El Juzgado número 3 de Instrucción de Las Palmas de Gran Canaria espera por la comparecencia de la madre de la pequeña de Mali, conocida como Nabody, para decidir sobre su entierro. La progenitora se encuentra aislada por el protocolo Covid y no ha podido comparecer ante el Juzgado para determinar sobre la sepultura de la niña.
La menor pereció el pasado domingo tras ser rescatada el martes anterior en una patera en la que viajaban también su madre y su hermana de trece años. Nueve niños llegados en esa embarcación requirieron hospitalización. Dos voluntarios de Cruz Roja le salvaron la vida en ese momento, pues la niña de apenas 24 meses llegaba con parada cardiorrespiratoria, una imágenes dramáticas que dieron la vuelta al mundo.
Al cuerpo de la pequeña se le ha practicado la autopsia durante esta semana y el cadáver está custodiado en el Instituto de Medicina Legal, que ha informado al Juzgado que tramita todo lo relacionado con este deceso, el número 3 de Instrucción de Las Palmas de Gran Canaria. El resultado de la autopsia es reservado.
El juzgado se ha puesto en contacto con el Ayuntamiento capitalino, por si finalmente la niña tiene que ser enterrada por los servicios de beneficencia que gestiona Canaricem. Esto es totalmente regular, sucede con mucha frecuencia.
Desde el Ayuntamiento exponen que en cuanto le llegue la orden del Juzgado procederá a dar sepultura a la niña. En estos casos, los restos mortales se enterrarían en el cementerio de San Lázaro, sufragando el Ayuntamiento el coste del traslado e inhumación como ocurre con cualquier persona sin recursos que fallece en Las Palmas de Gran Canaria.
