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Tensión Madrid-Rabat

EE UU y Marruecos hacen en el Sáhara el primer ejercicio militar conjunto

Las maniobras ‘African Lion’ llegan en plena crisis diplomática y con el conflicto por la estancia de Gali

Maniobras militares de EE UU al norte de Canarias.

Las mayores maniobras militares que se realizan en África tendrán lugar en junio frente a Canarias. EE UU y Marruecos, junto a otros países pero sin la presencia de España, desarrollarán un despliegue abrumador de recursos en los ejercicios denominados African Lion (León Africano), previstos del 7 al 18 de junio. La principal particularidad en esta ocasión es que una buena parte de las maniobras se celebran por primera vez en territorio del Sáhara Occidental, concretamente en la localidad de Mahbes, cercana a la frontera con Argelia frente a los campamentos de refugiados de Tinduf, y en Dajla, la antigua Villacisneros, al sur del territorio saharaui. Otro escenario será Tan Tan, en el sur de Marruecos, uno de los puntos más cercanos a las costas canarias.

Aunque llevan varios meses preparándose por los dos países, estas maniobras llegan en uno de los momentos más complejos y conflictivos de las relaciones entre España y Marruecos. Cuando todavía no se han apagado los estertores por las imágenes de miles de migrantes marroquíes entrando en Ceuta y la indignación del gobierno alauí por la acogida en España del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, los ejercicios de 2021 del León Africano son toda una declaración de fuerza por parte del régimen de Mohamed VI en el territorio de la antigua colonia española con el respaldo inequívoco de EE UU, tras el reconocimiento de la soberanía de Rabat sobre el Sáhara cuando Trump aún estaba en la Casablanca.

Los expertos coinciden en que se trata del mayor despliegue realizado en África en unos ejercicios de este tipo. De hecho, para el mando de EE UU en el continente (Africom) African Lion es su operación de entrenamiento más grande, no en vano las cifras y el despliegue así lo evidencian: cerca de 8.000 efectivos –7.800 según los datos que se conocen– procedentes de hasta nueve países, aunque Marruecos y EE UU ponen el grueso de los contingentes; 21 aeronaves militares y otras 46 de apoyo; más de 100 vehículos blindados; dos embarcaciones; 24 millones de dólares de presupuesto y 21 países en calidad de observadores. Frente a otras ediciones, España no participa en esta ocasión ni sobre el terreno ni como observador, decisión que el Ministerio de Defensa había tomado hace varios meses al margen de la situación actual de las relaciones con Rabat. La importancia de African Lion lo demuestra el general James C. McConville, Jefe del Estado Mayor del Ejército de Estados Unidos, que destacó la importancia estratégica que tienen estas maniobras a través de sus redes sociales.

Estos ejercicios en tierra llegan solo tres meses después de las maniobras navales y aéreas que desplegaron también el país norteamericano y el reino magrebí al norte de Canarias en marzo y que tanto España como el Gobierno autonómico desconocían. Los controladores aéreos de las Islas se vieron “sorprendidos por el vuelo de los aviones militares norteamericanos sobre el espacio aéreo español”, el portaaviones USS Dwight D. Eisenhower surcó el océano al norte de la isla de La Palma y hay constancia de que varios cazas invadieron el espacio aéreo español en varios momentos. Todo esto sucedió en la primera quincena de marzo sin previo aviso, como así consta en la respuesta oficial del Gobierno canario a una pregunta en el Parlamento.

Estas exhibiciones militares en tan poco espacio de tiempo confluyen en un momento en el que el régimen marroquí se ha convertido en el principal aliado de EE UU en el norte de África, en su principal comprador de armamento y en el incremento de la presión de Rabat sobre sus vecinos Argelia y Mauritania para aumentar su férreo control sobre el territorio del Sáhara Occidental. Junto a los vaivenes del fenómeno migratorio, Marruecos amplió hace más de un año sus aguas territoriales, lo que afecta directamente a Canarias, pero también son cada vez más frecuentes sus posicionamientos en torno a la marroquinidad de Ceuta y Melilla. Rabat se ofrece a Europa y EE UU como el país que puede contener la inmigración irregular pero también el yihadismo y los extremismos que vienen del Sahel. Para eso hace falta dinero, entrenamiento militar y armamento, tres aspectos en los que Washington no ha dudado en respaldar a Rabat.

El mandato de Donald Trump resultó altamente beneficioso para el reino alauí. Rabat no solo consiguió que EE UU validase la soberanía marroquí sobre el Sáhara –a cambio de que Marruecos reconociese a su vez al Estado de Israel– sino un contrato de venta de armamento con cifras astronómicas para el rearme del país magrebí. En diciembre ambos gobiernos negociaron un contrato valorado en 825 millones de euros. Durante el ejercicio 2020 el país magrebí incrementó su gasto militar un 30%, hasta superar los 4.800 millones de dólares. Drones de última generación, helicópteros de combate, aviones F-16, misiles, carros de combate y un amplio abanico de armamento ha sido adquirido o está en vías de compra para modernizar a las fuerzas armadas marroquíes, lo que es visto con cierta inquietud en España y con preocupación por su vecino Argelia, país que ampara al Frente Polisario y acoge en su territorio a los campamentos de refugiados de Tinduf.

Preparativos

El mismo día en que más de 8.000 migrantes llegaban a Ceuta en un flujo sin precedentes ante la pasividad de los policías marroquíes, comenzaron a llegar a la base militar norteamericana de Morón de la Frontera (Sevilla) los aviones que van a participar en las maniobras León Africano 2021. Se trata de cuatro bombarderos estratégicos B-52H procedentes de la base militar de Lousiana, verdaderas fortalezas aéreas de 56 metros de envergadura y 48 metros de largo.

Las fuerzas armadas norteamericanas y las marroquíes llevan varios meses preparando los ejercicios que van a desarrollarse en el sur de Marruecos y en el Sáhara Occidental. A finales de marzo se reunieron en Agadir altos mandos de los dos ejércitos para diseñar la logística de la operación, mientras que en abril EEUU envió al país a varios inspectores para que comprobasen que todas las pistas militares marroquíes estuviesen operativas para sus aeronaves.

Hace unos días el Comando de EEUU para África (Africom) colgó en su página web una nota en la que el capitán Jack Robinson explica que «African Lion 21 desempeñará un papel importante en la disuasión estratégica y el fortalecimiento de los aliados» en la zona. «Al inspeccionar varios aeródromos en apoyo del ejercicio, estamos habilitando directamente las operaciones y, por lo tanto, los objetivos generales estratégicos y de creación de asociaciones», indica el mando estadounidense.

Otro capitán, Jacob Pond, destaca la colaboración con Rabat: «Marruecos es el socio más antiguo de Estados Unidos», dijo Pond. «Esta misión ayuda a nuestros dos países a entenderse mejor y apreciarse mutuamente a nivel táctico y estratégico. Tengo una apreciación mucho más profunda del papel de Marruecos en la región que antes».

Además de las tropas norteamericanas y marroquíes que van a participar en las maniobras militares, otros países africanos también aportan efectivos como Túnez y Senegal; europeos como Italia, Reino Unido y Países Bajos, además de americanos caso de Canadá y Brasil. La mayoría de los 21 países observadores son africanos, pero también están presentes Portugal, Dinamarca, Malta, Noruega y Polonia.

Pero lo que más llama la atención es que las principales operaciones de las tropas y ejercicios se realicen en territorio saharaui. Sin duda el reconocimiento de EE UU sobre la marroquinidad del Sáhara Occidental ha sido clave para que el Africom haya dado su conformidad a las maniobras en esta zona. Y una parte de los ejercicios se van a celebrar en uno de los principales puntos calientes del conflicto entre Marruecos y el Frente Polisario, ya que muchos de los sucesivos ataques del Polisario contra el ejercito alauí han tenido lugar precisamente en la zona de Mahbes, en el extremo noreste del Sáhara Occidental, muy cerca del lugar donde ahora se ha levantado el nuevo muro. Rabat ha prolongado el muro de defensa en el Sáhara Occidental con 50 kilómetros suplementarios en torno a una comuna rural llamada Touizgui, situada en el extremo sureste de Marruecos y a solo tres kilómetros de distancia con la frontera con Argelia y de los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf. Tan Tan y Mahbes albergarán las maniobras terrestres y aéreas, así como las operaciones contra las «organizaciones terroristas», en un claro mensaje al Polisario.

De hecho, Marruecos ha reiterado que ha respetado los denominados territorios liberados, pero en los últimos tiempos cada vez envía más advertencias de que no piensa mantener este statu quo y quiere llevar su control hasta los confines de todo el Sáhara.

Y como telón de fondo a esta situación crispada de las relaciones entre España y Marruecos se encuentra la estancia del líder del Frente Polisario, Brahim Gali, aquejado de una grave enfermedad que ha empeorado como consecuencia del Covid. Precisamente el regreso de Gali a la cúspide del Polisario y de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) marcó en empeoramiento de la situación en la antigua colonia española ya que el dirigente saharaui forma parte de la «línea dura» del movimiento que busca la autodeterminación del Sáhara. De hecho, los enfrentamientos se reiniciaron con la llegada de Gali aunque en la guerra mediática que predomina en este conflicto Rabat nunca ha reconocido que se haya reanudado la guerra sino solo escaramuzas.

En este contexto de crisis diplomática entre Madrid y Rabat por Gali y de crisis en el territorio saharaui por un conflicto que sigue enquistado se planean maniobras a gran escala tanto en tierra, como aerotransportada, marítima, Fuerzas Especiales, aéreas, acciones cívico-militares , ejercicio y simulación. Según los medios especializados se está gestando “uno de los ejercicios combinados más importantes del mundo”, lo que da idea de la importancia que EE UU da a African Lion 2021 para consolidar su presencia en esta zona del continente y garantizar la seguridad frente a los riesgos de grupos yihadistas que operan en Argelia y al sur de Mauritania.

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