La Provincia - Diario de Las Palmas

La Provincia - Diario de Las Palmas

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Premio Canarias de Bellas Artes e Interpretación
Maribel Nazco Artista plástica

Maribel Nazco: “Mi asignatura pendiente es haber sido artista internacional»

Maribel Nazco en su taller de Santa Cruz de Tenerife. | | MARÍA PISACA

¿Le llega en el momento justo este Premio Canarias?

No esperaba a mi edad recibir este premio. Fue una sorpresa, e incluso hasta poco animada estuve cuando me llamó el presidente para darme la noticia. Nunca me había propuesto ser reconocida así porque considero que estoy hasta un poco retirada ya de ese mundo. Mi pasión es estar en mi taller pintando. De hecho, no es una pasión, es más bien una obsesión porque el día que no estoy en el estudio es como si no me hubiera ganado el pan, como si no hubiera hecho nada de provecho. Necesito mirar durante un rato mi trabajo para poder irme a la cama.

Los tres Premios Canarias de este año son para tres mujeres. ¿Simple coincidencia o es que es hora de empezar a reconocer el trabajo realizado por las mujeres en Canarias?

Me parece muy bonito y gratificante. Aunque yo no creo en este feminismo que hay ahora y que parece tan fácil. Creo en la mujer porque somos perseverantes y constantes y somos las que hacemos toda la infraestructura del mundo. Somos como abejitas. Pero el feminismo actual parece que fomenta el odio al hombre y eso no lo entiendo. Me parece que es una actitud de gente ociosa. Los problemas se arreglan con cultura, que es imprescindible, y con educación. Los padres y los educadores tienen mucha responsabilidad en todo eso, al igual que los gobiernos.

¿Se ha impregnado el arte en Canarias de ese feminismo que usted defiende?

Tenemos muchas mujeres importantes como Lola Massieu y María Belén Morales, pero creo que el arte está mal comprendido, incluso por la universidad. La gente no comprende que una artista pueda ser decana de una facultad, por ejemplo, y que pueda ostentar cargos; es algo incomprensible. El arte tiene esa carga humana importantísima, de sensibilidad y de educación, pero yo lo que no entiendo es a los artistas que dejan su carrera por un maletín. Yo no sabría abandonar una cosa por la otra. La profesión de artista tiene una carga casi heroica y hay que hacerlo sin que te importe lo que digan de ti, hay que seguir adelante como un kamikaze.

Investigación y creación han ido de la mano en su carrera. ¿No entiende la una sin la otra?

Si uno tiene disciplina y sensibilidad, si tienes una meta y quieres hacer las cosas bien, lo mejor que sepas en cada momento, y dices la verdad, es muy raro que no sepas hacer las cosas bien en cualquier faceta de tu vida. Si eres honrada contigo misma y si tienes disciplina, me parece muy difícil no hacerlo bien. Es algo que yo le he dicho a Rosario Álvarez, a quien también le han dado este año el Premio Canarias, que ella no se puede comparar con un músico callejero porque ella tiene una formación que ya quisieran muchos. El artista debe ser coherente y perseverante. También hay que tener curiosidad. Yo aún voy a exposiciones para seguir aprendido, con mi cuaderno, como su fuera estudiante.

¿Entiende el arte sin pasión?

Es muy importante la pasión. Nos movemos en arenas movedizas y si no tenemos confianza en nosotros y libertad no podemos crear. Hay que crear en libertad.

¿Y de cuánta libertad ha gozado usted a lo largo de su vida?

Cuesta muy cara la libertad y, como el poder, se arrebata, nunca te lo van a facilitar. Nadie te va a dar el poder porque sí; hay que perseguirlo para lograrlo. Yo con 13 años me vine a Tenerife desde el ambiente rural y familiar de La Palma. Logré una beca para estudiar Magisterio y fue una conjunción de los astros que yo pudiera vivir en Tenerife, pero en cuanto llegué cambié y me busqué la vida. Me hice dueña de mis cosas desde entonces. Cuando me fui a Madrid me hubiera podido quedar allí haciendo retratos porque el ambiente allí era increíble pero estaba embarazada y volví a Canarias. Cuando nacieron mis otros hijos yo pintaba de noche, no me importaba no dormir.

¿Por qué volvió a Canarias?

Por mi familia. Mi asignatura pendiente es la de hacer carrera fuera de las Islas. Para mí soy una pintora de provincias. Pude exponer en Nueva York pero porque tuve suerte, aquí la gente se piensa que no fue nada destacable.

¿Si pudiera volver atrás haría las cosas de manera diferente?

Sí, pero tuve hijos y no los podía dejar tirados. Un médico que yo tenía me dijo que no me preocupara, que los niños se criaban solos, pero cuando estaba terminando la carrera yo ya estaba embarazada y eso es algo que no puedo cambiar. No me atreví a dejarlos y pudo más la familia. Realmente soy una pintora local y eso no se puede cambiar.

Durante mucho tiempo combinó la investigación con la creación artística. ¿Echa de menos esa faceta?

La investigación hay que hacerla en equipo porque si no es un proceso muy lento. Durante años investigué junto a un equipo con pigmentos sintetizados a partir de tierras volcánicas. Sostenía que las tierras del Teide, tan bonitas como son, tenían que servir para algo, así que recogimos 500 muestras y descubrimos 16 óptimas para su empleo en las bellas artes, incluso había un color de verde olivina que no había sido descubierto hasta el momento. Cumplíamos una doble función porque investigábamos y además lo hacíamos a coste cero. La universidad sigue sin mimar a los investigadores, y eso pasa en cualquier ámbito. Yo hubiera seguido adelante con ese proyecto pero se quedó en nada porque yo sola no puedo con él. Mis compañeros me reconocieron que a coste cero no podían continuar porque tenían que seguir dando docencia y con sus vidas.

¿Es ese proyecto su gran asignatura pendiente?

Ese y haber sido una pintora local, no haber podido ser internacional.

¿En qué se inspira ahora para continuar creando cuadros?

Siempre apuesto por un tema de denuncia e inconscientemente siempre lo plasmo en mis obras. Creo que hay que denunciar algo, no solo hay que apostar por el valor estético. Aunque sin querer cada uno tiene un estilo y puede que de mi obra salga algo bello, la estética en sí misma no me atrae. Estoy tan asustada de ver lo que está pasando en los océanos, el desastre de los microplásticos, que me ha llevado a pintar algunas cosas. Somos muy inconscientes y eso lo plasmo en los cuadros. Algunos son muy crípticos y en otros se pueden distinguir mejor los plásticos enrollados. Me gustan las cosas que me plantean dificultades porque sino no me divierto y no me inquietan. Y si el público no lo entiende, que piense un poco.

Compartir el artículo

stats