadistas para intentar infiltrar a los llamados “combatientes extranjeros” en territorio europeo. Es algo relativamente fácil para estos grupos y además suele haber cooperación entre las bandas yihadistas y las mafias de las pateras. Si son detenidos al ser detectada la patera, se comportan como uno más de los miles de migrantes por razones económicas que alcanzan las costas, siendo conducidos a los centros de estancia temporal hasta que logran una cierta libertad de movimientos y desplazarse a la Península o al destino europeo que tengan fijado.
El ministro Marlaska es plenamente consciente de esta permeabilización de las redes de inmigración irregular al movimiento yihadista y de la posible entrada de terroristas en patera. En una respuesta parlamentaria por escrito, el Ministerio acaba de reconocer que “en la actualidad, y desde 2018, han ingresado preventivamente en prisión un total de once detenidos por delito de terrorismo que carecían de documentación que les habilitara para estar en territorio Schengen”. El Gobierno contestaba de forma escueta a dos preguntas de Vox sobre medidas de refuerzo adoptadas en la lucha contra el terrorismo tras la crisis migratoria sufrida durante el año 2020 en las Islas, y sobre las previsiones acerca de adoptar alguna política efectiva en la lucha contra el terrorismo infiltrado por la inmigración”. Desde 2012, según datos de Interior acumulados hasta el 1 de marzo, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han detenido en España a 412 personas vinculadas al terrorismo yihadista.
El terrorismo está presente en las negociones para frenar la salida de migrantes africanos
Además, añade Interior, ésta ha sido precisamente una de las cuestiones que ha tratado con las autoridades de los países africanos que el ministro ha visitado en los últimos meses para tratar de frenar conjuntamente la salida de pateras desde ese continente y para coordinar estrategias contra el yihadismo y su posible salto a Canarias o las costas andaluzas. De ahí la preocupación por el hecho que desde el Ministerio se esté restringiendo a la Guardia Civil en la información relativa a la identificación de los migrantes que están llegando a Canarias, lo que afecta a la plena operatividad de este cuerpo en la lucha contra el terrorismo yihadista.
